El mes de septiembre ha llegado con una noticia que muchos estábamos esperando: Ucrania empieza a ganar la guerra. Cuando todo el mundo confiaba en que los esfuerzos se concentrarían en el frente sur, Kiev nos ha sorprendido a todos con una importante ofensiva en el norte. Con un ritmo endiablado que libera unos 1000 km2 al día, las fuerzas ucranianas han comenzado la reconquista del norte y del este del país, aunque en los próximos días no se descarta que el frente sur también pueda caer. ¿Cuáles han sido las claves de esta ofensiva ucraniana que puede acabar con la invasión rusa y que pueden hacer que Putin pierda la guerra?
- Ataque a los centros logísticos: si hay un defecto que caracteriza al ejército ruso es su incapacidad para abastecer a sus tropas, lo que obliga a los soldados rusos a llevar mucho peso, haciendo mucho más lentos y tediosos sus movimientos en el campo de batalla. Cuando Rusia llevó a cabo ese “gesto de buena voluntad” que fue la retirada de Kiev y Járkov, cometió un error que está siendo clave en la actual contraofensiva ucraniana: no proteger los centros de abastecimiento y las líneas logísticas. En lugar de haber concentrado sus fuerzas en el Donbás, Moscú debería haber protegido sus centros de abastecimiento y sus líneas logísticas. Por un lado, esta maniobra hubiera evitado que los almacenes de munición y víveres situados en Nova Kharkhiva (Oblast de Jersón), Khrustalnyi (Oblast de Donbás) o Dzhankoi (Oblast de Crimea) hubieran sido presa del fuego de artillería ucraniano. Por otro lado, la protección de las líneas logísticas como la que va de Jersón-Crimea (250 Km) hubiera permitido que los soldados que están en primera línea tuvieran lo necesario para repeler los ataques ucranianos.
La doctrina militar americana, que es la que sigue Kiev, establece que las fuerzas armadas deben contar con un sistema de abastecimiento que responda eficazmente a las necesidades del campo de batalla teniendo en cuenta las limitaciones de las fuerzas armadas, el entorno de combate y las capacidades del enemigo. Lejos de cumplir con estos requisitos, Moscú ha sido incapaz de satisfacer las necesidades de sus soldados en el campo de batalla. En ningún momento Moscú ha tenido en cuenta las grandes distancias que han tenido que cubrir sus camiones o la necesidad de controlar los numerosos nudos ferroviarios que existen en Ucrania. De hecho, en esta última ofensiva, el Ejército Federal ha rendido con una inesperada facilidad una de las plazas clave de las comunicaciones ferroviarias ucraniana, Balekliya, dañando aun más sus opciones de resistencia. Sin comida, sin reemplazo, sin medicinas y sin munición, las fuerzas rusas han sido una presa fácil para la caballería ucraniana que avanza a gran velocidad por los territorios temporalmente ocupados.
- Uso de tecnología militar americana: La tecnología militar americana en general y la artillería de largo alcance en particular, están siendo clave en la derrota de Rusia. Si bien es cierto que los rusos no contaban con que Ucrania podría lograr esta tecnología, sí que era de esperar que Washington pudiera transferírsela. De hecho, no contemplar esta opción puede ser considerado como un error grave de inteligencia. Los MRS y sobre todo, los HIMARS que llegaron en junio, han cambiado el curso de la guerra. La gran capacidad de tiro (hasta 300 kms en el caso de los HIMARS) unida a su insultante precisión, han permitido a los ucranianos disparar allí donde los rusos se sentían más seguros, es decir, en Crimea. La península ocupada en 2014 se ha convertido en el objetivo prioritario de las operaciones del ejército ucraniano en esta segunda fase de la guerra. El hecho de que Ucrania haya concentrado sus ataques en Crimea, ha provocado que Rusia cayera en la trampa que ha causado el desplome actual de su ejército ya que Moscú ha concentrado sus tropas en el sur dejando descubierto el flanco norte.
- Promoción de la confusión. Desde el comienzo de la guerra Kiev ha buscado suplir su inferioridad militar confundiendo a Rusia. Entre otros muchos “trucos”, los ucranianos han creado HIMARS de madera para que los rusos dispararan sus misiles sobre estos señeros. Así, la ofensiva de agosto sobre Crimea que hemos comentado anteriormente no ha sido más que para provocar que Rusia pensara que Ucrania estaba dispuesta a hacer lo que hiciera falta para conquistar la península. Si bien es cierto que se trata de una estrategia, el temor estaba más que fundado ya que la Doctrina de Seguridad Nacional aprobada por Zelenski en 2021 fijaba la reconquista de Crimea como la prioridad número uno de la seguridad de Ucrania. Como reacción a esta maniobra, Moscú desplazó a finales de agosto a 25000 soldados del frente norte al frente sur. El resultado, lejos de contener a los ucranianos, ha sido la ruptura de la línea del frente norte y la consecuente penetración de las tropas ucranianas en los “territorios temporalmente ocupados” por Rusia.
- Gran rapidez en la (re)conquista. Al contrario de lo que ocurrió con la ofensiva rusa del pasado 24 de febrero, los ucranianos sí que están avanzando con gran rapidez en esta contraofensiva. De hecho, los tanques avanzan con tal velocidad que los propios mandos ucranianos tienen dificultades para saber donde están sus unidades. Esta movilidad la pueden lograr debido a que sus aviones y sus tanques parecen invisibles para los radares rusos, algo que se consigue gracias a la utilización de los AGM-88 HARM (High Speed Anti Radiation Missiles), unos misiles anti-radiación que detectan y se dirigen hacia las fuentes de emisión de radio enemiga inutilizando los radares e impidiendo que los sistemas SAM puedan hacer su función. Según algunas fuentes, los HARM habrían llegado a Ucrania en agosto y a pesar de que los americanos no tenían fe en que pudieran instalarse en los MIG y en los Sukhoi ucranianos, a día de hoy son una pieza clave en la actual ofensiva ucraniana.
Así, a la pregunta de por qué Putin está perdiendo la guerra debemos responder porque los rusos tienen una doctrina logística equivocada, peor tecnología y sobre todo porque los ucranianos son más astutos.
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