Jueves por la mañana. Servidor, en la tertulia de Herrera, en COPE. Por ausencia de Carlos, su lugar frente al micro lo ocupaba Sergio Barbosa. Este da paso al portavoz del PSOE, a saber, el partido del gobierno, el partido del presidente Sánchez. Este, a preguntas de Sergio, pretende quitar hierro al documento firmado por las formaciones que dan apoyo al Gobierno en el que queda manifiesta la intención de silenciar a aquellos periodistas que se muestren beligerantes con el ejecutivo bajo fases repugnantemente retóricas y ambiguas. Que parezca un accidente, parecen querer decir.
Terrible imagen, puesto que uno de los firmantes es Bildu. Recordemos que Echenique y de Rufián se niegan a responder a compañeros de Estado de Alarma o 7NN. Gómez enhebra un discurso exculpatorio. No se pretende vetar a nadie, se trata de atender “una queja” respecto a un incidente ocurrido hace meses (sic), hay que dialogar, son los profesionales quienes trasladan esa inquietud a la cámara. En fin, ir tirando balones fuera.
Servidor, ante semejante tomadura de pelo por parte de quien cobra de mis impuestos y no precisamente para mentirme a la cara, le apostrofó que eso era mentira. Y el señor Gómez, poco habituado a que le lleven la contraria desde el banco de la canallesca, por lo que se ve, me replicó iracundo tildándome poco menos que de indocumentado y de no haber leído el comunicado de marras. Ahí se hilvanó un bis a bis entre el portavoz y un servidor, con la diferencia de que él cobra de mí, mintiendo, y yo le pago a él, pero diciéndole la verdad.
Recordemos que Echenique y de Rufián se niegan a responder a compañeros de Estado de Alarma o 7NN. Gómez enhebra un discurso exculpatorio
Si les he de ser sincero, sentí lástima. No tanto por él, persona mayor de edad, dignidad y gobierno, sino por el nivel al que se ha llegado con este gobierno social comunista. Sería absurdo rasgarse las vestiduras porque un portavoz gubernamental mienta. Eso forma parte, desgraciadamente, del juego de la política y el señor Gómez no será el último ni tampoco es el primero. Lo que produce pena, indignación y rabia es que lo haga en un tema tan básico como la libertad de prensa. Señor portavoz, ese documento que usted entiende como queja de “unos profesionales contra otros profesionales” no es más que un texto firmado por jefes de prensa de partidos. No es que crea que por ejercer ese trabajo – cada uno se gana la vida como puede – dejen de ser periodistas, es que sostengo que se deben a quien les paga y, por tanto, atribuir este asunto a una trifulca entre periodistas es, como poco, falaz.
Insiste el señor Gómez en que esto nada tiene que ver con vetos, remitiéndose de nuevo a un “incidente” que ni aclara ni especifica ni denuncia. En ese punto de lo que ya era un cara a cara, el señor portavoz socialista empezaba a recular. “No es que yo…”, síntoma de quien sabe que el terreno que pisa es movedizo. Ahí todo fue un “Yo siempre respondo a todos los periodistas, piensen como piensen” o “Yo no he vetado nunca a un medio”. Hombre, señor Gómez, hacer de la respiración algo excepcional es peregrino, que es lo que hace su señoría al afirmar tales cosas. Claro que responde a todos, faltaría más, es su obligación. No pretenderá que le demos las gracias por salirse por la tangente, que no responder, a las preguntas que se le hacen.
En fin, mucho me temo que tanto Negre como Cárdenas, que no fueron mencionados por el portavoz aunque sí por quien esto escribe, tienen los días contados en la sala de prensa del Congreso. Son “anomalías” según los inquisidores gubernamentales. Y no. Son profesionales que podrán gustar o no, pero tienen todo el derecho del mundo a estar preguntando aunque lo que digan no acomode al político de turno. De ahí que cuando en el texto se exige respeto me entre la risa irónica.
Mucho me temo que tanto Negre como Cárdenas tienen los días contados en la sala de prensa del Congreso
Se lo dije, no pretenderá usted hacerme creer que esto se hace por los periodistas de la SER o de lo País. ¿Sabe una cosa, don Héctor?, yo milité veintitrés años en el PSC teniendo alguna que otra responsabilidad orgánica. Y me harté de ver sentaditos en la sala de espera del partido a infinidad de periodistas que querían hablar de lo suyo y recibir la orden del día. Muchos que ahora son conocidísimos. Tengo la lista. Esos jamás tuvieron ningún problema con las ruedas de prensa socialistas y, si mucho me apura, tampoco con las de Convergencia. Que una cosa es tener valores y otra tener precio. Le reitero lo que le pregunté: ¿también va a vetarme a mí? Más de lo que estoy, se entiende.
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