Hace unos días (el pasado sábado), el diario gubernamental publicaba que “Los populares han formulado 100 preguntas a miembros del Gobierno en este periodo de sesiones, ninguna al titular de Economía”. Es un indicio de algo que está bastante claro: que el principal partido de la oposición no está controlando efectivamente en materia económica al ejecutivo ni prestando a este asunto la atención debida. Y resulta sorprendente porque, mientras tanto, el gobierno y sus muchos medios de comunicación afines nos bombardean constantemente con la idea de que la economía va bien debido a la gestión gubernamental. Incluso les ayuda algún presidente de banco que busca rédito para una operación algo empantanada.
Pero la realidad es bastante diferente. Primero, porque no vamos, en absoluto, lo bien que dicen. ¡Cómo va a ser cierto eso si la renta per cápita lleva años estancada y somos el país de la eurozona con mayor riesgo de pobreza! Y, segundo, porque el crecimiento no se debe al Gobierno, que no hace reformas adecuadas y solo aplica regulaciones lesivas, sino al sector privado. En realidad, su única contribución -el gasto público- es una amenaza a medio plazo. Por eso, es increíble que la oposición no se muestre mucho más activa en este campo.
El principal partido de la oposición no es muy eficaz en materia económica, a pesar de que todos los días hay aspectos criticables
Es verdad que el ministro Cuerpo no pasa de ser un subalterno sin demasiado poder en el consejo ministerial. Pero ello no es óbice para que resulte poco presentable dejar escapar al gobierno de un asunto que debería concitar una labor de oposición demoledora. Sin embargo, nos encontramos que el principal partido de la oposición no es muy eficaz en materia económica, a pesar de que todos los días hay aspectos criticables. Y el otro partido opositor, el extremista, incluso prescindió el pasado año de los mejores economistas que tenía en su seno (no debían ser muy admirados por los falangistas al mando…). Así que miel y hojuelas para Sánchez. Que se permite decir que vamos como una moto o como un cohete. Y todo ello con un equipo económico ministerial bastante mediocre (malo en algún caso) en el que solo Escrivá merecía inicialmente algún crédito… Hasta que lo desperdició con la reforma de la seguridad social, claro…
Esa ausencia la cubre un nutrido elenco de economistas liberales, con elevado prestigio, y que no dependen de prebendas del Gobierno (como otros que le defienden), que son los que hacen la labor de oposición real al mismo. Son los que señalan cuál es la realidad de nuestra economía, puntualizando las verdades a medias de los voceros gubernamentales y dejando muy claros todos aquellos aspectos que son criticables en la gestión económica, fiscal, energética, industrial o empresarial del gobierno Frankenstein. Pero resulta clamoroso que todo esto sea escasamente secundado por la dirección del principal partido de la oposición. En el Gobierno saben que aquellos les hacen claramente más daño que el PP y por ello llevan ya algún tiempo intentando amedrentar a esos economistas independientes.
Nos encontremos actuaciones como el voto a favor de propuestas nada edificantes. Como la de la pasada semana (prórroga hasta 2027 de la inaplicación de la ley en impagos hipotecarios)
España necesita una alternativa de gobierno clara en el apartado económico. Y ello no se logra con una ausencia clamorosa de propuestas. Sin un programa económico integral, que resulta inexistente o desconocido. Sin un equipo económico relevante y con prestigio. Y ya el colmo es que, encima, nos encontremos actuaciones como el voto a favor de propuestas nada edificantes. Como la de la pasada semana (prórroga hasta 2027 de la inaplicación de la ley en impagos hipotecarios). U otras en meses anteriores.
Los ejemplos de Grecia y Portugal
Creo que, en unas nuevas elecciones generales, que quizás estén relativamente cerca, los españoles querrían votar a la oposición porque les ilusione y por su atractivo. Y no sólo para evitar el fin de la ignominia sanchista, en lo político, y la bomba de relojería que supone en lo económico a medio plazo. Por ello, me voy a permitir señalar a Alberto Núñez Feijóo que tiene que mejorar notablemente su oferta, en general, pero desde luego en el apartado económico. Porque el PP no visibiliza una oposición económica ni plantea iniciativas alternativas sólidamente fundadas.
Tiene bien cerca el ejemplo de Portugal que, incluso con un gobierno socialista, ha pasado de ser un país rescatado a reducir notablemente la deuda pública y tener menor prima de riesgo que España (y que Francia ahora) ... E incluso el de Grecia, donde un partido afín al PP ha mejorado notablemente su situación y ha reducido el diferencial de la prima de riesgo con España en centenares de puntos. Porque, si se hacen bien las cosas, se puede
Un plan de consolidación fiscal, la eliminación del déficit estructural, reformas económicas de verdad (no fake como las de Sánchez), liberalización en normas y regulaciones, fin al intervencionismo empresarial, … Todo ello con un equipo económico formado por primeros espadas, aunque no sea fácil hacerlo desde la oposición. Eso es lo que necesita España
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