Normalmente, cuando en los grandes medios de comunicación de masas presentan las previsiones, suelen comenzar por los grandes acontecimientos culturales, deportivos y comerciales del año, eventos que hoy ya son meros festejos a mayor gloria del globalismo. Nosotros, obviamente, no haremos eso, sino que las presentamos pensando en los contribuyentes netos que pagan la fiesta de la elite globalista y sus parásitos, y más concretamente en los exportadores, el colectivo que nos ha sacado las castañas del fuego y a quienes siempre hemos prestado especial atención desde los comienzos de esta bitácora digital, allá por 2009.
Las previsiones serán las del Fondo Monetario Internacional según el crecimiento del Producto Interior Bruto, o PIB, de una serie de países analizados aquí y cuyo detalle tienen en el archivo por si quieren profundizar en ellos, y agrupándolos por áreas de interés para España; las presentamos en una serie temporal algo larga, a fin de que cada uno se pueda hacer su composición de lugar sobre lo que se espera, y añadiremos un comentario político para alejarnos un poco de la aridez de las cifras. Veámoslo.
Codicia e inestabilidad
En el primer grupo estaría los del área islámica, con todos ellos transitando la crisis del ciclo generacional y en camino, casi todos, hacia un orden islamista. Es el grupo más beneficiado primero por la Pax Británica y luego por la Pax Americana hoy en proceso de cambio; de no ser por ellas, seguramente hoy estarían en niveles de renta próximos al de subsistencia, como vimos en su momento. Son países muy hábiles para promover su agenda en Occidente vía sus mandados en la política, los negocios y, especialmente, los grandes medios de masas, cosa que podría explicar, por ejemplo, la vergonzante recepción al aliado de Podemos en el Congreso, un país que en su reciente represión de manifestantes igual ya va por los dos mil muertos, tema convenientemente ocultado por la progresía local. Como diría alguno: "sunita, chiita, da igual mientras suelte guita".
Destaca el alto crecimiento previsto para Egipto, rescatado del islamismo, el de Marruecos, con sus enormes ambiciones sobre nuestro territorio, la poco creíble recuperación turca en 2020, que actúa contra Occidente coordinado con Irán, Rusia, China y Venezuela, el enfriamiento argelino, otra mala noticia para sus vecinos, y la depresión iraní, donde Trump, convencido de que tendrán el arma nuclear, echó abajo el acuerdo de Obama que les entregó un dineral sideral para sus fines sectarios y donde la apostasía del Islam tiene pena de muerte. Lo lógico sería aislarnos de este grupo de países pero, para mal de los españoles de a pié, en esto no manda la racionalidad sino la codicia y la corrupción, sobre todo política.
El vecindario chino
Del Lejano Oriente, más allá del reciente conflicto entre Corea y Japón por temas comerciales y viejas historias, que parece en vías de resolución, lo que destaca son las modificaciones en tratados comerciales alcanzados por Trump que, manteniendo estatus favorecido para los asiáticos, reduce sustancialmente la discriminación sobre los estadounidenses y los líderes de estos países, a diferencia de Merkel, vieron de inmediato el cambio en la Pax Americana. También es de interés, en contra de los que fantasean sobre la rigidez de las cadenas de suministro, la reducción de proveedores chinos de una conocida teleco coreana causada por el arresto de uno de sus directivos en China. Luego está la deflación japonesa, ahora con otra distracción olímpica, y sus efectos en el crecimiento, sobre todo de cara a la mala política monetaria europea, desastre que, obviamente, no será igual porque, como siempre decimos, "el patrón es el prólogo".
Crisis iberoamericana
Todos, como nosotros, afrontan su crisis secular; la de Chile, cuya recesión no está incluida en la siguiente gráfica, la vimos recientemente, y las hay con resultados de todo tipo: del muy bien de Colombia o Bolivia, tras el fraude pro Evo, al desastre venezolano, donde habrá hambrunas y emigración masiva hasta que no cambie el orden actual, o a la evasión argentina, donde harán, al menos, una década perdida (ver crecimiento; ¿2012-2022?), o el caso de Brasil, que progresa bien y donde la resistencia al cambio ocurre incluso en el partido de Bolsonaro, de donde, al parecer, salió el atentado en su contra. De modo que no se puede generalizar y lo destacable es que, incluso con fuerte inestabilidad social, algunos alcanzan crecimientos realmente notables a pesar del intervencionismo del neoimperialismo ruso y chino.
¿Lo pequeño es hermoso?
Que decía Schumacher, quien llevaba buena parte de razón, sobre todo si acumulas quinientos años de luteranismo y casi ciento veinte de cultura de los premios Nobel, y aún así, está el caso de Suecia, donde el experimento migratorio socialdemócrata es una fuente continua de tragedias a los nativos. En todo caso, aunque el crecimiento de los nórdicos es raquítico casi tipo UE, en conjunto, pesan comercialmente casi como alguno de los grandes de Europa y son, además, una excelente plataforma para negocios serios y estables con proyección sobre los mercados bálticos.
Luego está Israel, siempre luchando por su supervivencia, que siempre destaca por su mayor crecimiento entre los países desarrollados y cuyas lecciones son muy útiles para lo que nos viene encima por codiciosos y corrupto. En cuanto a Portugal, país rescatado por la UE, es el engaño al uso para hacernos creer que el frentepopulismo saldrá bien, cuando nuestra estructura es la de otra liga, la siguiente.
El enfermo global
Salvo en Polonia, la convergencia hacia la mediocridad es general, pero eso sí, los malos según la UE son los polacos. Estamos ante un caso claro de un orden y un pensamiento que se ha llevado a sus límites, creándose un crisis que estaba cantada y esto sin que EE.UU., que no da más de sí, ajuste los privilegios comerciales, como en el sector automotriz; la duda será si la banca alemana e italiana entrarán en crisis antes o después de dicho ajuste.
Hoy no tenemos espacio para entrar en cada caso, pero conviene resaltar que el Reino Unido, tras rescatar su soberanía, recuerda a un pura sangre nervioso en el cajón de salida, listo para una restructuración radical de su economía, con fuertes sacrificios, que seguro nos dará lecciones de sumo interés.
Luego está el caso español, cuyo problema no es económico sino político y si tras el paseillo iraní, del disfuncional gobierno en funciones del "doctor" Sánchez, siempre presto a felicitar las fiestas musulmanas y contrario a las nuestras, con su esperpento boliviano, alguien piensa que no podamos estar gobernados, corrupción mediante, por una coalición neocomunista cocalera aliada con el islamismo, que se lo piense dos veces, pues es totalmente posible, porque el orden ya perdió cualquier control interno. Lo único bueno, es que a lo mejor, tras el desastre (la degeneración sistémica irá a más), igual los españoles se enteran de que la raíz del desquiciamiento general está en el sistema electoral proporcional de listas.
El neo-imperialismo
Es un tema al que hemos dedicado varios artículos al tratar la alianza de China y Rusia contra Latinoamerica, sobre la conquista de Eurasia o sobre "La falsa trampa de Tucídides", y hay que decir que, estos dos imperios depredadores, son tanto o más hábiles que los de la primera agrupación a la hora de colocar políticos corruptos al frente de sus nuevas colonias. Que algunos países (como el nuestro) son tan idiotas como para tener una forma de gobierno propicia a esa estrategia y que sus ciudadanos no reaccionen, pues allá ellos. Así ha sido y siempre será el Mundo.
Frente a este eje neocolonialista aparece Trump, que es la horma de sus zapatos. Se le puede criticar muchas cosas pero, en el tema del comercio, parece que va teniendo éxito, incluso en la imposición de aranceles, pues solo en 2020 podría recaudar el equivalente a un tercio del PIB español. Los que han criticado esto, goblalistas parásitos que creen saber de comercio internacional pero ni siquiera sabían quién era Robert Leighthizer, harían bien en estudiar el ciclo largo y al hispano irlandés Francis Edgeworth. En todo caso, 2020 es año electoral, ha conseguido estirar el ciclo y, dados los enormes desequilibrios (deuda, bolsa, etc.), veremos si no le explotan en plena campaña y se malogra este cambio radical de la Pax Americana. Esperemos que no. Estados Unidos, como India, que ha conseguido superar en crecimiento a China a pesar de su carmagedón, son dos colosos especialmente preparados para combatir este nuevo imperialismo.
Entramos pues en un año de grandes incertidumbres, que para España, por razones internas, será claramente peor que el 2019 y en el que deberíamos empezar ya de una vez a cambiar un orden disfuncional que destruye la nación y sustituirlo por una democracia formal. A ver si lo conseguimos y, salvo a los enemigos de España, feliz año a todos.
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