Si mal no recuerdo, el déficit público en España se va a disparar en 2019 hasta el 2,5% del Producto Interior Bruto (PIB), un 1,2 más que lo comprometido con la UE, y va a obligar al gobierno que salga de las urnas el 28 de abril a un recorte de 12.000 millones sobre el gasto; solo en este año.
Pues bien, el presidente del Gobierno presentó este miércoles su programa electoral y así, a bote pronto, sale un compromiso de gasto de varios miles de millones más para hacer frente a sus promesas que, les confieso, me sonaron un poco como aquel marxista (de Groucho) "y dos huevos duros" en la película Una noche en la ópera.
A saber: pensiones actualizadas a ritmo del IPC; renta mínima universal para acabar con la pobreza infantil en las 730.000 familias sin ingresos; implantación "progresiva" de dentista gratis a cargo de la Seguridad Social; derogación del copago farmacéutico; matrícula universitaria gratuita el primer curso, progresivamente en el resto; y guardería gratis de 0 a 3 años hasta alcanzar el 50% de todos los niños y niñas a finales de 2025.
El documento '110 compromisos para la España que quieres' no lleva memoria económica y adolece de una deliberada falta de concreción en subida de impuestos
Esas y otras tantas iniciativas contenidas el documento 110 compromisos para la España que quieres no llevan memoria económica anexa -ningún programa lo hace, de hecho- para saber cómo lo piensan financiar sus autores, pero llama poderosamente la atención que, frente a gastos tan concretos... la concreción en el capítulo de ingresos la concreción brille por su ausencia.
Se habla de un compromiso con la "consolidación fiscal" que, por pura deducción y sumando a esos 12.000 millones lo que cueste implantar estas nuevas medidas, cabe concluir que Sánchez solo podrá conseguir mediante un aumento importante de ingresos vía impuestos.
El caso es que no se dice nada de cuáles ni cuanto. Por no aclarar, no se recoge siquiera el impuesto al diesel del que tanto hablamos en estos nueve meses. Sí se intuye que el PSOE va a obligar a que Bancos y empresas -llamados eufemísticamente "grandes contribuyentes"- paguen un tipo "efectivo" del 15% en el Impuesto de Sociedades; y gravará las trasacciones financieras con una tasa con la cual prevé recaudar 850 millones anualmente para pagar las pensiones. Pero esto es pura deducción.
La única certeza es que en tiempo electoral ningún gobernante -y en España menos- se corta a la hora de expandir gasto, pero a los votantes, que también somos contribuyentes, nos conviene preguntarnos aquello del escritor y periodista Josep Pla contemplando extasiado el skyline de Nueva York de noche: "... ¿Y esto, quien lo paga?"
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