¿Y qué fue del finado Fernández? Del finado Fernández, nunca más se supo, aseguraba Pepe Iglesias El Zorro. Tampoco hemos vuelto a saber nada del Partido Socialista Italiano, fundado el 14 de agosto de 1892 por Filippo Turati y disuelto el 13 de noviembre de 1994 tras el liderazgo de Bettino Craxi, figura socialista que fungió como primer ministro desde el 4 de agosto de 1983 hasta el 17 de abril de 1987. En 1992 cuando el proceso de mani puliti tuvo que dimitir para acabar huyendo de la justicia en Túnez. Allí murió el año 2000 en la ciudad costera de Hammamet.
Parecida suerte ha corrido el Partido Socialista Francés refundado el 4 de abril de 1969, cuyo líder François Mitterrand ganó por dos veces las elecciones presidenciales y se mantuvo en el Elíseo desde el 21 de mayo de 1981 hasta el 17 de mayo de 1995. Más de 20 años después en las legislativas de junio de 2017 el PSF pasó de 314 a 30 diputados del total de 577 que componen la Asamblea Nacional. El declive prosiguió y en las elecciones presidenciales de 2022 su candidata Anne Hidalgo obtuvo el 1, 75% de los votos y se quedó sin opción de pasar a la segunda vuelta. En las legislativas de ese mismo año 2022 ganó 31, un escaño más y los pronósticos para las elecciones al Parlamento Europeo del próximo junio son aún más aciagos para el Partido Socialista al que asignan una posición residual.
Con el análisis de los casos precedentes se confirma que en sociología hay instituciones de hoja perenne y de hoja caduca, igual que ocurre en botánica con las plantas. Señalemos en todo caso, que nada ni nadie garantiza la continuidad temporal de las glorias partidarias que campean por España. Tampoco pervivió el Movimiento Nacional, cuyos principios fueron declarados “por su propia naturaleza, permanentes e inalterables” a tenor de la Ley de 17 de mayo de 1958, ni se sabe que fue de los 29 puntos de Falange, ni de la Comunión Tradicionalista, ni de la UCD, ni de Alianza Popular, ni de Fuerza Nueva, ni del Partido Socialista Popular del viejo profesor, ni del CDS, ni de tantos y tantos desaparecidos sin dejar rastro. Torres de muy diversa altura se han ido viniendo abajo, a veces sin estruendo perceptible.
Tenía un punto de exageración el propósito de Tamames de invalidar por completo a los socialistas, tildando de meras vacaciones su actitud durante los cuarenta años de franquismo
En cuanto al PSOE fundado por Pablo Iglesias Pose, recordemos el lema que adoptó en 1979, cuando cumplía su centenario: Cien años de honestidad. Pero Ramón Tamames, entonces en la dirigencia del PCE, consideró que procedía reclamar el mayor protagonismo que correspondía a sus camaradas, obreros de la primera hora que habían soportado el peso del día y del calor, y quiso rebajar el grado de ejemplaridad de los sociatas precisando, sarcástico: y cuarenta de vacaciones. Minimizaba así el papel de los socialistas en el combate a la dictadura franquista para reservar el protagonismo preferente de los comunistas en esas luchas.
Tenía un punto de exageración el propósito de Tamames de invalidar por completo a los socialistas, tildando de meras vacaciones su actitud durante los cuarenta años de franquismo, como si hubieran estado ausentes de las luchas contra la dictadura. Pero algo de letargo, más bien inactivo, si hubo en su comportamiento hasta que la aparición en Suresnnes de Felipe González y Alfonso Guerra el 11 de octubre de 1974 logró avivar un fuego del que apenas quedaban algunas brasas residuales que amenazaban extinguirse y consiguieron despertar al PSOE en las elecciones de 1977 y 1979 y obtener la mayoría absoluta en las de 1982 que alzaron a los socialistas al Gobierno. Ahora la cuestión es atisbar si el PSOE, bajo el liderazgo de Pedro Sánchez y urgido a forjar liderazgos que trasciendan su marca, seguirá progresando hacia la irrelevancia sin que nadie las píe. Veremos.
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