Opinión

Qué nos espera después de la 'Pax americana'

El poder de los Estados Unidos, sin embargo, ya no es el que era; ya no son capaces de obligar al estricto cumplimiento de sus exigencias al resto del mundo

Resulta extremadamente sorprendente la visión aparentemente ingenua que algunos contertulios transmiten sobre la invasión de Ucrania y la visita de la señora Pelosi a Taiwán. Según el relato, que de manera casi generalizada se nos está vendiendo, esto va de democracias (Estados Unidos y Europa) versus autocracias (Rusia y China). ¡No, esto va de lo de siempre, de poder! El dominio aplastante del imperio estadounidense, la “Pax norteamericana”, toca a su fin, y entramos en un mundo multipolar donde los peligros irán aumentando exponencialmente hasta que un nuevo imperio, el chino reúne todas las papeletas, se consolide como hegemónico, tanto a nivel económico, falta ya poco, como militar, aquí las distancias siguen siendo aún grandes en favor de los Estados Unidos. Sin embargo, el enorme error de enemistar a Occidente con Rusia acelerará esta segunda fase en favor del otrora imperio celeste. Algún día alguien nos deberá contar cual fue la razón de Hillary Clinton y Barack Obama para romper unilateralmente de forma drástica con la Rusia de Putin. En este proceso lo que no se entiende es la absoluta sumisión de Europa al dictado de los Estados Unidos.

Los gobiernos ruso y chino deben mostrar una enorme gratitud tanto a la señora Pelosi como a la administración Biden, por unir aún más a la dirección rusa y china con sus ciudadanos

Quienes sin duda se han convertido en un problema serio son las elites del Partido Demócrata de los Estados Unidos. Bajo el mandato de Obama (sigo aún sin entender quien otorgó el premio de Nobel de la Paz a quien llevó a cabo más guerras que sus predecesores) se diseñó el golpe de estado del Maidan, donde se activó un nacionalismo ucraniano, excluyente, que confrontara con otro nacionalismo, el ruso, predominante en las áreas del este de Ucrania. Bajo la presidencia de Biden, una auténtica calamidad para quienes pensamos que bajo su mandato vendrían tiempos mejores tanto a nivel económico, social como político, se insufló ánimos al gobierno ucraniano para confrontar con Rusia (la carne de cañón la ofrecen miles de jóvenes ucranianos que están perdiendo su vida en una guerra que jamás debió comenzar), y se provocó de manera innecesaria a China, mediante la absurda visita de Nancy Pelosi, activando otro nacionalismo, el taiwanés. Pero quienes de manera precipitada actuaron así, pensando que el mundo era igual que en los últimos 50 años, han conseguido lo contrario. Los gobiernos ruso y chino deben mostrar una enorme gratitud tanto a la señora Pelosi como a la administración Biden, por unir aún más a la dirección rusa y china con sus ciudadanos; gratitud ampliada por fortalecer y desarrollar la unidad entre Rusia y China. Ni siquiera escucharon a Henry Kissinger.

El poder de los Estados Unidos, sin embargo, ya no es el que era; ya no son capaces de obligar al estricto cumplimiento de sus exigencias al resto del mundo. Justo al revés. La guerra de Ucrania y la tensión alrededor de Taiwán ha posicionado al 80% de la población planetaria al lado de Rusia y China. Digámoslo claramente, están hasta los mismísimos de las continuas lecciones de moralina barata de un Occidente decadente donde las democracias hace tiempo que dejaron de ser eso, “un gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo”, para transformarse en lo que son ahora, meros 'totalitarismos invertidos', según la terminología de Sheldon Wolin, y de lo que ya hemos hablado ampliamente en estas líneas. Solo el viejo Occidente imperial y colonial, basado en los protectorados político-militares de Japón, Corea del sur y Alemania/Europa hacen una genuflexión continuada al imperio yanqui.

Europa perdió su oportunidad

Tras la Gran Recesión, la búsqueda de un nuevo equilibrio global postcrisis requería reforzar e intensificar las agendas y reuniones entre Eurolandia y los países BRIC. En una fase de profundización de la Gran Recesión, y frente a la actitud defensiva y obstruccionista de Estados Unidos y, muy especialmente, de Reino Unido, las reuniones de expertos de países Euro-BRICS en temas tan diversos como el sistema monetario y financiero, relaciones comerciales, energía y materias primas, o seguridad y gobernanza mundial, constituían un cambio importante de perspectiva a favor de una solución cooperativa tremendamente práctica de salida de la crisis hacia un mundo mejor. Los europeos, a partir de nuestro proyecto común, con todas sus contradicciones y profundas diferencias, teníamos mucho que aportar sobre cómo, desde un punto de vista práctico, podemos solucionar conflictos de intereses integrando la heterogeneidad, especialmente ante la cautela de la posición china.

Sin embargo, el “pacifista” Obama activó la semilla del nacionalismo excluyente en Europa y terminó con el sueño de una solución cooperativa, que tanto anhelaron los presidentes Jacques Chirac, Gerard Schroeder o Angela Merkel. De aquellos polvos, estos lodos. Se acabó imponiendo la alternativa de un conflicto generalizado. Si quieren entender estas ideas, recomiendo de manera encarecida el libro de Franck Biancheri “The World Crisis: The Path to the World Afterwards. Europe and the World in the decade from 2010 to 2020” donde anticipó la situación actual frente a otro escenario cooperativo que tristemente no se produjo.

Cómo resume la editorial del boletín mensual del “think tank” Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP) del 15 de junio de este año, “El clima, la energía, los alimentos, las finanzas, los conflictos… nos llevarán sin que nos demos cuenta a una profunda crisis sistémica y global…, donde paradójicamente el mundo occidental parece ser el más vulnerable, mientras que otras partes del mundo están viendo cómo se derrumba, esperando salvarse de esta espiral infernal… Eso es lo que nos espera, nos hundimos con una atmósfera cada vez más medieval. Hasta que alguien y/o algo logre captar todas estas energías negativas y las arrastre a un renacimiento”.

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