Opinión

Queremos una serie de Begoña

Mucho están tardando los de la Tele Espantosa en encargarle a alguna productora amiguita y de toda confia

  • Begoña Gómez

Mucho están tardando los de la Tele Espantosa en encargarle a alguna productora amiguita y de toda confianza sanchista una serie sobre la vida y milagros de Begoña Gómez. Un biopic, por emplear esos palabros técnicos modernos para demostrar que se está en la pomada, que narrase, bien en primera persona, léase la protagonista, bien en segunda persona, léase Pedro Sánchez, bien en tercera persona, léanse los recomendados, la vida y milagros de esa mujer que tiene a España atribulada porque se ha envuelto en un misterio que ríanse ustedes de Agatha Christie y Edgar Wallace juntos. Además, reconózcanme que hacerlo seria reparar una terrible ofensa de leso sexo, un gesto machista terrible, un agravio tremebundo heteropatriarcal y sin edulcorantes como es que Sánchez, nuestro Gran Archimandrita, tenga serie propia, aunque no haya canal o plataforma con los pelendengues de estrenarla, y ella, Bego, no tenga la suya. Ah no, señores, señores y señoris, hasta ahí podíamos llegar. Begoña tiene los mismos méritos, es decir, ninguno, que su marido para gozar de una serie y ha de tenerla o esto no es el país más moderno y feminista del orbe.

Desde luego, escribir el guion sería algo sencillísimo: desde Moncloa te lo dictan por teléfono y tú lo escribes sin añadir ni quitar una coma

Desde luego, escribir el guion sería algo sencillísimo: desde Moncloa te lo dictan por teléfono y tú lo escribes sin añadir ni quitar una coma. Eso sí, cobrando un pastizal, que si has de venderte la vergüenza al menos te sirva para forrarte. La realización tampoco presentaría ninguna dificultad: plano fijo de Begoña sentada en una enorme silla de enea tipo la de Solitaire en la peli de James Bond “Vive y deja morir”. Bueno, también “Emannuelle” exhibía una silla parecida en sus afiches de propaganda pero tampoco vamos a calificar a la serie de X. O sí. Luego está lo de los costes. La protagonista absoluta no necesitaría de coprotagonistas, que luego todo se sabe y entre que alguno no está para muchos trotes, los otros prefieren trotar lejos de las cámaras y el resto ya trotan por otros pagos sería arriesgado meter a más gente en la producción. Nada, nada, si acaso meteríamos varios cameos de Pedro Sánchez o la Marijesú, quizás alguno de Pilar Alegría con esa ídem que la caracteriza y a Tezanos dándonos las audiencias cada minuto.

A lo mejor algunos fachorros que se oponen a la defensa numantina del socialismo patrio llevada a cabo por el inefable matrimonio Sánchez-Gómez encuentran que aquí no hay argumento, ni acción, ni se siguen las unidades aristotélicas, ni existe ritmo ni la madre que parió a todo lo que se menea. Sin entrar en un debate de cine fórum, pregúntense lo siguiente: ¿creen que al votante sanchista, el que se pone pulseritas en favor de la Bego, el que vota a Sánchez haga lo que haga, el que le da lo mismo una amnistía que una carta de recomendación de la mujer del presidente que el apoyo a Hamás, le importa un huevo de avestruz la solidez argumental? A este público hay que pillarlo por otros cauces. Se tragan lo que sea con tal de que al final se diga que Feijoó es un tal, Abascal un cual, Ayuso es esto, la extrema derecha está a punto de reemplazar a todos los dirigentes mundiales por robots con la cara del Pato Donald y que la culpa de todo lo malo que nos pasa, ha pasado y pasará la tienen Franco, el fascismo, los medios del fango y la segunda ley de la termodinámica. Y no necesariamente por este orden.

Visto lo anterior, yo estaría más que contento si se decidieran a llevar a cabo esta serie que, a no dudarlo, nos proporcionaría grandes momentos de gloria. Ahí va mi propuesta de título: “Begoña, abandonada en un quicio o tanta desgracia es vicio”. Yo creo que podría tener su qué.

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