Este domingo asistiré a la manifestación silenciosa que hay convocada en Barcelona. Lo haré para reclamar la vuelta del seny, del sentido común, una palabra tan catalana cuyo significado se ha perdido entre la algarabía independentista. Acudiré a la manifestación para recordar que Cataluña siempre ha sido tierra de adopción, con un marcado carácter mediterráneo. Y que ahora, por una política nefasta de los gobiernos nacionalistas, se está convirtiendo en una tierra de expulsión.
Tenemos un problema que dura ya 40 años y que algunos no han querido ver. Lo que estamos viviendo ahora es el resultado de una estrategia perfilada hace décadas, no es un problema creado ayer. Es un problema profundo ante el que el Gobierno de Madrid se ha puesto una venda. Es hora de que los dos grandes partidos se unan; la ciudadanía lo está. Se trata de un problema político y deben ser los políticos los que lo solucionen
Lo que estamos viviendo ahora es el resultado de una estrategia perfilada hace décadas, no es un problema creado ayer. Es un problema profundo ante el que el Gobierno de Madrid se ha puesto una venda"
Aunque no soy catalán de nacimiento, he pasado 50 años de mi vida en Cataluña. Allí tengo recuerdos, vivencias. Por eso me dolió tanto tener que tomar la decisión, el pasado mes de agosto, de trasladar la sede de mi empresa, Naturhouse, de Barcelona a Madrid. Lo hice por el interés de los accionistas, de la plantilla, del negocio. Por sentido común. Y supongo que un dolor parecido sentirán ahora los propietarios y accionistas de otras compañías con sede en Cataluña que también están trasladando el domicilio social a otras provincias.
Quiero regresar a Cataluña sin miedo a ser señalado, a la Cataluña que me abrió las puertas, a mí y a mi negocio. A una Cataluña que aporte la seguridad jurídica suficiente para que Naturhouse vuelva a tener su sede social en Barcelona.
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