Si hubiera que hacer un ranking de ganadores y perdedores en este partido interminable en que se está convirtiendo el conflicto catalán, parece claro que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, han arrebatado a Albert Rivera el balón llamado Artículo 155 de la Constitución, y no están dispuestos a devolvérselo. Le han dejado sin brillo. No digamos a Pablo Iglesias, literalmente fuera de juego con su diálogo plurinacional enterrado en el mar de estaladas y rojigualdas que recorre Cataluña y España.
Es lo que tiene pertenecer a un partido de Estado, de esos que gobiernan el cotarro (España) desde hace 40 años. Viene a ser algo así como jugar en el Real Madrid o el Barça, que tu juego y tus goles, con ser buenos, se ven más porque llevas la misma camiseta que vistieron antes que tú Felipe González, José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero.
En un PP al que no le llegaba la camisa al cuerpo, destacaban anoche a la salida del Pleno del Congreso gestos de alivio donde antes solo había sonrisas forzadas. Incluso Rajoy se paró a saludar y bromear con sus diputados y algún periodista antes de coger el coche en el patio, noche cerrada ya.
Aún así, donde más claramente se percibe el cambio de viento es en el PSOE, que en casa del pobre las alegrías y las penas son más. Han pasado en horas 24 de denostar sotto voce a su líder Sánchez por "poco fiable" con su reprobación de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a aplaudir su "sentido de Estado". Todos. Tengo pruebas en el móvil.
Como será la cosa que hasta el díscolo y federalista PSC animaba a 155 en su galope con un tuit de Miquel Iceta ponderando la "prudencia y la mesura" (sic) de Rajoy en la presentación del requerimiento a Carles Puigdemont (¡Vae Victis!). Sí, de Rajoy, han leído bien... Aquel a quien Iceta se refería así, a gritos, hace un año en un mitin en Badalona: "¡¡¡Pedro, líbranos de Rajoy y del PP!!!". No comment.
No extraña que el líder socialista se haya permitido el lujo de suspender el Comité Federal socialista y el Consejo territorial previstos este sábado, a fin de que "nadie saque los pies del tiesto", según confiesa a Vozpópuli uno de los que conforman el actual poder en Ferraz... Ningún barón ha rechistado. Solo alguno recuerda con guasa a este periodista: "¿pero, esto se ha consultado a las bases?". También tengo pruebas. Para mí quedan.
Y mientras los dos grandes partidos andan a partir un piñón a cuenta de Cataluña, Rivera, el aliado incómodo, pone cara de circunstancias. "Sí, el presidente y yo hemos hablado mucho en estos días"... por teléfono, se le olvidó decir. Menudo cabreo tenía este martes por la noche cuando se enteró que Sánchez iba a las nueve y media rumbo a La Moncloa y salió de allí a medianoche. Debió pensar que el socialista igual andaba tomando medidas para las cortinas. Que nunca se sabe.