Opinión

Ramón Tamames o el riesgo de resucitar a un muerto

Tamames no se resigna a no influir en la política española. Hace 10 años convocó en su ático junto a la Castellana una comida con empresarios y periodistas para convencer a un político catalán a que diera el salto a la política nacional...

17 de mayo de 2013. En el ático próximo a la Castellana donde viven desde hace décadas Ramón Tamames y su mujer, Carmen, están convocados a las dos de la tarde a una comida una serie de políticos, periodistas y economistas. El motivo no es otro que intentar convencer a una figura emergente de la política catalana, un constitucionalista de pro, ilusionante. a que dé el salto a la política nacional y se atreva a “intentar recoger el voto del descontento” que ha dejado a un PSOE inane tras el segundo mandato de José Luis Rodríguez Zapatero y a un PP que aún no sabe si va o si viene con Mariano Rajoy al frente.

Tras una visita al ‘jardín arbóreo’ de la terraza del magnífico piso del catedrático y exmilitante del PCE, los comensales se sientan en torno a una mesa atendida por quien durante años sirviera los ágapes en la ya desaparecida sede de ABC a los directores del diario aún monárquico.

Junto a Tamames y su esposa, cuatro periodistas seleccionados de las tertulias donde participa el viejo luchador antifranquista, de Intereconomía a La Sexta; el escritor y miembro de la Real Academia, Luis Goytisolo; también, dos políticos cercanos al PP, Pedro Núñez-Morgades y el exministro de la UCD, Fernando Suárez;  además, el catedrático y empresario José Luis García Guglieri, y el doctor en Economía y exdirector del BEI, Christian Careaga.

Completan la mesa Pedro Vega, de Aguas de Barcelona, y Vicente Dalda, experto en comunicación. Ambos tienen en común ser buenos amigos del político catalán al que Tamames ha invitado a su casa para animarle a que dé el salto a Madrid. Y que no es otro que Albert Rivera, que a sus apenas 34 años es, en ese 2013, la gran esperanza para muchos de regenerar la política española “esclerotizada por el bipartidismo”, en opinión del catedrático Tamames.  Dos años después de esa comida, Albert Rivera da el salto a la política nacional. El resto, es historia.

Tamames, de Rivera a Abascal

Miércoles 22 de febrero de 2023. Casi diez años después de aquella comida en su ático, Tamames es presentado  en la sede de Vox como candidato a la presidencia del Gobierno de la formación de Santiago Abascal en la moción de censura. Al viejo catedrático, casi 90 años, le arropan además de Abascal y otros políticos de Vox, un grupo de “amigos y colaboradores” con los que ha formado un “equipo de trabajo”.  Muchos son familiares, como su hijo Moncho Tamames o su cuñado, Tomás Prieto-Castro; también el escritor Fernando Sánchez-Dragó,  compañero de calabazo antifranquista y que ha hecho –como contó en este medio Marina Alías- de correa de transmisión con Abascal para proponer al catedrático.

Pero en la foto –con una llamativa ausencia de mujeres- aparecen también dos viejos conocidos de la comida en el ático de hace casi diez años: Christian Careaga y Vicente Dalda, que han acompañado al catedrático en su última y llamativa travesía política, la que va de apoyar a un emergente Albert Rivera en 2013 a ser la opción de Vox en una moción de censura destinada al fracaso.

Desde que Vozpópuli desvelara en exclusiva que Ramón Tamames era el elegido por Abascal como candidato a la moción contra Sánchez, las reacciones a su designación no se hicieron esperar. En los salones del Ritz el pasado jueves, donde José Luis Rodríguez Zapatero presentaba en un desayuno a la ministra Teresa Ribera, las alicaídas huestes socialistas tomaban el anuncio como un balón de oxígeno en mitad de la guerra por el ‘solo sí es sí’ con los ministros morados. Entre rebajas de pena y excarcelaciones a violadores y abusadores por la chapuza de la ley de Irene Montero, Pam y Batet, la moción que se registra este lunes se ve como una “ocasión de oro” para tomar aire.

17 de mayo de 2013. En el ático próximo a la Castellana donde viven desde hace décadas Ramón Tamames y su mujer, Carmen, están convocados a las dos de la tarde a una comida una serie de políticos, periodistas y economistas...

Lo mismo se piensa, incluso, desde el ala liberal de Vox, donde muchos no entienden la jugada de Abascal en estos momentos y hubieran preferido, dicen, “dejarla morir”.  No solo, aseguran las mismas fuentes, porque “cuando el enemigo se está peleando no hay que distraerle”, sino porque están convencidos de que algunas de las cosas que puede decir Tamames en la tribuna –o desde donde protagonice el discurso, dados los problemas de movilidad del candidato a sus casi 90 años-  pueden entrar en una clara contradicción con el programa de Vox "que nos traería problemas serios".

“El partido me ha dado total libertad”, asegura el catedrático, y eso es, precisamente, lo que temen algunos en la formación de Abascal, lo que diga sobre el estado de las autonomías, la violencia de género o el aborto, temas que saldrán en la réplica de los partidos.

El PSOE intentará llevar la moción lo más cerca de la campaña de las municipales y autonómicas para “retratar” a Vox y Tamames junto al PP de Alberto Núñez-Feijóo, que insiste en abstenerse y al que la candidatura del catedrático y la moción de Vox le parece un”show” que va a dar una victoria aritmética a Sánchez en uno de sus peores momentos. Ciudadanos –que en su momento alentó la moción- votará en contra porque, dicen en la formación naranja, el momento ha cambiado y llega en auxilio de Sánchez. Y los socios del Gobierno Frankenstein –Podemos, ERC, Bildu- debaten incluso la idea de ningunear al candidato y ni siquiera replicarle.

Respetar a Tamames, orden de Moncloa

Moncloa ha dado orden de no poner al catedrático en la diana de las críticas y centrar los ataques en Vox y el PP, en Abascal y Feijóo, en una especie de nueva ‘foto de Colón’ de cara al 28-M. El argumento de Vox, por su parte, es enfrentar a Sánchez con la España del 78 que representa Tamames, que además exhibe sus galas de viejo luchador antifranquista y exmilitante del PCE que un día, hace casi diez años, lo intentó con Rivera y acaba ahora de la mano de Abascal enfrentándose a Sánchez para ser derrotado.  

Tamames asegura que “el Cid Campeador debió sentirse de forma parecida a esta, cuando le pidió explicaciones al Rey Alfonso VI en la jura de Santa Gadea”.  Rodrigo Díaz ganó una batalla después de muerto. Tamames corre el riesgo de resucitar a Sánchez.

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