Opinión

Rütte vuelve a amenazar a Sánchez

Cuentan los corresponsales en Bruselas que Holanda vuelve a amenazar a España con no autorizar más fondos europeos -tiene derecho de veto- que los 9.000 millones de este final de

Cuentan los corresponsales en Bruselas que Holanda vuelve a amenazar a España con no autorizar más fondos europeos -tiene derecho de veto- que los 9.000 millones de este final de julio, porque no acaba de creerse que nuestro Gobierno vaya a acometer ni la obligada reforma de las pensiones, ese eufemismo tras el cual se oculta un retraso en la edad efectiva de jubilación y una rebaja en la cuantía de las prestaciones, ni tampoco acaba de creerse que Pedro Sánchez vaya a mantener la flexibilización del mercado laboral.

Es decir, como el Ejecutivo de Mark Rütte intuye que PSOE y Unidas Podemos van a pasarse por el arco de triunfo la exigencia de la UE de no tocar la reforma del mercado de trabajo que hizo el Gobierno de Mariano Rajoy (2013) y, ya puestos, como ven que La Moncloa duda si cumplir la recomendación UE de no subir impuestos -que no hay más que oír a la vicepresidenta Yolanda Díaz y los suyos-, pues ha decidido pasar a la acción y no ser solo un paganini del norte sin voz ni voto.

Así que, el pasado lunes, durante reunión de los ministros de finanzas de la UE y aprovechando que se aprobaba el Plan de Recuperación de España y los de otra una decena de países europeos, Hans Vulbrief, adjunto al ministro holandés de finanzas, Wopke Hoekstra, leyó una declaración en la cual se advertía a los países incumplidores de compromisos que el beneplácito holandés a los primeros desembolsos -9.000 millones en el caso español-, puede ser un “no” a los siguientes.

El viceministro de Finanzas holandés lamentó en el Ecofín del pasado lunes que haya sido “especialmente difícil que se incorporen reformas relevantes para sostener la sostenibilidad de las finanzas públicas” en España

"Nos hubiera gustado que se afrontaran mejor en estos planes las recomendaciones de la Comisión Europea en el capítulo de las pensiones, fiscal o laboral. Ha sido especialmente difícil que se incorporen reformas relevantes para la sostenibilidad de las finanzas públicas”, dijo el tal Vulbrief en lo que supone todo un dardo envenenado dirigido a alguien que no estaba allí en ese momento, la flamante nueva vicepresidenta primera, Nadia Calviño, quien había excusado su asistencia al Ecofin.

A Calviño debieron pitarle los oídos en ese momento -y en otros muchos de sus viajes a Bruselas- porque la vicepresidenta económica no deja de achicar agua en términos macroeconómicos de un gobierno con unas cuentas públicas “imposibles”; no solo porque lo diga Pablo Casado, que le va en el sueldo de líder de la oposición, es que los socios más ortodoxos de la UE como Rütte quieren meterlas mano, pero los morados minoritarios de la coalición española de gobierno se niegan en redondo.

Aunque esta derivada de la pandemia no es la crisis de 2008 y que el Banco Central Europeo (BCE) va a seguir sosteniendo la deuda de los países del sur europeo, por más que el presidente del todopoderoso Bundesbank alemán, Jens Weidmann, insista un día sí y otro también que el organismo monetario debe dejar de comprar deuda de España, Italia o Portugal “en cuanto pase la situación de emergencia”, Calviño sabe que son ya varios los avisos que está recibiendo del norte europeo en el sentido de que debe rectificar una política que los países frugales consideran de gasto descontrolado.

Que una cosa es que la regla gasto no vaya a volver a las economías europeas hasta el presupuesto de 2023 y otra seguir cebando una bomba de relojería en el gasto que amenace con otra crisis de deuda en cuanto el BCE de Christine Lagarde haga caso a los Weidmann y Rütte, y deje de comprar deuda soberana … ¿Cómo va a compaginar, entonces, España políticas de reducción de ingresos como la derivada de la bajada de impuestos en el recibo de la luz, por ejemplo, con el mantenimiento de nuestro sistema de bienestar? ¿los 22.000 millones que, dice él ministro Escrivá, deberemos aportar los españoles vía impuestos para pagar las cuantiosas jubilaciones del baby-boom que están a la vuelta de la esquina… de qué otras partidas se van a recortar?

La advertencia holandesa tiene especial relevancia porque Hacienda está a punto de establecer un ‘techo de gasto’ récord precisamente a cuenta de esos fondos que vuelven a cuestionarse

Esas dos preguntas, y otras muchas más, se las están haciendo en las cancillerías europeas con tanta insistencia, al menos, como seguro se las está haciendo Calviño y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que este mes de julio debe presentar un techo de gasto de todas las administraciones en 2022 y lo quiere con récord de gasto… a cuenta de unos fondos que Holanda vuelve a discutirnos.

Sí, nuestro amigo Rütte avisa de que está a punto de acabar la fiesta del sur y no creo que esta vez esté muy dispuesto a oír de Pedro Sánchez que tiene un socio de gobierno voraz en lo que a gasto público se refiere. Su ministro de Finanzas, Hoekstra, y el tal Hans Vulbrief, se han puesto a revisar el plan de reformas del Gobierno y alguna cosa no les cuadra; me temo que la falta de concreción en el calendario tan típica y tópica de nuestra forma hispana de hacer las cosas: patada hacia adelante y el que venga detrás (¿Casado?) que arree.

Sánchez y El primer ministro holandés ya se las tuvieron tiesas hace ahora un año por la tozuda negativa de Rütte a mutualizar los 750.000 millones de ayuda el fondo New Generation para ayudar, principalmente, a los países del sur europeo más afectados por la pandemia: Italia (144.000 millones), España (72.700), Francia y Portugal.

Al final, el presidente español se salió con la suya pero la nueva reacción de Mark Rütte, cuando todavía no han llegado los primeros 9.000 millones de esos fondos a las arcas españolas hacer prever que la percepción del resto consignado no va a ser un camino de rosas. Atentos.

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