Opinión

Salarios versus beneficios empresariales

Todo lo hecho hasta ahora para luchar contra la inflación no vale para nada, solo para reducir todavía más el poder de compra de los trabajadores.

La evidencia se acumula. Los beneficios empresariales, y no los salarios, representan el mayor peligro para la evolución futura de la inflación. Los Bancos Centrales han ignorado en su mayor parte el papel que desempeñan las empresas en la fijación de precios. En su lugar, seguían sugiriendo que el aumento de los salarios conduciría a un aumento de los precios (una espiral salarios-precios). Pero al final, la realidad se acaba imponiendo y, ahora, más vale tarde que nunca, empiezan a preocuparse por la evolución de los beneficios empresariales y sugerir que éstos son los principales responsables del nivel de inflación actual, especialmente la inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta la evolución de los precios fijados en los mercados financieros, alimentos no elaborados y energía.

Éste es el enésimo ejemplo de la mercancía averiada presente en la inmensa mayoría de manuales de texto de Teoría Macroeconómica que se suelen estudiar en las universidades de medio mundo, incluidas aquellas de más pedigrí. Parten de la base de que el problema económico subyacente es la rigidez del mercado laboral, que provoca, según esos manuales, un aumento de los salarios y, en consecuencia, de los precios. Y creen que los aumentos de los tipos de interés son necesarios para frenar esta inflación de precios y salarios. Esto es totalmente erróneo. Los aumentos salariales ni siquiera han seguido el ritmo de la inflación. Las nóminas de la mayoría de los trabajadores están disminuyendo en términos de poder adquisitivo real.

En lugar de provocar la inflación, los salarios están reduciendo las presiones inflacionistas. El problema económico subyacente es la inflación de precios por beneficios. Se debe a que las empresas suben sus precios por encima de sus crecientes costes. Las empresas utilizan esos costes crecientes -de materiales, componentes y mano de obra- como excusa para aumentar aún más sus precios, lo que se traduce en mayores beneficios. Esta es la razón por la que los beneficios empresariales están cerca de niveles no vistos en más de medio siglo. Las empresas tienen el poder de subir los precios sin perder clientes porque se enfrentan a muy poca competencia. Esta es la puñetera realidad. Y ya es hora de actuar.

Cambio de discurso

Después de meses de inquietud sobre si el aumento de los salarios de los trabajadores mantendría la inflación incómodamente alta, los banqueros centrales han tenido que cambiar el sentido de su preocupación, mirando, ahora sí, a los enormes beneficios de las empresas, especialmente de las grandes. Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, señaló en una conferencia celebrada en Fráncfort a finales de marzo que, en el cuarto trimestre del año pasado, la mitad de las presiones internas sobre los precios en la eurozona procedieron de los beneficios empresariales. Ha habido un fenómeno similar en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá o Australia, donde las empresas informaron de amplios márgenes de beneficio el año pasado a pesar de la inflación más alta en cuatro décadas.

El propio Fabio Panetta explicó las posibles razones de dicho comportamiento, “las empresas podrían estar aumentando los precios debido a los mayores costes de los insumos (los gastos de producción de sus bienes o servicios), o porque esperan futuros aumentos de costes, o porque tienen poder de mercado que les permite aumentar los precios sin sufrir una pérdida de demanda." Desde estas líneas veníamos mostrando nuestra preocupación por el aumento del poder de mercado empresarial que afectaba negativamente al factor trabajo, a las propias inversiones en capital, aumentando la desigualdad. Ahora, a todo ello se añade el impacto del poder de mercado en la subida generalizada de los precios, del cual también avisamos. Permítanme compartir con ustedes las principales conclusiones de dos estudios muy recientes que van en esta misma línea.

Espiral de beneficios y precios

Empecemos por el estudio realizado por The Australia Instutute, “Profit-Price Spiral: The Truth Behind Australia’s Inflation”, que analiza que hay detrás de la evolución de precios en dicho país. Los trabajadores de Australia han sufrido considerables pérdidas económicas como consecuencia de la aceleración de la inflación desde el inicio de la pandemia de COVID. Los nuevos datos y análisis empíricos que aportan confirman el papel dominante de los beneficios empresariales en la subida de los precios en Australia, y no de los salarios. Esto sugiere que la política monetaria centrada en la contención salarial está fuera de lugar y es injusta. Las principales conclusiones de este análisis son las siguientes

  • En el tercer trimestre de 2022, último dato con el que trabajan, las empresas australianas habían aumentado los precios en un total de 160.000 millones de dólares anuales por encima de sus mayores gastos en mano de obra, impuestos y otros insumos, y por encima de los nuevos beneficios generados por el crecimiento de la producción económica real.
  • Sin la inclusión de ese exceso de beneficios en los precios finales de los bienes y servicios fabricados en Australia, la inflación desde la pandemia habría sido mucho más lenta de lo que se experimentó en la práctica: una media anual del 2,7% anual, apenas la mitad de la media anual del 5,2% registrada realmente desde finales de 2019.
  • Ese ritmo de inflación habría caído dentro de la banda de inflación objetivo de la Reserva Federal de Australia, RBA, (igual a su objetivo del 2,5% más o menos 0,5%). Por lo tanto, incluso dentro de la propia regla de política del RBA, las dolorosas subidas actuales de los tipos de interés serían innecesarias.
  • En un segundo escenario se permite una modesta inflación nominal en los márgenes de beneficio unitarios, coherente con el objetivo del 2,5% del RBA. Incluso en este escenario, la inflación habría promediado sólo el 3,3% desde la pandemia, sólo ligeramente por encima de la banda objetivo, siendo innecesarias las subidas de tipos de interés.
  • El análisis de los flujos de renta asociados al exceso de inflación desde finales de 2019 confirma el predominio de los beneficios empresariales en la aceleración de la inflación desde la pandemia. El exceso de beneficios empresariales representa el 69% de la inflación adicional por encima del objetivo del RBA. El aumento de los costes laborales unitarios representa sólo el 18% de esa inflación.
  • Las dimensiones distributivas de la inflación post-pandemia (caída de los salarios reales, caída de la participación de la mano de obra en el PIB y beneficios empresariales récord) son completamente opuestas a la experiencia de la década de 1970 (cuando los salarios reales subieron, la participación de la mano de obra en el PIB aumentó y los márgenes de beneficios empresariales cayeron). Esta comparación histórica confirma que los temores a una "espiral de precios salariales" al estilo de los años setenta no están justificados. Por el contrario, la inflación registrada en Australia desde la pandemia refleja claramente una dinámica beneficio-precio.

Inflación, beneficios y conflicto entre vendedores

El segundo estudio, Sellers’ Inflation, Profits and Conflict: Why can Large Firms Hike Prices in an Emergency?, más académico, se centra en los Estados Unidos. Los autores sostienen que la inflación postpandemia de EE.UU. es predominantemente una inflación de vendedores, y se debe a la capacidad de las empresas con poder de mercado para subir los precios. Recopilan datos a nivel de empresa para derivar una heurística de tres etapas del proceso inflacionista:

(1) La subida de precios en sectores ascendentes sistémicamente significativos debido a la dinámica del mercado de materias primas o a cuellos de botella crea beneficios inesperados y proporciona un impulso para nuevas subidas de precios.

(2) Para proteger los márgenes de beneficio del aumento de los costes, los sectores descendentes propagan, o en casos de monopolios temporales debidos a cuellos de botella, amplifican las presiones sobre los precios.

(3) La mano de obra responde intentando evitar la caída de los salarios reales en la fase de conflicto. Sostenemos que este tipo de inflación de los vendedores genera una subida general de precios que puede dar lugar a espirales inflacionistas auto-sostenidas.

La política debe tratar de contener las subidas de precios en la fase de impulso para evitar la inflación desde el principio. Los autores proponen limitar la especulación financiera sobre las materias primas para reducir el potencial de impulsos que pueden contribuir a disparar la inflación. Para evitar que las empresas ejerzan un poder de monopolio temporal en respuesta a un cuello de botella, las leyes de precios abusivos de muchos estados de EE.UU. prohíben los precios excesivos en situaciones de emergencia. Proponen, a nivel nacional e internacional, limitar el grado de aumento legal de los precios en situaciones de emergencia para los sectores de importancia sistémica. Para ser eficaces, las leyes contra el alza de precios deben estar respaldadas por una capacidad de control. Los impuestos sobre los beneficios extraordinarios pueden ser una herramienta complementaria que puede hacer menos atractivo para las empresas subir los precios de manera que aumenten los márgenes de beneficio y, por lo tanto, hacer menos probables los impulsos iniciales de los precios y las amplificaciones de las subidas de precios. Por último, si todas estas medidas fracasan, los controles estratégicos de precios para sectores de importancia sistémica pueden ser un último recurso. Cuando los precios son administrados por un puñado de empresas, son más fáciles de aplicar que en los mercados competitivos.

¿Serán capaces los Bancos Centrales de tomar nota?, o, por el contrario, ¿continuarán con sus manuales de texto caducados?

Todo lo hecho hasta ahora para luchar contra la inflación no vale para nada, solo para reducir todavía más el poder de compra de los trabajadores. ¿Serán capaces los Bancos Centrales de tomar nota?, o, por el contrario, ¿continuarán con sus manuales de texto caducados? Si optan por esto último solo cabe una acción política, poner fin a su independencia.

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