Opinión

Sánchez en Argelia, presidente de sí mismo

El futuro de nuestro país está secuestrado para malvenderse en beneficio de un individuo que ni puede, ni quiere ganar las próximas elecciones

Pedro Sánchez es la prueba de que el tan idealizado sistema político actual es débil e ineficaz como mecanismo de defensa de los intereses de España frente al particular de sus gobernantes. Cuatro años desde que llegase al poder con una moción de censura. Dos, tras unas elecciones generales sin mayoría absoluta y Sánchez ya ha destruido toda realidad de España como país serio, soberano e incluso viable. El futuro de nuestro país está secuestrado para malvenderse en beneficio de un individuo que ni puede, ni quiere ganar las próximas elecciones en medio de varias crisis.

Alguna encuesta, amén de la debacle económica en la que nos adentramos, debió hacerle mirar con codicia y envidia la vida de un ex presidente socialista, como Zapatero o González. Pero para entrar en el negocio de las relaciones internacionales” en el bloque occidental, o acceder al circuito de los top jobs de la Unión Europea, tenía antes que dejar de ser un apestado para los EE.UU. Aún nadie ha explicado el motivo por el que Biden se haya negado a permanecer junto a él en público más de 20 segundos.

El lavado de imagen personal de Sánchez ha costado la servidumbre de España a intereses de terceros países. Ha creado un enorme problema energético, inmigratorio y de seguridad en la frontera sur con dos naciones enfrentadas. La entrega del Sáhara Occidental a Marruecos, aliado preferente de EE.UU. en la región, parece haber sido la carta de presentación de sus aptitudes como un entusiasta y barato conseguidor. Esa humillación de España fue aplaudida por la prensa como un movimiento de realpolitik del presidente—circunstancia que también explica el poder impune del que disfruta Sánchez. Nunca existió la posibilidad real de convertirnos en hub energético enemistándonos con el único suministrador de gas. Especialmente cuando éste tenía otra vía de salida mucho mayor a través de su gasoducto con Italia.

Las consecuencias de dicho incumplimiento por parte de Sánchez no le afectan a él sino a los ciudadanos, que pagaremos el precio de la subida o la escasez

Tras un discurso de Sánchez en el que mencionaba al Polisario en términos que parecían redactados en Riad, Argelia ha decidido suspender el Tratado de Amistad con España porque “se ha liberado de obligaciones y valores esenciales consagrados en este Tratado”. Las consecuencias de dicho incumplimiento por parte de Sánchez no le afectan a él sino a los ciudadanos, que pagaremos el precio de la subida o la escasez, y las empresas españolas como Naturgy, Cepsa y Repsol. Argelia no suspenderá sus contratos, pero cabe la posibilidad de que suba el precio de las concesiones de forma inasumible, esquivando a la UE y evitando acudir al Arbitraje Internacional. Instancia en la que España es el único país europeo que no respeta sus decisiones, como en el ámbito de las renovables.

También íbamos a ser el punto verde en Europa de las energías alternativas tras regalar el Sáhara. Pero existen impagos reiterados a una veintena de inversores en renovables que han ganado en el Arbitraje Internacional por incumplimiento de los acuerdos en las primas que se concedieron hace años en los países del entorno europeo. Pese a ser cuestionables, no puede ser que seamos el único país que no paga lo acordado ante un incumplimiento de contrato. Y esto tiene consecuencias en las inversiones de nuestro país, pero no para el presidente.

Ursula von der Leyen acabará descubriendo que Sánchez es el gran mentiroso verde. Sólo pretende beneficiarse de fondos y ganarse una imagen de Al Gore

Sánchez está cavando la fosa en la que se sepultan nuestros intereses energéticos. Estamos al borde de la estanflación, que traerá una destrucción salvaje de empleo. No hay nada que ahuyente más la inversión que la incertidumbre y la inseguridad jurídica de un país que avanza hacia la argentinización. Especialmente en un sector en progreso en toda Europa, donde crece cuatro veces más la energía renovable que en España desde que empezaron los incumplimientos por impago. Iberdrola acaba de anunciar una inversión de 8.000 millones de euros en Reino Unido a raíz de esta circunstancia. Ursula von der Leyen acabará descubriendo que Sánchez es el gran mentiroso verde. Sólo pretende beneficiarse de fondos y ganarse una imagen de Al Gore sin que le importe minar el tejido productivo de España en el sector.

¿Quién representa los intereses de España en las reuniones internacionales mientras Sánchez se dedica al networking particular? No es un presidente sino un comercial desesperado intentando vender una imagen personal falseada que parasita el nombre de España. Es presidente de sí mismo, de nadie más, y tiene secuestrado nuestro presente y futuro.

La cumbre de la OTAN de finales de mes en España ya parece la cena de los idiotas, donde además al idiota le toca organizar el banquete. La situación de España no ha dejado de empeorar desde la entrada irregular de Ghali. Un hecho absurdo que resultó muy oportuno para países vecinos y aliados, los beneficiados de que la Presidencia de España esté ocupada por un traidor en venta, por un Godoy. Huyen las inversiones y se avecinan oleadas de inmigraciones, con una menor seguridad respecto al terrorismo yihadista. Con un Marruecos crecido ante nuestra sumisión y una Argelia encolerizada y con poder. Revertir la situación requiere mucho más que echar a Sánchez.

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