Opinión

Verano electoral: el gran botellón que paga Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lleva un mes dando vueltas por España travestido de hombre anuncio de las ocurrencias. Y el target electoral claramente identificado: chavalería y pensionistas

Españoles al tren. Todos menos Pedro Sánchez, que para eso tiene Falcon. El presidente lleva un mes dando vueltas por España travestido de hombre anuncio de las ocurrencias. Y el target electoral claramente identificado: chavalería y pensionistas. El resto lo da claramente por perdido, porque es el grueso de las familias al que está pasando la factura de la fiesta. Sánchez invita; la clase media paga.

A Sánchez se le escapa La Moncloa con la economía estabilizada. Y debe dar mucha rabia. Por eso busca cada semana en el fondo de su chistera promesas a cambio de votos. Después de varios días dedicado en cuerpo y alma a la vivienda con números redondos, pero mucha inconcreción y vaguedades, el presidente ha presentado un plan muy concreto: las vacaciones subvencionadas. Un Imserso para jóvenes.

Si nada cambia, 2023 será un verano que se recordará en Cachitos 2050. ¿Qué fue de la España 2050? Primero, porque climatológicamente estamos en verano desde abril. Hemos tomado las calles. Y nada indica que eso vaya a cambiar. Ni lo del verano más largo de nuestras vidas, ni lo de las calles. Segundo, porque tenemos la presidencia de la Unión Europea y nos vamos a dejar lo que haga falta para que el evento se sienta en cada rincón del país. De festival en festival; de concierto en concierto; de chiringuito en chiringuito; de discoteca en discoteca hasta la victoria final.

Sánchez invita, la clase media paga

El Gobierno (pluri)nacional y popular de Sánchez quiere a los españoles de fiesta. Son las vacaciones para todos del primer Perón. En unos meses, los trenes de media distancia serán gratis; los autobuses, si estás en edad de borrachera, casi; y los AVE y el interrail por Europa costarán la mitad. No vaya a ser que además de ir a Madrid, Barcelona o Málaga, apetezca pasar por Tomorrowland o Glastonbury este año.

Se da la paradoja de que las vacaciones más caras serán las de las familias con hijos pequeños que transitan por esa zona gris de edad y salario en la que no califican para ayuda alguna. Pagarán sus vacaciones y las de los demás. Pagarán su hipoteca y los avales ICO de los demás.

La clase media es la más castigada por el sanchismo. Será más fácil y barato viajar con 18 de años que siendo familia numerosa. Pero lo peor no es que lo haga Sánchez, que también. Lo más increíble es que el PP se pelee por la paternidad de los trenes para todos. Hace solo unos días, Inés Arrimadas -Ciudadanos- anunció una medida revolucionaria para la natalidad: una ayuda universal de 1.000 a las personas que tengan un bebé y otra, complementaria, aplicable a partir del segundo hijo, de 1.200 euros anuales hasta que el niño cumpla los 12 años.

Desgraciadamente, hay demasiados ejemplos de que la sociedad no está en eso. Y que se rentabiliza más lo del tren que por ejemplo subvencionar a una familia el 50% de lo que pagan por las colonias de verano en julio. La colonia de verano es un eufemismo que nos hemos inventado para ocultar que esos campamentos consisten en dejar a nuestros hijos en el mismo colegio y con el mismo horario, pagando por una semana lo que cuesta un mes entero en cualquier concertado.

Centrados en Chimo Bayo

La pandemia se ha marchado de nuestras vidas, pero nos ha dejado una sociedad –y en especial una juventud- más volcada en vivir como si no hubiera mañana que en otra cosa. Por eso se lleva más titulares el concierto gratuito de Chimo Bayo en la pradera de San Isidro (Madrid) que la ayudas a la natalidad. El regreso del Exta sí es solo una prueba más de donde estamos. En el futuro inmediato lamentaremos no habernos centrado en lo importante.

Ayuso fue la primera en detectar esa necesidad egoísta de vivir sin mirar atrás. A su barco le llamó libertad. Sánchez intenta copiarle sin éxito desde hace tiempo. El problema que tiene es de credibilidad. Nadie se fía de él. Y sus promesas caen en el saco de la mentira que ha sido su Gobierno. Sánchez se marchará regalando a los españoles un verano inolvidable de calor y botellones que pagaremos todos menos Chimo Bayo. Así me gusta a mí.

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