Opinión

Pedro Sánchez afila la guillotina: caerá Bolaños tras una campaña negra

No hay partido ni ‘barón’ de Sánchez que pueda resistir esta campaña. Solo un milagro nos salvará del desastre, aunque prefiero que el hundimiento llegue para poder empezar de cero”. Un socialista 'pata negra' de Madrid, de los

No hay partido ni ‘barón’ de Sánchez que pueda resistir esta campaña. Solo un milagro nos salvará del desastre, aunque prefiero que el hundimiento llegue para poder empezar de cero”. Un socialista 'pata negra' de Madrid, de los que llevan tiempo asistiendo desde la barrera a la degradación del PSOE en la Comunidad, se echa las manos a la cabeza con las últimas noticias de sucesos que acorralan a los socialistas. “Si dura una semana más, hay que cambiar las siglas…”.

Los socialistas de antaño han asistido con estupor a una campaña y una precampaña que, asegura esta fuente, “no tiene comparación” en la historia reciente del partido. Sin solución de continuidad se pasó de las mil rebajas de condena a violadores al escándalo de los 44 etarras en las listas de Bildu para pasar a la compra de votos de Melilla –donde su socio, Mustafá Aberchán, está en el centro del escándalo- y terminar, en los últimos días, en Mojácar y en las detenciones de candidatos en el lugar elegido por Sánchez para vacacionar antes de descansar en Doñana y La Mareta a cargo del erario público.

Como si se tratara de una crónica negra, los medios de comunicación se han poblado de candidatos socialistas detenidos por comprar votos; un número tres del PSOE andaluz investigado por su implicación en el secuestro de una concejal que pretendía revelar turbios contratos en Maracena, donde aquél fue alcalde y luego colocó a su prima; otro renunciaba en Tenerife tras romperle la pierna en una pelea a otro hombre a las puertas de un campo de fútbol; en Níjar, la Policía denuncia que hay 20 supuestos electores censados en el domicilio de un socialista…

Hasta un candidato al Ayuntamiento de Valencia renunciaba tras ser investigado por la Policía por su relación con los Latin Kings. Como alguien decía estos días, en Ferraz están buscando un exorcista

Sánchez y el fin de la impunidad

La proliferación de casos hace pensar, sin embargo, que esta práctica no era una excepción en España y que lo que ha cambiado ahora es, según varias fuentes, el fin de la permisividad y la impunidad. En Andalucía, donde se han destapado varios casos, ya no gobierna el PSOE: el régimen, con el primer mandato de Juanma Moreno y, sobre todo, con la mayoría absoluta de la segunda legislatura, ha dado un vuelco y el socialismo ya no campa a sus anchas.

Pero, además, hay una segunda razón que explicaría esta epidemia de casos: los cinco años de sanchismo han dejado muchas cuentas pendientes en varios colectivos y ahora empiezan a pasarles factura: los jueces, maltratados por la ministra Llop y en plena época de reivindicaciones y amenazas de huelga, y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en guerra con el ministro Marlaska y sus arbitrariedades desde hace años. Desde el PSOE se piensa que esto no es casual, una apreciación que también se comparte en el principal partido de la oposición.

¿Y qué hace Pedro Sánchez mientras su partido se consume acorralado por los incendios de las detenciones y los autos judiciales? Más allá de intentar calmar a unos barones que han entrado en pánico ante la posibilidad de perder Comunidad Valenciana, Aragón e incluso Castilla-La Mancha y de ver cómo el PP amplía su poder en Madrid, Murcia y conquista con seguridad La Rioja, Sánchez acusa a Feijóo de embarrar el campo y busca la siguiente cabeza para cortar.

En el PSOE dan por seguro que Sánchez ya ha decidido elegirle como cabeza de turco de esta campaña negra. De la magnitud de la derrota de este 28-M dependerá lo rápido de su caída

Si en la catástrofe socialista del 4-M –cuando Sánchez se acostó convencido por Iván Redondo de que iba a gobernar Madrid y se levantó con una aplastante victoria de Isabel Díaz Ayuso- la cabeza que acabó cortando dos meses después fue la de su rasputín de cabecera, ahora todos dan por seguro que el sacrificado será, precisamente, el enemigo de Redondo: Félix Bolaños.

Bolaños se quitó de en medio a Redondo y logró ganarse el favor de Sánchez a base de cumplir fielmente y con discreción los encargos del inquilino de Moncloa. Desde 2014 acompaña a Sánchez en Ferraz, le defendió jurídicamente contra quienes le querían derrocar del PSOE y pasó a ser secretario general de Presidencia en 2018.

Él fue quien redactó el decreto de exhumación de Franco del Valle de los Caídos y quien llevó la interlocución con la familia del dictador. Incluso, viajó en el Súperpuma con los restos y con los familiares. Negoció después la renovación del CGPJ con el PP y llegó a un acuerdo con Teodoro García Egea que saltó por los aires porque alguien –dicen que su enemigo Redondo- filtró dos nombres inaceptables para los populares.

Y llegó el desastre de la moción de censura en Murcia que precipitó el adelanto electoral en Madrid y una campaña horrible para el PSOE. Bolaños se cobró la venganza: Sánchez, que nunca asume culpas, acabó cortando la cabeza de Redondo y largándole sin una muestra de agradecimiento.

Ahora, dos años después, la baraka de Bolaños parece agotada. El 2 de mayo de 2022 comenzó su declinar cuando decidió eclipsar la fiesta de Ayuso con el anuncio del espionaje de Pegasus a los móviles del presidente y varios ministros. Aún no se ha aclarado un asunto que solo extendió la sospecha del chantaje de Marruecos, a quien se entregó prácticamente el Sáhara.

Un año después, Bolaños protagonizaba otro 2 de mayo y empezaba virtualmente una campaña haciendo el ridículo intentando colarse en la tribuna de los actos de la Comunidad de Madrid. Las encuestas dicen que Ayuso fue la gran beneficiada de aquel intento abortado por una jefa de Protocolo. Y Redondo, ahora tertuliano, valoraba sin piedad el incidente: “Ayuso ha obtenido una victoria política aunque muy cruel, porque las imágenes son muy crueles".

Ingresado en urgencias

Días después, Bolaños tenía que ser ingresado en urgencias por una afección vesicular. No volvió a levantar cabeza hasta que el 18 de mayo acudió a Mojácar –también veranea curiosamente allí, como lo hacía su jefe Sánchez- para apoyar al candidato socialista y avanzarle ufano que su olfato le decía que iba a ser el nuevo alcalde. Unos días después llegaron las detenciones por la compra de votos y Bolaños ordenaba borrar el vídeo, la nota de prensa y cualquier rastro de su presencia en Mojácar.

Definitivamente, la baraka del fiel servidor de Sánchez se había apagado. Y en el PSOE dan por seguro que Sánchez ya ha decidido elegirle como cabeza de turco de esta campaña negra. De la magnitud de la derrota de este 28-M dependerá lo rápido de su caída.

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