Opinión

Sánchez se despeña en Castilla y León

El 13-F se dirime en las urnas mucho más que la presidencia de Castilla y León. Por vez primera, las elecciones se van a jugar en un plano nacional, con

El 13-F se dirime en las urnas mucho más que la presidencia de Castilla y León. Por vez primera, las elecciones se van a jugar en un plano nacional, con todos los medios pendientes de la campaña, de la España Vacía, de los cerdos de Garzón, del futuro de Sánchez y de las ‘puñaladas’ a traición de Fernández Mañueco al que fuera su vicepresidente y portavoz, Francisco Igea.

Las elecciones en Castilla y León amenazan con ser la tercera estación de un Vía Crucis para el PSOE que arrancó hace casi un año con la fallida moción de Murcia y que tuvo su segundo –y estruendoso episodio- en las elecciones anticipadas de Madrid que borraron a Ciudadanos de la región, jubilaron anticipadamente a Pablo Iglesias –hoy convertido en tertuliano y meme para anunciar su 'Puto Podcast’, tal cual-, mandaron al PSOE del caudillo Sánchez a la irrelevancia en la Asamblea madrileña y encumbraron a Isabel Díaz Ayuso y a Mónica García.

Mañueco decidió por sorpresa y “a traición” –hay que oír a Igea narrar todo el proceso y hablar del ‘candidato cobarde de la derechita cobarde’- convocar elecciones con el pretexto de una moción de censura o un rechazo a los presupuestos que los naranjas niegan. Pero, una vez convocadas, lo que suceda el 13-F en Valladolid puede acabar desencadenando un terremoto en Moncloa.

El PP está convencido de poder gobernar en solitario tras las elecciones o, al menos, de obtener una victoria lo suficientemente amplia como para exigir a Vox la abstención. Los de Santiago Abascal , que han puesto de número uno a un polémico abogado que no ha dado abasto a borrar tuits homófobos, confían en crecer hasta los 9 escaños a lomos de las maltratadas gentes del campo de Castilla y León.

https://twitter.com/FranciscoIgea/status/1477211269266612224?s=20
Tuit de Francisco Igea el 1 de enero: a su espalda, Mañueco

Ciudadanos, todos cuyos líderes del resto de España con Inés Arrimadas –si el embarazo se lo permite- y Begoña Villacís a la cabeza, echarán el resto en la campaña, dan por seguro el escaño de Igea por Valladolid y fuentes del partido esperan al menos dos más “por León y Burgos”. Arrimadas, ayer en el Hotel Ritz, aseguró que se puede ser más determinante con menos escaños. Si Cs es clave, exigirán la renuncia de Mañueco para dar su apoyo al PP…

En la izquierda, es la última oportunidad para Luis Tudanca tras la fallida moción de censura del año pasado. Pocos confían en él y, desde el Gobierno, la última ‘garzonada’ en The Guardian le ha hecho un flaco favor: muchos han decidido tras ella cambiar su voto al centro y derecha o, sencillamente, quedarse en casa. Otros, tras la sobreactuación del PSOE contra el ministro de Consumo, votarán a quienes enarbolan ahora la bandera ecologista, Podemos. Además, la España Vaciada -un souflé que se desinfla- hará sin embargo daño al PSOE por ser el partido de los dos grandes que va detrás.

Sánchez, hundido

Con esta perspectiva hay que mirar a Iván Redondo que, un lunes más, volvía a amargarle el desayuno a su antiguo jefe y valedor en Moncloa, Pedro Sánchez. En su análisis semanal en La Vanguardia, el exgurú, que esta semana ha creado una nueva consultora en plena marejada de su investigación por su papel en el reparto de los fondos europeos, no duda en hundir a su antiguo señorito y al PSOE hasta el cuarto puesto de las encuestas en las generales, tras PP, Vox y el proyecto de Yolanda Díaz se llame como se llame en algún momento.

Redondo asegura que del análisis de las tripas de todas las encuestas publicadas hasta el lunes pasado, el PSOE mantiene un suelo de 5 millones de votos “sin apenas transferencias”. Y que Vox es “para todos los estudios el partido que más crece hasta los 66-71 diputados”, lo que colocaría a la fuerza de Abascal como segunda fuerza política en el Congreso.

Según Iván Redondo, Vox es “para todos los estudios el partido que más crece hasta los 66-71 diputados”, lo que colocaría al partido de Abascal como segunda fuerza política en el Congreso. A Sánchez, le hunde al cuarto puesto

Sobre el PP de Pablo Casado, el exajedrecista de Sánchez en La Moncloa lo sitúa “en torno a los 100 escaños” y –aquí es donde incide en la importancia de las elecciones del 13-F- “si bien irá al alza si vence en Castilla y León y Andalucía”. Es decir, un triunfo claro de Mañueco garantiza una mayoría absoluta al PP de Casado con Vox en las generales, apuntalada cuando Moreno Bonilla decida adelantar.

¿Cuándo? El presidente andaluz quiere en octubre y Génova en junio. El triunfo del PP en Castilla y León probablemente le obligue a Moreno a ceder a los deseos de Teodoro García Egea para aprovechar el impulso del triunfo electoral de Mañueco.

Y las dos previsibles victorias del PP en Castilla y León y luego en Andalucía irán acompañadas de un varapalo para Sánchez y el PSOE, que seguirá en la oposición y dará alas, siempre según Redondo, al “impulso de Yolanda Díaz. El exgurú de Sánchez se atreve a asegurar que en “la Liga de Izquierdas” ya “no habrá ninguna casa de encuestas que baje el movimiento que encabece Díaz de 65 escaños si se hace la proyección, con un máximo de 78” que dejaría por detrás a Sánchez y el PSOE. Un descalabro que empezaría el 13-F en Castilla y León.

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