Opinión

Sánchez, la Fiscalía y por qué el Barcelona ganará la Liga

Los pagos del FC Barcelona durante años al vicepresidente de los árbitros son el mayor escándalo del fútbol español. Pero su castigo, prescrito el 'delito' incomprensiblemente en la vía deportiva, depende de la Fiscalía. Y a Sánchez no le conviene agitar el avispero catalán: el Barça ganará la Liga

“Clamor en Madrid, silencio en Barcelona”, sentencia la prensa especializada internacional. “Esto es como lo de Al Capone”, dicen en Hacienda. El pago durante casi veinte años por parte del Barcelona al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros –el ex trencilla Enriquez Negreira- por supuestos asesoramientos para “asegurarse de que todo fuera neutral” y que “no se tomaran decisiones arbitrales en su contra” es el mayor escándalo de corrupción en el fútbol español. Y amenaza con quedar, como tantas cosas en este país, impune por prescripción o porque –como ya advirtió Pedro Sánchez- “la Fiscalía, ¿de quién depende? Pues eso”.

Una investigación del fisco destapaba que desde 2003 a 2018, el Barcelona pagó más de 4 millones de euros al vicepresidente de los árbitros, el que comunicaba los ascensos y descensos y el que ‘aconsejaba’ y ‘corregía’ a los árbitros de la Liga. Lo hizo a través de una empresa, Dasnil 95SL en la que figuraban Negreira y su hijo –que también recogía a los árbitros antes de los partidos en el Camp Nou y comía con ellos para 'cuidarlos'- y que dejó de recibir ingresos en mayo de 2018, justo cuando Enriquez Negreira perdía su valioso puesto de vicepresidente del Comité de Árbitros.

El carácter instrumental de la empresa no deja lugar a dudas para Hacienda: casi el cien por cien de sus ingresos procedían en los años analizados –de 2016 a 2018- de los pagos del FC Barcelona: en total, 1.492.680 euros por unos trabajos que no aparecen, supuesta “asesoría verbal” para que los arbitrajes “no perjudicaran” al equipo culé…

Sin penaltis del Barcelona

Y la “asesoría verbal” de Negreira funcionó: en las tres Ligas con los pagos fiscalizados del Barça, el club gozó de 33 penaltis a favor y solo 3 en contra; 78 partidos (de febrero de 2016 a marzo de 2018) sin una pena máxima en contra; 59 partidos seguidos sin una expulsión… Datos elocuentes que contrastan con las cinco Ligas siguientes, cuando se acaban los pagos a Negreira: 31 penaltis a favor, 19 en contra; 24 expulsiones a favor, 20 en contra. El Barça, con los pagos, ganó dos de las tres Ligas en juego. Sin ellos, una de cuatro.

¿Habrá consecuencias? De momento, en la ley del Deporte –tanto en la antigua como en la actual- es imposible porque incluso las actuaciones calificadas como “muy graves” prescriben a los tres años. Y todo depende ahora de que las actuaciones que está llevando a cabo la Fiscalía de Barcelona prosperen y decida llevarlas ante un juez, en cuyo caso el horizonte penal –aparte de las consecuencias para las personas físicas por corrupción entre particulares- puede acarrear una inhabilitación de uno a cinco años para la persona jurídica, es decir, para el FC Barcelona.

Además, en ese caso, tanto la Liga de Fútbol que preside Tebas y de la que depende el Barcelona como club, como la RFEF de su archienemigo Rubiales, de quien depende el Comité Técnico de Árbitros donde figuraba Negreira, han anunciado que se personarían como acusación.

Y aquí es cuando vuelve a lanzarse la pregunta crucial en el triángulo familiar en la política española de los últimos años entre Cataluña, Sánchez y la Fiscalía: “¿Ésta, de quién depende? Pues eso”. A Su Sanchidad no le conviene que se le agite otra vez el avispero catalán, y en Barcelona no paran de aventar la especie de que todo esto no es más que una persecución de ‘Madrit’ contra Cataluña. Porque si algo ha servido en la última década al ‘procés’ ha sido el FC Barcelona, para desgracia de las decenas de miles de seguidores blaugranas dentro y fuera de Cataluña que no comulgan con que sus colores se hayan puesto al servicio de la estelada.

Desde Joan Laporta a Pep Guardiola pasando por Xavi y sus comparaciones entre el ‘paraíso’ qatarí y la represión española que no permite un referéndum, buena parte del club se ha puesto al servicio de la Generalitat y del procés participando en las cadenas humanas de la ‘Diada’ que cruzaban el Camp Nou o en la denuncia de los 'presos políticos'. Este mismo mes, la Generalitat presentaba la campaña “Feel the colours” con  Roger Torrent y Joan Laporta identificando “el vínculo emocional entre Cataluña y el club blaugrana”. El eslogan, no deja lugar a dudas:’+Catalunya +Barça”.

El Barcelona es, junto a la Caixa y a la Generalitat, la tercera pata del trípode sobre el que muchos han levantado el entramado económico, político y social de la Cataluña de los últimos 30 años que se alimenta del enfrentamiento con Madrid

El Barcelona se ha convertido, junto a la Caixa y a la Generalitat, en la tercera pata del trípode sobre el que muchos han levantado el entramado económico, político y social de la Cataluña de los últimos 30 años que se alimenta del enfrentamiento con Madrid. Lo supo perfectamente Jaume Giró, el hombre que pasó de la Caixa –donde acabó presidiendo la Fundación- a la Consejería de Economía de la Generalitat más echada al monte previo paso por la candidatura de Laporta.

Giró y su salida del FC Barcelona

Giró quiso ser el vicepresidente económico del FC Barcelona, pero entre que Laporta temía su ambición y que las cuentas del club eran demasiado ruinosas, como se comprobó luego, Giró argumentó “problemas familiares” y un ineludible traslado profesional a Londres para salir de najas y buscar aposento en la otra pata del poder catalán. Y apenas unas semanas después era nombrado consejero de Economía de la Generalitat culminando la más asombrosa travesía de los últimos años en Cataluña que, según cuentan en la parte alta de la ciudad, no ha acabado: el ambicioso Giró tuvo que dejar el Govern cuando Junts decidió romper con ERC en octubre y ahora sueña, a la sombra de Xavier Trias, con “liderar el regreso a una Convergència 2.0” (Xavier Salvador).

Pero volvamos al FC Barcelona, ese club procesado en los tribunales por el caso Neymar y cuyo capitán hacía negocios millonarios con el presidente de la Real Federación española de fútbol mientras seguía en activo y era parte interesada. Tampoco pasó nada entonces. Ahora, cerrada la vía deportiva por una ley inexplicable, todo depende de la Fiscalía. Y a Sánchez no le conviene que el Barça se presente como víctima de la persecución a Cataluña (Laporta). El Barça, ya lo dijo Clemente, es más que un club…  

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