“Lo de Tezanos es de juzgado de guardia. Miente a sabiendas y está destrozando el poco prestigio que le quedaba al CIS, al que ha convertido en un instrumento descarado al servicio del Gobierno. Su gestión roza claramente la malversación porque él no es tonto, sabe lo que hace”. Así de rotundo se manifiesta un demóscopo de primera fila ante el (pen) último escándalo del CIS.
Con el CIS de Tezanos ocurre como con el Falcon: el desparpajo con el que lo usa el presidente del Gobierno. A Pedro Sánchez le importa una higa disimular –en eso, se diferencia de otros inquilinos de la Moncloa, que usaban el avión privado o el CIS, pero intentaban camuflarlo-. A él, insisto, ya ni le preocupa.
Su Sanchidad viaja un fin de semana sí y otro también en el Falcon presidencial –como venimos denunciando en Vozpópuli- para actos del PSOE. Que el PSOE de Gijón tiene un mitin el sábado, Moncloa coloca en la agenda una visita allí a la feria de Muestras para justificar el uso del aparato. Que lo tiene en Granada, una visita a unos laboratorios que ya visitó hace unos meses… Y si la oposición pregunta en el Congreso se le dice que nones por “seguridad nacional”. Y a esperar al siguiente viaje.
Usa el CIS como el Falcon
Con el CIS, Sánchez opera igual que con el Falcon: lo usa en su propio beneficio hasta el punto de que nadie ya se cree lo que dice su fiel piloto demoscópico, José Félix Tezanos. Nadie, ni siquiera el PSOE, retuitea ya un sondeo que, a la contra de las veintimuchas encuestas privadas publicadas sobre Castilla y León hasta la fecha, da ganador al candidato socialista…
El problema no es ya el uso torticero de una institución y el desprestigio que ha causado en ella el tándem Sánchez-Tezanos, el problema –como con el Falcon- es que nos cuesta mucho dinero “a” los españoles y “de” los españoles. El Gobierno de Pedro Sánchez ha disparado el gasto en el CIS desde 2018.
De hecho, el Centro –que depende orgánicamente de otro Félix, el hoy todopoderoso Bolaños- ha pasado de costarnos 9,12 millones el año pasado a los 11,08 que gastará este 2022 según los Presupuestos aprobados. Un incremento de nada menos el 21,49%. Pero un dato más: en 2020 ‘solo’ gastaba 8,05 millones. Es decir, en dos años y en plena crisis económica por la pandemia, Sánchez ha disparado el gasto y ha puesto en las manos de Tezanos tres millones de euros más. Con el mismo desparpajo con el que usa el Falcon todas las semanas para ir a los mítines del PSOE.
El problema es que, cuando un político no tiene ni que disimular en el despilfarro de la cosa pública –“ahora que ya no soy político, puedo decir la verdad”, afirma alegremente el hoy tertuliano Pablo Iglesias- nadie se preocupa por el resultado de la manipulación. Y eso, en el caso del CIS y Tezanos, supone quedar en ridículo.
Porque ridículo es publicar un sondeo flash en plena campaña de las elecciones madrileñas del pasado año para asegurar –cuando todos los sondeos privados garantizaban que Isabel Díaz Ayuso iba a arrasar- un empate entre la izquierda y la derecha, sobrevalorar al PSOE en más de diez escaños y quitar los mismos al PP. El resultado ya lo sabemos.
Lo mismo ha hecho esta semana en Castilla y León, inflando las expectativas del PSOE –“es lo que hace siempre Tezanos”, insiste desde hace años Narciso Michavila, presidente de GAD3- y dando un empate técnico a izquierda y derecha, algo que ninguna otra encuesta recoge. No es extraño que ni en Ferraz se lo crean. El problema, como dice el propio Michavila, es que esta encuesta ha costado 70.000 euros públicos y es capaz de dar un 0,4% de intención de voto a ‘Soria Ya’ en Segovia… donde no se presenta.
Denunciado por prevaricación –querella inadmitida-, investigado por Protección de Datos, criticado por el resto de demóscopos, Tezanos ha dado un paso más esta semana: comía con Pablo Iglesias –según contaba El Confidencial- en un restaurante del lujoso barrio donde se ubica el CIS.
Alegarán seguridad nacional o secreto de Estado. Sánchez seguirá yendo en el avión a los mítines e Iglesias dando lecciones de pureza democrática con Roures. Y Tezanos gastando el generoso presupuesto público del CIS Trampeador
Dos días después, el puro Iglesias ponía un mensaje en telegram presumiendo de conocer los datos que el CIS asignaba a Podemos en Castilla y León: entre tres y cinco escaños. Clavado. Mensaje que rápidamente borraba. ¿Por qué Iglesias tenía una información que supuestamente debía ser secreta?
El Gobierno, si la oposición hace su trabajo, debería responder a esa pregunta en el Parlamento. Pero, como en el caso del Falcon, nos quedaremos con las ganas de saber la respuesta. Alegarán seguridad nacional o secreto de Estado. Sánchez seguirá yendo en el avión a los mítines e Iglesias dando lecciones de pureza democrática con Roures. Y Tezanos gastando el generoso presupuesto público del CIS Trampeador.
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