La palabra ha sonado relampagueante en la tribuna del Senado durante la reciente sesión de la Comisión General de las Comunidades Autónomas. La ha pronunciado, morena y ardiente, la voz más valiente de la política española, Isabel Díaz Ayuso, una mujer de una pieza que piensa lo que dice y dice lo que piensa. Efectivamente, lo que Pedro Sánchez pretende puede ser calificado con toda propiedad como traición. ¿Cómo llamar sino a la alianza con los enemigos declarados y contumaces de la Nación, de su existencia, de su cohesión, de su viabilidad como proyecto colectivo y de la igualdad en derechos y en deberes de sus ciudadanos? Un sujeto inmoral, mentiroso, ególatra hasta niveles psiquiátricos, está dispuesto a triturar la separación de poderes y a poner a su país, el que ha prometido defender y preservar, en almoneda para satisfacer su ansia concupiscente de poder. Un desaprensivo, desprovisto de cualquier asomo de decencia, máquina y trama, en una oscuridad taimada a la que denomina discreción, la destrucción del orden constitucional que está obligado a respetar y hacer cumplir.
Ha salido a la luz en los últimos días la ristra de crímenes repugnantes cometidos por Arnaldo Otegi, ese íncubo que hace tiempo que anda suelto como tantos otros de su filiación y su calaña, por la debilidad de nuestra democracia, que no sólo no es militante, sino que es pálidamente pusilánime. Sánchez ha tenido la desfachatez de reunirse entre sonrisas y saludos corteses con los representantes del partido que Otegi encabeza y que pronto le presentará presumiblemente como candidato a presidente del Gobierno vasco. Un tipo capaz de prestarse complacido a esta foto puede hacer cualquier cosa y es una permanente amenaza a nuestra supervivencia como españoles. Chateaubriand calificó en célebre descripción de Talleyrand y Fouché caminando juntos mientras este asistía a aquel en su cojera como “el vicio apoyado en el brazo del crimen”. La nauseabunda imagen del presidente del Gobierno en funciones, acogiendo afectuoso a Mertxe Aizpurúa y a Gorka Elejabarreta admite perfectamente el encuadre de la ambición desmedida, dando la bienvenida a la justificación del asesinato.
El Grupo Parlamentario Popular en la Cámara Baja, que cuenta con escaños sobrados, debería considerar seriamente la acusación de traición, que contaría sin duda con el respaldo de los treinta y tres diputados de Vox
Nuestra Norma Fundamental, en relación con el jefe del Ejecutivo y los ministros, reza en su artículo 102.2: “Si la acusación fuese por traición o por cualquier otro delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo”. Dependiendo de la magnitud del atropello que Sánchez intente perpetrar cuando haga pública su proposición de ley de amnistía y su acuerdo sobre la autodeterminación con los separatistas, el Grupo Parlamentario Popular en la Cámara Baja, que cuenta con escaños sobrados, debería considerar seriamente la acusación de traición, que contaría sin duda con el respaldo de los treinta y tres diputados de Vox. Esta acción parlamentaria no tendría como objeto factible su éxito dada la configuración actual del hemiciclo, pero sí contribuiría muy valiosamente a despertar a una sociedad española anestesiada por la propaganda gubernamental y a alertar a los gobiernos occidentales sobre el alcance jurídico y político de las barbaridades del conglomerado Frankenstein.
En democracia gobiernan las mayorías, pero no de manera irrestricta, lo que sería, como atinadamente observó Tocqueville, tiranía. Hay dos condiciones de legitimidad para un gobernante democrático, la salvaguarda de los derechos de las minorías y el sometimiento a la ley. La amnistía y la autodeterminación que exigen los golpistas catalanes, con el aplauso de la extrema izquierda y del nacionalismo vasco, pulverizan estos dos requisitos de forma flagrante porque, por una parte, y para mayor inri, no es ya una mayoría que aplasta a una minoría, sino lo contrario, una minoría que se impone mediante chantaje a una mayoría y, por otra, ambas medidas retuercen la Constitución hasta quebrarla.
Huracanes devastadores
Sánchez está tensando la cuerda hasta límites suicidas. La dureza indignada de las intervenciones de catorce presidentes autonómicos en el Senado en respuesta al incendiario discurso de Pere Aragonés, que planteó sin ambages la mutilación de la unidad nacional, marcan la gravedad de la situación. Ya hubo en el pasado no tan lejano una maniobra en la que media España se propuso despreciar, ignorar y liquidar a la otra media con el aciago resultado de barbarie desatada y ríos de sangre derramada. El todavía inquilino de La Moncloa está abriendo, poseído por una insania irrefrenable, una caja de Pandora de la que pueden emerger huracanes de efectos devastadores. El que juega con fuego pone en serio peligro a los demás y suele acabar abrasado.
Luzmasluz
La sociedad está en la onda del Presidente del Gobierno: está dispuesta a transigir con lo que haga falta... Y lo seguirá estando, mientras no falte comida o gasolina... Pr ese lado, Don Pedro Sánchez Pérez- Castejón puede estar tranquilo: nadie replicará, excepto si acaso, VOX y los suyos... ni siquiera Don Alberto Núñez Feijoo... no creo que pretenda descabalgar totalmente al señor Sánchez... Ayer, sin ir más lejos, Pedro Aragonés pudo lanzar su discurso en el Senado, en catalán, y luego marcharse como si en el Senado no hubiera nadie... Fuese y no hubo nada: loor al PP...
JoseAntonioRuizAragonMunoz
Yo estoy engrasando ya la pistola para salir a matar rojos si necesario fuera para defender la unidad de España. Pero esta vez, después de ganarles otra vez la guerra porque tendremos al ejército, que tiene como misión mandada por la constitución la defensa de la unidad de España y de su integridad territorial con el rey al frente de ese ejército, más todos los ciudadanos de bien, que son más que los felones, pero esta vez después de ganarles otra vez la guerra tenemos que ilegalizar de por vida la PSOE, a los comunistas y los partidos separatistas. Y por supuesto volver a un estado centralizado, que además es mucho más económico.
Alexander
La declaración unilateral de independencia fue un brindis al sol que no se tradujo en una insurrección popular en Cataluña contra España, Cuando se dice que esa declaración de independencia fake fue "un golpe de estado" no se está diciendo la verdad porque un golpe de estado es apoderarse de las instituciones fundamentales de un estado, por la fuerza de las armas, para disolverlas y sustituirlas por otras.
Apeiron
No le falta razón. Imagino que meses antes de que comenzase la guerra civil ningún ciudadano concebía que pudiera ocurrir. Seguían ocupados en sus quehaceres diarios, ajenos a las barbaridades de las que informaba la prensa. Hoy en día sabemos que poco les faltó para acabar en una horripilante dictadura comunista y la mayoría lo habrían aceptado como algo inevitable. La situación actual no es tan diferente: parece inconcebible que alguien se levante en armas, pero si nadie hace nada para defendernos es probable que acabemos como Venezuela. Y de eso no se sale por las buenas.
vallecas
Es usted un "asustaviejas" D. Alejo. Sánchez será todo lo que dice, pero todo lo que hace es LEGAL y Constitucional. Enloquece con sus adjetivos para no decir nada. El problema es de la Ley que permite que esta banda esté en la instituciones. En Alemania, por ejemplo, quien no saque el 5% de los votos de todo el país no puede entrar en el Parlamento. Lo ve? fácil, sin aspavientos ni frases grandilocuentes.
syloxozi
Estoy hasta los mismísimos de tanto opinador que no hace más que responsabilizar de la deriva de España a la sociedad "anestesiada" que no sale a protestar. ¿Pero Vd. no es de un partido político? ¿Qué hace su partido político al respecto? Hablar, berrear, ladrar, clamar en el desierto... pero luego nos reclama a nosotros que seamos los que salgamos a la calle a partirnos la cara. Ya se que en Cataluña sacaron mucho rendimiento por incendiar las calles. Pero los independentistas catalanes tienen líderes. Nosotros, los constitucionalistas, solo tenemos charlatanes. Mire, Sr. Vidal Quadras, yo le respeto mucho pero yo no puedo salir por mi cuenta con una pancarta a ver si me encuentro por la calle a 100.000 personas que también hayan decidido salir a protestar (entre otras cosas porque estoy jubilado y vivo en la España rural). Aquí ha llegado la hora de las medidas drásticas, como las que tomaban los independentistas en Cataluña. Pero claro, para eso se necesitan líderes con arrestos y no charlatanes, opinadores y tertulianos.
Zanoni
A Letizia es a la que no le falta razón. La sangre nueva le ha venido muy bien a la Casa Real. Y a España.
Puck
Seguramente el haberse llenado los bolsillos a manos llenas invocando su cargo y el nombre de España o el haber teñido decenas de relaciones extramatrimoniales tienen algo que ver, mucho más que la posible influencia de Letizia. Borbón en estado puro, puro golfo