Sánchez lo ha logrado: somos un país de 50 millones de habitantes secuestrado por una familia mafiosa y obsesionado por cómo librarnos de ella. Hemos caído en la parálisis mental y en el asco físico. Si usted tiene la desgracia de no poder evitar pensar, intente pensar en algo distinto al Fraudillo y su rastro de putrefacción. Para esta columna tenía una docena de temas mucho más agradables que la corrupción de la famiglia, el “geiser de mierda” -en gráfica expresión de Jorge Bustos- sobre el que el Número Uno salta y rebota como el huevo vacío del Corpus sobre la fuente de la catedral barcelonesa.
Pasar a la historia como Al Capone
Pedro quería pasar a la historia, como su antecesor y compinche Zapatero, y a fe que lo ha conseguido: ha logrado asquear a millones y paralizar las energías de un país entero. Porque no sabemos ya qué hacer para librarnos del causante de este mal colectivo. Intenta pensar en cualquier cosa importante, y verás como en nada la sombra del sátrapa narcisista, maquiavélico y egocéntrico, se interpone hasta impedir la meditación igual que Charlot solo podía pensar en su hambre hasta comerse una bota en La quimera del oro.
Reparemos, por ejemplo, en el drama de la vivienda para esos cientos de miles de jóvenes que no pueden ni alquilar un piso modesto en una gran ciudad ni aún teniendo un empleo normal, incluso dos. Pues bien, es ponerse a pensar en qué podría hacerse para remediarlo cuando se cuela la imagen de Jessica, la amante de pago de Ábalos, con su lujoso nidito de amor pagado por Aldama en la Torre de Madrid a cuenta de ingresos inconfesables. En la España de progreso los problemas de acceso a la vivienda son inversamente proporcionales a la cercanía física a Sánchez y su pozo séptico.
La lógica de las conexiones nos lleva al parque inmobiliario internacional del hermano músico cuántico del presidente (Rusia, España, Portugal: como en Eurovisión), obtenido con presuntos prodigios financieros que no justifica su sueldo de funcionario medio, ni siquiera si procede de la Diputación socialista pacense. Y eso no es todo: nos han obligado a contemplar a ministros del gobierno con varias viviendas, y estabulados en lujosos pisos públicos con servicio pagado, manifestándose contra la carestía de la vivienda obra de su propio gobierno. No se había visto algo tan cínico y asqueroso desde que Japón entregó el ultimátum de guerra a Estados Unidos después del bombardeo de Pearl Harbour.
Sánchez y la famiglia se interponen con las maletas llenas de lingotes de oro y las bolsas con dinero entrando en Ferraz tras el no-viaje de Delcy Rodríguez. Gran innovación el cuento de Delcy y las Cuarenta Versiones
Pensemos ahora en la admirable resistencia de la oposición venezolana a la dictadura de Maduro: ¿acaso podemos concentrarnos en cómo ayudar con eficacia a Corina Machado y Edmundo González, en acabar con la narcodictadura? Imposible: Sánchez y la famiglia se interponen con las maletas llenas de lingotes de oro y las bolsas con dinero entrando en Ferraz tras el no-viaje de Delcy Rodríguez. Gran innovación el cuento de Delcy y las Cuarenta Versiones. ¿Cabe un robo mayor y corrupción más absoluta que tapar el sufrimiento de Venezuela con los asquerosos chanchullos y la avalancha de excusas de Sánchez y sus portavoces, tan descarada que hasta al locuaz ministro primate de trenes y averías se le escapa el mote presidencial de Número Uno en las conversaciones mafiosas?
Me gusta abordar de vez en cuando las olvidadas cosas de la educación y en particular de la universidad española, pero ¿cómo hablar de los eternos problemas de burocracia asfixiante, gestión inepta, endogamia y caciquismo universitarios cuando todos los males han sido sepultados por el esperpento de la Cátedra de Begoña Gómez regalada por la Universidad Complutense a propósito de un máster ridículo, con matrícula patética, con pinta de tren de lavado automático de tráfico de influencias?
Hablemos pues de algo diferente, como el turismo: de la excesiva dependencia de la economía española de esa industria, de las quejas vecinales por ciertos problemas turistificados y de la habitual inflación mediática del asunto con vistas a convertirlo en el clickbait irresponsable del verano. Imposible, nos invade el olor a podrido del multimillonario rescate de Air Europa con fondos europeos detraídos a la economía productiva, con el visto bueno del Número Uno y coordinado por Koldo, el último aizkolari socialista, más el rastro de miguitas que conduce a la conexión venezolana y el crimen narcopolítico.
¿Intentamos algo sobre Europa, sin mencionar a Sánchez?: imposible, ahí está la otra bomba de relojería para el moribundo prestigio de España en forma de nombramiento de Nadia Calviño, implicada en el mentado rescate aéreo, para dirigir el Banco Europeo de Inversiones (¿será la segunda socialista española en ser cesada en el puesto por moral dudosa, tras Magdalena Álvarez?: two points to Spain).
La Fiscalía, pues eso
¿Qué tal la justicia? ¿No deberíamos felicitarnos e incluso organizar manifestaciones populares de júbilo por la inmerecida suerte de que al menos la mitad de los jueces plantan cara al acoso del gobierno, deshacen su ley de amnistía e imputan a los corruptos pese a las agotadoras maniobras de intrusión y calumnia pública? Difícil cuando el tema del día es la apertura de causa al Fiscal General del Estado por presunto delito de revelación de secretos en una sórdida operación de acoso político a Isabel Díaz Ayuso persiguiendo a su pareja.
¿Y la Guardia Civil? Bien gracias, sobre todo gracias a la UCO a pesar de Marlaska, que de todos modos algo tiene que ver con la arbitrariedad y el despotismo que también ha penetrado en la Benemérita en forma de mandos implicados en asuntos de corrupción de la “trama Koldo”. A la sombra de la famiglia, por supuesto: hay que respetar las jerarquías.
Y así podríamos seguir días y días, pues no hay ni habrá un solo día en mucho tiempo, mientras haya periodismo independiente, sin titulares sobre la penúltima fechoría de la banda más obscena que haya logrado trepar hasta La Moncloa. Hemos de admitir que para el mal tienen talento. Hasta ahora lo habitual era disimular y cambiar de tema, pero están demostrando que es mucho más eficaz seguir la vieja máxima de que fijarse en los árboles por separado impide ver el bosque, o que un asesinato es un crimen y un millón una estadística. Dar mucho asco a la gente no es un problema si la víctima queda paralizada, inerme para el próximo asalto. ¿Cuándo espabilaremos?
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