A Pedro Sánchez siempre le ha preocupado el juicio de la Historia. Era algo que muchos socialistas comentaban en privado cuando ganó la moción de censura. Eran los tiempos de Sánchez el breve. De aquellos instantes inolvidables made in Iván Redondo como el footing del presidente con su perra Turca y las gafas de sol en plan commander in chief de Torrente. Habrá que contar todo lo que hemos vivido en esta presidencia sin pestañear dos veces. El presidente quería que su mandato durase más que el de Leopoldo Calvo Sotelo. Y lo consiguió.
Pero la persona que mejor definió a Sánchez fue el hombre que pasó del sofá de Ana Rosa al Consejo de Ministros en un abrir y cerrar de ojos. Y no lo hizo en una tertulia política sesuda, sino en el prime time del programa de entretenimiento más visto de España –El hormiguero, de Antena 3-. ¿Cómo me recordará la Historia?, le decía a Sánchez a Máximo Huerta dos minutos antes de echarle por nada. Nadie ha retratado mejor al personaje que Huerta.
El Manual de resistencia del jefe del Ejecutivo está seco. Los españoles le han dado una sonora patada en el culo al presidente en las autonómicas y municipales. Y todo indica que esa patada será igual o más contundente el 23 de julio, gran truco final de La Moncloa para intentar evitar lo inevitable.
Sánchez y el invierno glaciar en el PSOE
La Historia necesita tiempo para reposar su juicio. Y Sánchez necesita también el suyo para terminar de escribir el renglón que le acompañará más allá de esta generación. Hay hitos que nadie le puede discutir pase lo que pase en julio. Su ascenso, caída y regreso al liderazgo del PSOE. El primer ganador de una moción de censura. El primer gobierno de coalición de la democracia con sus 22 ministerios. El presidente que sacó a Franco del Valle de los Caídos. El presidente que se enfrentó a una pandemia mundial. Eso está ahí. Y no admite discusión.
Pero nada es como empieza, sino como termina. Y si no que se lo digan a José María Aznar o tirando por elevación al rey Juan Carlos. El final está siendo dantesco. Será difícil que no se juzgue a Sánchez como a un mentiroso, un presidente sin más ideología que sus propios intereses, capaz de entregarse a Bildu y el separatismo catalán sin necesitarlo. El presidente del Falcon para ir a Benicasim, el de unas instituciones colonizadas y arrodilladas de una manera nunca antes vista, el del documental a su mayor gloria.
Sánchez será el presidente que puso al PSOE al filo del precipicio dos veces. Una en 2016, en aquel comité federal. Y otra en 2023, entregando al PP un poder casi absoluto. Después de Sánchez llega el invierno glaciar a Ferraz. La estrella de Sánchez se apaga. Y el PSOE necesita nuevas ideas y un liderazgo que surja de entre las listas del 23 de julio para hacer oposición desde el Congreso, y no desde fuera. Lo lógico es que esa tarea recaiga en alguno de sus muchos purgados -sin perra ni ansias de gloria-, que hoy exhiben esa medalla como un mérito después de años condenados al olvido.
Cozumel
Soto del Real Celda 45, delincuentes peligrosos del crimen organizado PPR
Wesly
Puede que Pedro Sánchez sea un renglón torcido en la historia de España. La pregunta es, como ha sido posible semejante renglón tan torcido y tan perjudicial para España?. Ha fallado Pedro Sánchez, es evidente. Nos ha mentido, nos ha manipulado, ha pactado con delincuentes condenados en firme, a los que ha indultado y eliminado del código penal el delito por el que fueron condenados, facilitando así su reincidencia, ha pactado con los herederos de ETA, a los que ha blanqueado, ha consentido la exclusión del español de la enseñanza en Cataluña, ha colonizado las principales instituciones del Estado, fiscalía y Poder Judicial incluidos, ha aprobado leyes ideológicas sectarias generadoras de división y odio, ha entregado el Sáhara a Marruecos, sin acordarlo en el parlamento ni en su propio gobierno, ha abusado del decreto ley, ha ninguneado al Rey, etc, etc. Todo esto lo ha hecho Pedro Sánchez porque el sistema se lo ha permitido. Ha fallado Pedro Sánchez, es cierto, pero también ha fallado, y mucho, el sistema.
Sor Intrepida
El bobo mayor del Reino a la cabeza,seguido muy de cerca por cabeza chorlito Yoyoli la vacúa.
Tony010
En fin, tenemos en España un track de presidentes del Gobierno en los últimos 15 años que tela marinera ... y se demuestran dos cosas: - el agotamiento del mafioso sistema partitocrático, que promueve la llegada a las cúpulas de los más viles y mediadores personajes, desconectados completamente de la ciudadanía y anclados permanentemente en sus ansias de poder. Da igual que tuviéramos un presidente de VOX, C's o cualquier otro partido "alternativo", el efecto partitocrático se manifiesta con toda su virulencia cuando llegan al Poder. - el aniquilamiento de la separación de Poderes, donde la justicia en España se convierte en discrecional y solo salvajemente aplicada a los ciudadanos trabajadores (igual que el sistema impositivo) y no a las élites de los partidos. Este efecto de agotamiento ha producido la cada vez mayor irrelevancia de España en el ámbito internacional, una pérdida de productividad permanente del país (ya a la cola de la UE), una analfabetización de su ciudadanía que se ve en la televisión todos los días, un envejecimiento brutal de la población (la proyección demográfica de extinción de los españoles se producirá en este siglo), etc etc. España es ya un proyecto fallido, puesto que las personas que podrían sacarlo de su autodestrucción son una minoría muy minoritaria que tienen como única tabla de salvación mandar a sus hijos a estudiar al extranjero y sacar sus intereses económicos de la influencia de este Estado tiránico y atroz que, la gran mayoría de ciudadanos, aguantan feliz y estoicamente votando con la venda en los ojos o las pinzas en la nariz.
vallecas
Ya a nadie le interesa que Sánchez continúe, al que menos le interesa? Al PSOE.
RafaR
Ni sé ni me importa lo que necesita la psoe. Sí sé lo que necesita España: que desaparezcan la psoe y sus excrecencias pse y psc.