Opinión

Sánchez nos quiere 'regenerar’ para proteger a la ‘pichona’ Begoña con ataques y cloacas contra la prensa y los jueces

Un plan de 'acción democrática' y una investigación desde las cloacas de Ferraz para salvar al presidente y su familia

Begoña Gómez y Pedro Sánchez El sembrador de cizaña
Begoña Gómez y Pedro Sánchez.

 

 Esto de las cloacas del poder y los recientes ataques a los periodistas y a los jueces que promueve el Gobierno de Pedro Sánchez desde La Moncloa y Ferraz no es nuevo en el PSOE. Ya sufrimos agresiones similares bajo los gobiernos de Felipe González tras el estallido de la corrupción del PSOE (recuérdese Filesa y la persecución del juez Marino Barbero) y de la trama de los GAL en el Gobierno que acabó con la entrada en prisión del ex ministro José Barrionuevo y del ex secretario de la Seguridad del Estado, Rafael Vera

 La ‘coincidencia’ en ambos casos reside en que, antes y ahora, se trataba del salvar al presidente del Gobierno de turno y garantizar su permanencia en el poder. Pero la cuestión diferencial y actual reside en el agravante de que este ataque del Gobierno y del PSOE afecta a la Constitución, el Estado de Derecho y al Régimen democrático nacido en la Transición. El que Sánchez pretende sustituir por un Régimen autocrático, confederal, plurinacional y personal de poder que ya linda con la subversión del ‘orden constitucional’. 

 El diario El Confidencial ha revelado unos audios, de ‘un ronco’ misterioso (por el momento) que confirmaría la reactivación de las 'cloacas' de Moncloa' y Ferraz sobre las que un presunto testigo de cargo afirma en una grabación: ‘Ha dicho el gran jefe (Sánchez) que hay que acabar con esto como sea’. Y añade: ‘solo hay un gran jefe y ese ha pegado un puñetazo en la mesa que te cagas, porque él sigue manteniendo, y te lo dice a gritos si es necesario, que su mujer puede ser una pichona, pero no es una corrupta”. 

 La grabación en cuestión sería el resultado de las maniobras de 'el ronco' -un personaje ahora imputado que busca la ‘clemencia’ de la fiscalía- y Santos Cerdán, el actual secretario de Organización del PSOE, quien en colaboración con su adjunta María Leire Díez Castro, estarían reuniendo ‘informaciones sensibles’ de jueces y periodistas, el CNI y la Casa Real, a los que se podría atacar y a los que Sánchez llama ‘la máquina del fango’. 

 Paralelamente y con la misma motivación -‘salvar a la pichona Begoña’ y la permanencia de Sánchez en el poder- el Gobierno ha aprobado un plan de ‘Acción por la Democracia", (antes de 'regeneración democrática') que constituye un sarcasmo gigantesco en su propio enunciado. No es Sánchez quien puede hablar precisamente de 'regeneración', menos después de: su enorme colección de mentiras electorales; sus pactos de investidura en España y en Cataluña con delincuentes y golpistas; insultos  señalamientos de ministros a jueces y magistrados; la anulación de la sentencia de los ERE de Andalucía para reconciliarse con la ‘vieja guardia’ del PSOE; y la invasión por ex ministros y dirigentes del PSOE de las primeras instituciones del Estado, empezando por el Banco de España y siguiendo por el TC, el Consejo de Estado, RTVE, EFE, CNI, CIS, CNMV, etc. 

 Coacción a Edmundo González en la embajada de España 

 Y en relación con la pretendida ‘transparencia’ de Sánchez, ahí están la negociación secreta en Ginebra con Puigdemont sobre la ley de amnistía; el opaco concierto fiscal catalán; o los secretos acuerdos con Marruecos sobre el Sáhara y el espionaje de Pegasus.

 Y más recientemente, la coacción de Nicolás Maduro al ex presidente electo de Venezuela Edmundo González en la embajada de España en Caracas para que se exiliara en nuestro país. En lo que a buen seguro participó Zapatero en el nombre de Sánchez. Y lo que ha denunciado González Pons desde el PP al afirmar que el Gobierno de Sánchez ‘está implicado en el golpe de Estado de Venezuela’, lo que ha indignado al PSOE y parece ser una gran verdad.

 ¿Como escapar de la pesadilla? 

 La ‘regeneración democrática’ debe comenzar en el PSOE y La Moncloa, lugares donde deberían estar prohibidos los pactos de investidura con delincuentes y garantizadas: la defensa de la unidad, igualdad y solidaridad de España con la independencia judicial y la libertad de prensa. 

Todo eso que Sánchez pretende ahora liquidar con sus anunciadas reformas legales ‘regeneradoras’. Las que no podrá llevar a cabo en el seno de la UE, intentando poner puertas al campo de la información en este tiempo de la comunicación digital y globalizada. 

Una rebelión interna en el PSOE (‘La Revuelta’, nunca mejor dicho) liderada por Emiliano García Page y Felipe González, en pos de un nuevo Partido Social Demócrata que logre la llave de la gobernabilidad

 Y ¿cómo se sale de esta pesadilla sanchista? Pues solo si se produce una ruptura definitiva de los pactos del PSOE con los golpistas de Junts, lo que no parece posible mientras esté pendiente la amnistía; o por una rebelión interna en el PSOE (‘La Revuelta’, nunca mejor dicho) liderada por Emiliano García Page y Felipe González, en pos de un nuevo Partido Social Demócrata que logre la llave de la gobernabilidad, lo que sería factible aunque tampoco parece que vaya a suceder por más que sea una perentoria necesidad. 

 Y lo que, llegado el caso, debería de estar apoyado -igual que el periodismo independiente- por la llamadas ‘élites’ financieras y económicas del país. Las mismas ‘élites’ que subvencionaron en Cataluña a organizaciones golpistas como la ANC y Ómnium Cultural y a los medios separatistas catalanes que apoyaron el procés. Un apoyo de las citadas ‘élites’ a la Democracia y la unidad de España que, lamentablemente, por temor a Sánchez y falta de compromiso democrático, tampoco parece que a corto plazo se vaya a producir. 

Entonces ¿qué nos queda? La esperanza de una movilización y de respuesta democrática de la ‘sociedad civil’, lo que no es fácil de imaginar frente a la poderosa maquinaria política y mediática del vigente régimen autocrático de poder que de momento sobrevive en la ‘cuerda floja’ y que tarde o temprano tendrá que caer.

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