Opinión

¿Y si Pedro Sánchez y Yolanda Díaz gobiernan cuatro años más?

La consigna de Pedro Sánchez desde hace semanas es una: ayudar a que Yolanda Díaz y su Sumar queden en las generales por delante de Vox, lo que permitiría reeditar el Gobierno. Y para ello hay que laminar a Pablo Iglesias y sus ministras

Las salas de máquinas de Moncloa y Ferraz están a pleno rendimiento desde hace semanas con una sola idea en la cabeza de Pedro Sánchez: que Sumar, la plataforma que este domingo presenta Yolanda Díaz, supere a Vox “por lo civil o por lo criminal” –en gráfica expresión de un antiguo miembro de la Ejecutiva socialista- como tercera fuerza en las generales de diciembre. Si eso ocurre, Sánchez repetirá cuatro años más en Moncloa y todo, a derecha e izquierda, saltará por los aires.

Los demóscopos de un signo y otro y los ‘spin doctor’ que antaño sirvieron a Sánchez, como el ínclito Iván Redondo, coinciden en este punto: “Si Yolanda Díaz supera a Santiago Abascal como tercera fuerza, se reeditará la coalición de Gobierno”. Y tendremos cuatro años más –al menos- de Pedro Sánchez en Moncloa. Con todo lo que eso representa.

Redondo lo viene repitiendo desde su ‘war room’ en La Vanguardia: “Si Sumar (pronto, seguro, con motor Podemos) desarrolla una buena estrategia de carrera, obteniendo la tercera posición frente Vox, su presidencia [se refiere a la de Alberto Núñez Feijóo] literalmente se acabó. Podrá vencer en voto popular, sí, como Mariano Rajoy, pero en España gana el que gobierna”.

Si Sánchez gana a Feijóo...

Y Feijóo lo dejó claro en la última entrevista a Vozpópuli hace unas semanas: “Si el candidato a la presidencia del Gobierno por el Partido Popular no es capaz de ganar al Partido Socialista, entiendo que por responsabilidad debe de dejar su cargo y poner su cargo a disposición del partido. ¿Por qué? Porque creo que ese cambio político es necesario y la mayoría de los españoles así lo piden”. Es cierto que no habló de gobernar, si no de ganar a Sánchez aunque sea en votos, pero…

Si Sumar se impone a Podemos, acuden unidos y logra adelantar a Vox en las generales, Sánchez gobernará otros cuatro años y pondrá en marcha una segunda fase de reformas que acabarán afectando a la Constitución

Narciso Michavila, presidente de Gad3 y al que muchos colocan en el CIS de un Gobierno con el PP –algo que él rechaza por activa y por pasiva- insiste en que el triunfo de Feijóo en las generales por varios puntos de diferencia sobre Sánchez se da por descontado, pero también avisa: “Ganar sin gobernar no sirve de nada. Si el 28-M el PP tiñe de azul el mapa y recupera gobiernos en CCAA y las principales ciudades, es posible que hasta Pedro Sánchez rehúse a ser el candidato meses después en las generales” y se dedique a su ‘perfil internacional’ con el semestre de la presidencia española de la UE como trampolín hacia un puesto en Europa.

Pero Michavila también avisa: “Si el triunfo en voto popular el 28-M no se visibiliza con Gobiernos para el PP, solo o con Vox, entonces habrá partido de cara a las generales de diciembre”. Y aquí entra en juego la orden explícita de Moncloa y Ferraz de apoyar a Yolanda Díaz en detrimento de Unidas Podemos y de las directrices de Pablo Iglesias que, nadie se engañe, sigue siendo quien manda en los morados.

Para Moncloa es fundamental que Yolanda Díaz aglutine todo el voto a la izquierda del PSOE, movilice a los desilusionados por el caudillismo de Iglesias, la mudanza al casoplón de galapagar y las chapuzas legislativas de Irenes, Iones y Pames, y sea capaz de atraer a los Errejones, Colaus y Compromis a la nueva casa común de la ultraizquierda, agrupada en torno a Yolanda. Una mujer, por cierto, mucho más dúctil y del gusto de Pedro Sánchez que Iglesias y con un cuarto de siglo de alianzas y rupturas a sus espaldas.

Para ello, para conseguir el crecimiento de Yolanda, esta primero ha recorrido España recogiendo todos los cadáveres que sembró Pablo Iglesias y su corte de admiradores, que dejó demasiados muertos cosidos a golpe de piolet.

Luego, Moncloa visibilizó e hizo crecer la figura de Yolanda, sobre todo, con la moción de censura de Vox, ese engendro que –como se esperaba- solo ha servido para lanzar la figura de la vicepresidenta, a quien Sánchez cedió gentilmente el turno de réplica para que se luciera frente a un Tamames incómodo por el reloj y a unas ministras –Montero y Belarra- ninguneadas por el macho alfa de Moncloa.

Por si eso fuera poco, se ha vetado la tribuna del Consejo de Ministros a Podemos: se prohibió, por parte de la Secretaría de Estado, que fuera Ione Belarra quien presentara la nueva ley de Familias: al enemigo, ni un minuto de gloria. Y ahora, el CIS: el trabajo de un catedrático de políticas sobre los microdatos del último barómetro de marzo ha dejado claro que Tezanos ha cambiado los criterios (por sorpresa) para beneficiar a Yolanda Díaz en detrimento de Unidas Podemos, que caía más de dos puntos en la semana de la presentación de la plataforma de la vicepresidenta.

En el PSOE saben que es condición indispensable que Vox no sea tercero en las generales, y aunque las encuestas detectan un descenso –ahora algo atenuado- de varios cientos de miles de votos de la formación de Abascal desde los problemas con Macarena Olona y su fiasco en Andalucía en junio pasado, no es suficiente para que se produzca ese sorpasso tan necesario para mantener a Sánchez cuatro años más en Moncloa.

Sumar y Podemos no pueden ir separados a las generales porque no conseguirían ninguno superar a Vox y reducen los escaños que sacarían juntos, pero Podemos –más bien, Pablo Iglesias- no está dispuesto a ser escudero de quien eligió como sucesora por el método del dedazo. Podemos tiene el aparato y Yolanda el apoyo de Sánchez, el CIS y el escaparate del Consejo de Ministros. La lucha está servida y la presentación de este domingo es otra etapa más.

Porque a Sánchez, lo saben bien en el PSOE, o se le cierra bien el ataúd o acabará resucitando...

Eso sí, de cómo acabe esa pelea cainita, dependerán los próximos cuatro años y el futuro de España, porque sus repercusiones se dejarán sentir como un terremoto a izquierda y derecha. Si Sumar se impone a Podemos, acuden unidos y logra adelantar a Vox en las generales, Sánchez gobernará otros cuatro años y pondrá en marcha una segunda fase de reformas que acabarán afectando a la Constitución y, que nadie lo dude, a la forma de Estado hacia el federalismo.

La resurrección de Sánchez

Y en la derecha, si Sumar supera a los de Abascal, Vox seguiría su declive –otra legislatura sin tocar poder- y Feijóo debería cumplir su palabra de echarse a un lado, reabriendo en el PP una vez más el debate sobre su futuro entre el moderado Juanma Moreno Bonilla y la radical Isabel Díaz Ayuso.  No es de extrañar que en Génova anden poniéndose las pilas y vuelvan a apretar para que las municipales y autonómicas visibilicen el cambio de época y cierren cualquier posibilidad de que Sánchez abra una vez más la caja de Pandora. Porque a Sánchez, lo saben bien en el PSOE, o se le cierra bien el ataúd o acabará resucitando.

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