Dicen que España es un país de propietarios y que esto es así porque culturalmente los españoles preferimos comprar nuestra vivienda habitual que alquilarla. Sea porque empezamos a cambiar nuestra forma de pensar, sea porque los precios de la vivienda han hecho más pequeña la brecha de precio entre cuota hipotecaria y alquiler, sea porque no disponemos de los ahorros suficientes para cubrir el 20% del precio de la vivienda para poder acceder a un préstamo hipotecario, lo cierto es que esto está empezando a cambiar. El gap entre la tasa de alquiler en España y la del resto de Europa empieza a cerrarse y, según los últimos datos de Eurostat, si en 2010 el porcentaje de población que vivía del alquiler era el 20,2%, en 2020 escaló al 24,9%.
La tendencia está cambiando y, se ha visto, sobre todo, impulsada por la pandemia del coronavirus, que ha agudizado los problemas económicos y laborales de todos, especialmente de los más jóvenes. Así, la precarización y los sueldos bajos, unido a diferentes crisis y una alta inflación, dificultan poder reunir el ahorro suficiente con el que pagar la entrada de un piso. Por poner un ejemplo, para un piso de 300.000 euros se necesitan 70.000 euros de ahorro propio. Esto explica que, a medida que aumenta la tasa de alquiler, el porcentaje de jóvenes propietarios ha descendido del 35% en 2019 al 27% en 2021, según un informe publicado por Fotocasa Research.
Dos de cada tres propietarios han sufrido impagos por parte de sus inquilinos y solo un 10% cuenta con una herramienta para protegerse frente a estas situaciones
Todo indica que el alquiler será la opción prioritaria para independizarse de los jóvenes españoles y, quizás de los no tan jóvenes. Esta tendencia al alza equiparará la tasa de alquiler de España con la del resto de Europa en los próximos años. De hecho, si actualmente el parque de viviendas en alquiler disponibles en España representa el 18% del total, en los próximos años podría alcanzar el 35%, según el Observatorio Español del Seguro del Alquiler (OESA).
Para que esto suceda, hay un elemento esencial y es la garantía de cobro por parte de los propietarios. Según la I Encuesta sobre el impago de alquiler en España realizada por Lovys, dos de cada tres propietarios han sufrido impagos por parte de sus inquilinos y solo un 10% cuenta con una herramienta para protegerse frente a estas situaciones. Con estos datos en la mano, podemos entender porque muchos propietarios prefieren mantener viviendas vacías antes que ponerlas en el mercado para alquilar.
Mejorar la oferta en alquiler
Entenderlo, sin embargo, no significa que debamos “tirar la toalla” ante este problema. Los propietarios necesitan garantías de que van a cobrar la renta del alquiler y los inquilinos necesitan precios más asequibles. ¿Y si ambas cosas fueran distintas caras de la misma moneda? Si los propietarios tuvieran mayores garantías del cobro de la renta, accederían con mayor facilidad a poner sus viviendas (quizá actualmente vacías) en el mercado del alquiler. Y si aumentara la oferta de viviendas en alquiler, el efecto lógico es que los precios tiendan a bajar o, al menos, a moderar su subida. No olvidemos, en último extremo, que cuando un propietario pone su vivienda en alquiler debe “poner precio” a la vivienda y al riesgo que asume de impago. Si ese riesgo se reduce o desaparece, el precio de ese riesgo también lo hará.
En conclusión, dando mayor seguridad a los propietarios de viviendas estaremos actuando para aumentar el parque de viviendas en alquiler y, por lo tanto, contribuyendo a unos precios de alquiler más asequibles. Desde la esfera pública se han tomado ya medidas para paliar este problema a través del seguro, aunque bien es cierto que este tipo de seguros públicos cuentan con numerosas limitaciones que los hacen no aptos para todo el público demandante. Por ello, desde el mundo asegurador asumimos como propio este objetivo e innovamos para lanzar seguros de impago del alquiler que satisfagan la necesidad de protección tanto de propietarios como de inquilinos.
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