“El Gobierno, en el plazo de un año, designará una comisión técnica que elabore un estudio sobre los supuestos de vulneración de derechos humanos a personas por su lucha por la consolidación de la democracia, los
derechos fundamentales y los valores democráticos, entre la entrada en vigor de la Constitución de 1978 y el 31 de diciembre de 1983, que señale posibles vías de reconocimiento y reparación a las mismas.”Cualquier lector de ese texto pensará que se refiere a la defensa de los derechos fundamentales y valores democráticos desde la entrada en vigor de la Constitución en 1978 hasta el 31 de diciembre de 1983.
Pues no, ese incalificable texto forma parte de un pacto del Gobierno de la Nación con Bildu para investigar los crímenes del franquismo hasta finales de 1983 y se ha cerrado en el marco de la negociación de la Ley de Memoria Democrática entre el Gobierno y Bildu. Convendría recordar, si de algo sirviera, que el franquismo como régimen concluyó con la muerte de su fundador el dictador Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975. Que después se abrió para España un amplio tiempo de reencuentro y reconciliación entre los españoles, periodo al que llamamos la Transición, culminado en la Constitución de 1978, viga maestra de nuestra democracia y casa común de todos los españoles.
Más todavía, en 1977 se aprobó por la práctica unanimidad de las Cortes Generales la Ley de Amnistía, que puso en libertad a 1.232 terroristas de ETA, de los que 676 se reintegraron a la actividad terrorista y 81 de ellos volvieron a ingresar en prisión poco después. A su vez, en el marco de los sucesivos procesos electorales abiertos tras las elecciones del 15 de junio de 1977, el PSOE ganó de forma esplendorosa las elecciones generales de 28 de octubre de 1982 con 202 escaños y cerca del 50% del voto electoral.
Llegados hasta aquí, las Cortes que aprobaron la Ley de Amnistía, el pueblo español que votó masivamente a favor de la Constitución, el presidente Adolfo Suárez o el presidente Felipe González, ¿qué demonios tienen de franquistas? Es decir, ese primer párrafo transcrito al comienzo de este artículo supone una ofensa a todo el periodo tras la muerte del dictador Franco, al punto de que se permite con frivolidad incalificable extender la duración del franquismo hasta el 31 de diciembre de 1983 en que gobernaba con toda legitimidad y con abrumadora mayoría el PSOE.
Está en el terreno de lo aberrante que elPSOE pacte con Bildu, heredero político del terrorismo, untexto que horroriza al conjunto del pueblo español
Es increíble que en ese texto no se haga mención alguna del terrorismo en todos esos años. Por hacer memoria, y de acuerdo al manual Vidas rotas confeccionado por Rogelio Alonso, Florencio Domínguez y Marcos García Rey (Editorial Espasa), entre la muerte del dictador y hasta fin de ese año 1975, se produjo un asesinato terrorista. Y desde 1 de enero de 1976 hasta 31 de diciembre de 1983 se produjeron 388 asesinatos perpetrados por la banda terrorista ETA. Los desglosamos por años: 18 en 1976; 11 en 1977; 68 en 1978; 80 en 1979; 98 en 1980; 32 en 1981; 40 en 1982 y 41 en 1983. Por tener, el terrorismo etarra tiene también desaparecidos, sí, al estilo de la Junta Militar de la siniestra dictadura argentina presidida por el general Videla, que siguen desaparecidos después de décadas.
Cuando según informe del Parlamento Europeo, quedan por resolver en España 379 asesinatos cometidos por la banda mterrorista ETA, que corresponden al 44% del total de asesinatos terroristas; cuando se denuncia el incumplimiento por parte de España de su deber de llevar a cabo una investigación oficial, eficaz e independiente cuando se propone solicitar al Gobierno español una explicación satisfactoria en relación a tan enorme número de asesinatos sin resolver; cuando se califican los crímenesdel terrorismo perpetrados en España como crímenes de lesa humanidad, está en el terreno de lo aberrante que el PSOE pacte con Bildu, heredero político del terrorismo, un texto que horroriza al conjunto del pueblo español.
Desde cuándo se puede entender como legítimo tal pacto que no tiene otra función que la de socavar nuestro régimen democrático. Y más: ese acuerdo hace perder el alma y su razón de ser al PSOE, a cuyo frente se sitúa alguien carente de la más mínima humanidad, a quien le resulta a lo que se ve indiferente nuestra reciente historia democrática que arranca en la Transición. Desconocemos qué mecanismos se pueden invocar para justificar esta política de pactos seguida con Bildu ya incluso desde antes del inicio de esta desdichada legislatura en la que nos encontramos. Lo que es seguro es que, después de las elecciones andaluzas, de contemplar el trasvase evidente de votos desde el PSOE hacia el PP que en esas elecciones se produjo, hay quien está empeñado en no aprender que el pueblo español rechaza de lleno los pactos con esa calaña de Bildu.
Zeus enloquece a los que quiere perder. Se dice esa frase que históricamente va dirigida a los aventureros que perdieron el control de sus actos. Así será, porque cuando se pacta como se ha pactado con Bildu es seguro que lo peor está por llegar para quien con tal frivolidad se aventura en esas aguas. Y si un favor se puede pedir, que deje el señor Sánchez de una vez de llamar a ese Gobierno progresista; es un Gobierno tan reaccionario, que da vergüenza seguir sus andanzas enloquecidas.
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