Vivimos en una democracia tan liberal que mostrar preocupación y rechazo a la posibilidad de una guerra nuclear en suelo europeo se considera putinista, alta traición o lo que es más ridículo: equidistante. En el mundo libre y de la razón que representa Occidente se ha vuelto algo peligroso pensar y hacerse preguntas para entender cuanto afecta a nuestra vida, todo lo que nos rodea, que es precisamente lo que determina a una persona como civilizada y no su tarjeta de crédito.
La cultura de la cancelación con esta pseudo religión woke que asola Occidente se cobra víctimas civiles cada día con la virulencia de la masa en redes y la participación de políticos adictos a la tiranía y al foco. No sentir atracción por una persona trans se considera tránsfobo, señalar el origen de la delincuencia es racista, gritar a una mujer estupideces es violación y no aplaudir tu empobrecimiento por la Agenda 2030 te convierte en criminal climático.
En una guerra lo primero que se controla es la propaganda. Pero si somos una democracia en guerra para defender los valores democráticos, antes de nada hay que acudir al Parlamento
De repente, los telediarios normalizan la posibilidad de un ataque nuclear y no se puede hacer una reflexión ni mostrar una preocupación ante ese escalofriante escenario. Respecto a la guerra de Ucrania no pueden aportarse datos históricos, como la realidad rusa de Crimea desde 1783, cuando Catalina II la consiguió del turco. No se puede mencionar el contexto étnico y lingüístico del Donbás, en guerra desde el 2014, ni de los sucesos de Odessa de aquel año. No se puede hablar de antecedentes al conflicto, ni de intereses de terceros países en él ¿Por qué desde 2014 cualquier suceso en Ucrania lo trataba el Kremlin con la Casa Blanca y no con el nuevo Gobierno de Kiev, como si hubiese sido elegido desde ella? ¿No es una democracia? ¿Por qué Rusia pide asegurar el suministro de agua a Crimea?
En Occidente se consideró un rasgo de tiranía de Putin querer decidir quiénes deben ser los aliados de Ucrania, o al menos su neutralidad respecto a sus enemigos, al cerrarle el paso a su ingreso en la OTAN. Pero la destrucción del gasoducto Nordstream I y II -¿quién se beneficia de esto?- ha volado toda posibilidad de relación comercial importante entre Rusia y Europa, al decidir el responsable de las explosiones con quién pueden comerciar los europeos. Con Rusia han dejado claro que no. ¿Qué consecuencias económicas en términos de pobreza devastadora supone para Rusia que se quede sin su mercado más cercano, su principal fuente de riqueza? ¿Qué consecuencias de empobrecimiento tendrá para Europa? ¿Qué salidas a un conflicto puede haber cuando se destruye toda posibilidad de comercio entre dos zonas sin que lo haya decidido ninguna de ellas? ¿Por qué ante este hecho tan grave y revelador para la realidad de los europeos, especialmente de Alemania, la respuesta ha sido el silencio mediático y político, incluso culpar a Rusia contraviniendo las leyes de la lógica y la física?
¿Por qué no informan y piden autorización a los españoles para toda acción de guerra explicando sus consecuencias? ¿Dónde está la transparencia?
Entiendo que en una guerra lo primero que hay que hacer es controlar la propaganda. Pero si somos una democracia en guerra, y especialmente cuando nos dicen que la guerra es para defender los valores democráticos, antes de nada hay que acudir al Parlamento. ¿Por qué no informan y piden autorización a los españoles para toda acción de guerra explicando sus consecuencias?, como el envío de armamento o el entrenamiento de tropas en suelo español. ¿Qué compromisos ha adquirido Pedro Sánchez ante potencias extranjeras que han aumentado el presupuesto de Defensa un 25% mientras la frontera de Ceuta y Melilla es defendida con material antidisturbios por policías abandonados?
No podemos hacernos preguntas, no podemos acceder fácilmente a la información, no podemos exigir que rindan cuentas. No podemos dudar ante los entusiastas del camino hacia una guerra nuclear bajo amenaza de ser acusado de putinista. El Donbás, esa región que no sabía de su existencia hasta principios del 2022, ¿vale para usted y sus hijos una guerra nuclear de consecuencias desconocidas? Si ha dudado un segundo es usted un equidistante para los shérif de la libertad ucraniana en España, que actúan como fans de guerra nuclear a la que no tienen intención de acudir.
Los desquiciados cánticos cegados por la necedad alentando a no rendirse, planteando un mundo binario, equivocado y alejado de la racionalidad. Como si culpar a Putin fuese suficiente para caminar irresponsables al desastre, calientan un ambiente en Europa que no se parece al de la Guerra fría, sino al de 1914.
La mayor deshumanización del individuo es arrebatarle su libertad de pensamiento y el poder más absoluto es conseguir la sumisión sin violencia, por voluntad propia
No se ha declarado la guerra en Europa y ya se ha proscrito la paz. Elon Musk, el dueño de Tesla que ayudó a Ucrania en el inicio de la guerra por los ataques de Rusia a Kiev, planteó en Twitter una propuesta de Acuerdo de paz que incluía la no entrada de Ucrania en la OTAN, referéndums legales en el Donbas y que se asegurase el suministro de agua a Crimea. Esta propuesta de Musk le valió respuesta del embajador ucraniano en Alemania en los siguientes términos: Fuck off. Zelensky en las últimas horas ha pedido un ataque preventivo contra Rusia antes de que tire una bomba nuclear. ¿Europa está segura de querer unir su destino a personas que tienen intereses diferentes y desprecian toda posibilidad de paz sin evaluar las consecuencias? ¿Ha muerto la razón definitivamente? ¿Cuál es el final propuesto? ¿La destrucción absoluta de Rusia? ¿El escenario deseado es 1918?
Para una vez que el Papa Francisco actúa como un católico al pedir un Acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, le costó acusaciones de ser simpatizante del terror comunista. ¿Qué debería pedir el líder de una Iglesia católica? ¿La aniquilación de Rusia?. Si ya ni el Papa puede pedir paz, ¿qué podemos decir los demás para los sheriff de la guerra? La mayor deshumanización del individuo es arrebatarle su libertad de pensamiento y el poder más absoluto es conseguir la sumisión sin violencia, por voluntad propia. Pedir control, transparencia, información, la posibilidad de una conversación planteando dudas y pedir una reflexión antes de lanzarnos a un conflicto bélico de consecuencias devastadoras que se desarrollará en suelo europeo, no americano, es una actividad perseguida, proscrita y de alto riesgo en esta democracia europea a defender.
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