Como sea que el PP anda disparándose tiros a diario en su propio pie con gente icónica del partido – léase Cayetana Álvarez de Toledo o Isabel Díaz Ayuso – reconforta leer una buena noticia referida a los populares. Que diga que quiere suprimir esos armatostes perfectamente inútiles como los ministerios de igualdad, consumo, universidades, derechos sociales y memoria democrática es un acierto. Ministerios que se crearon , igual que muchas otras cosas, para colocar la cuota de podemitas en ese curiosísimo invento que Sánchez denomina, no sin estupor por parte de la ciencia, gobierno de España.
Pablo Iglesias quería arreglarse lo suyo pero, claro, para estar en el CNI y meter baza en los asuntos catalanes lo primero era dejar colocados a los camaradas-camarades-camaradis. Y ahí tienen a su pareja, creo, Irene Montero, al frente de un ministerio que se indigna ante las vejaciones a mujeres en función de si son o no de las suyas, que ignora a las manadas si son de origen extranjero, que no ha podido evitar que, desde su creación, los delitos sexuales se hayan incrementado o que gasta 427.579 euros en ocho asesores por diez meses de trabajo. Con la que está cayendo. Añado: 525 millones nos cuesta a los contribuyentes el invento de Montero.
Ni qué decir tiene que, a pesar de su librito de recetas, Garzón es al consumo lo que una ostra a las varietés, que a Castells le piden el DNI el día que se le ocurre pasar por su despacho porque no lo conocen, que la memoria democrática o los derechos sociales no precisan de ministerio y si de buena y limpia intención historiográfica la primera y una fuerte legislación social ajena a matices politiqueros la segunda. Porque los derechos deben estar garantizados gobiernen estos u otros, y reclamar libertades individuales para los colectivos LGTBI y no sé cuantas siglas más se desautoriza cuando eres incapaz de reclamarlos también para las víctimas de ETA. Que si todos tenemos derecho a ser como queramos no es menos cierto que todos tenemos el previo derecho a la vida para poder ejercer el otro.
Garzón es al consumo lo que una ostra a las varietés
Así que bienvenida sea la propuesta, porque a este gobierno le sobran ministros y ministerios, artesonado burocrático, oficinillas para colocar amiguetes y subvenciones a los palmeros. No obstante, creo que sería mucho más útil, porque esto no deja de ser una tirita en la brecha del Titanic, sentarse a reflexionar acerca del enorme coste que supone para España la administración improductiva. Aunque se deba modificar la Constitución, cosa que, por cierto, está muy de moda entre el rogelismo avanzado. Porque, ya puestos a recortar cosas inútiles, ahí tienen ustedes la cantidad de municipios que hay en nuestro país y que el PP, con Rajoy y Soraya, intentó reducir en su día sin éxito. ¿Tiene sentido que una acera de la calle pertenezca, por vía de ejemplo, a Barcelona y la otra a Hospitalet? ¿No saldría más barato unir las administraciones locales? ¿Y las Diputaciones? Son decimonónicas. Y que no se nos diga que reparten recursos a los ayuntamientos, porque esa función puede cumplirla perfectamente el mismo estado o la autonomía. Lo mismo con los consejos comarcales, cabildos y otras hierbas.
De las autonomías ni hablo, porque nos cuestan un riñón, crean lío – a la pandemia me remito – y, por ende, en casos como el catalán o el vasco, son una contra-España notabilísima. Nada de esto es posible porque el PP también tiene colocada a su gente en estos organismos. Muchos, como el ministerio de Montero, no tienen más función que dar cargo y sueldo a personas que desconocen lo que es trabajar.
Sobran ministerios, sí, pero falta todo lo demás, a saber, coraje, valentía, seriedad y sentido del estado. Vamos finos.
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