Opinión

Socialistas, ¡ya sois bolivarianos!

Solo quienes se hacen los tontos pueden ignorar que con Sánchez la división estaría garantizada. Esa es la condición para su continuidad y la del Partido Socialista en el poder

Pedro Sánchez confía su futuro político a las oportunidades de una España en llamas. En la violencia contra los jueces, emula la respuesta bolivariana de Cristina Kirchner (CFK). Ambos apuestan a que todo estalle. Ella habla de “partido judicial” y él, de “derecha judicial”. Si el peronismo llama “pelotón de fusilamiento” a quienes condenaron a la corrupta, el PSOE habla de “mafia judicial”, “gobierno de las togas”, “guardia civil golpista”. Populismo chavista desencadenado.

CFK, condenada por apropiarse de 1.000 millones de dólares, es la abanderada de la guerra contra la división de poderes. Sería una antigualla “de cuando aún no había luz eléctrica”, ha llegado a decir. En el ideario chavista, a quien gana las elecciones le corresponde todo el poder. Y la impunidad, deberían añadir. La tesis tiene seguidores en España, como comprobamos estos días. Entre los más aplicados, Íñigo Errejón, que ha tenido maestros peronistas como Laclau. Buen bolivariano, descalifica a los jueces como “gente a la que nadie ha votado”.

Esto no debe sorprender en anticapitalistas de salón o en quienes, como Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, se formaron en la catequesis  de las Juventudes Comunistas. Lo que llama la atención es la incorporación del PSOE a ese territorio bolivariano en el que “los jueces no pueden elegir a los jueces”, como solemnizó el ministro Bolaños. Sánchez está haciendo todo lo necesario para someter el poder judicial a lo pactado con sus socios, sacrificando el Estado constitucional y democrático de derecho. Ese es el plan; no hay otro.

Los modelos “constituyentes” que se imitan están, no en la UE, sino en América Latina. La pista a seguir es la del Grupo de Puebla, donde militan Rodríguez Zapatero y Adriana Lastra por parte del PSOE

El PSOE reproduce las políticas “constituyentes” que los partidos del Foro de Sao Paulo, creado por Castro y Lula, están intentando imponer en sus países como fórmula para eternizarse en el poder. Lo han logrado plenamente en algunos casos, como en Venezuela o Bolivia, y están fracasando en otros, como en Chile y Perú. En España, es una obviedad que la coalición sanchista ha hecho del control del Tribunal Constitucional un paso previo al proceso “constituyente” que marcan sus socios.

Basta con prestar atención a lo que dicen Junqueras, Otegi, Ortuzar, Assens, o a las declaraciones del socialista Illa, para conocer los detalles. Conde-Pumpido, aspirante a la presidencia del TC, tiene bien predeterminada la ruta. Empleando sus palabras, las togas se mancharán con el polvo del camino, si se dan las condiciones. Los modelos “constituyentes” que se imitan están, no en la UE, sino en América Latina. La pista a seguir es la del Grupo de Puebla, organización de la que forman parte PSOE con Rodríguez Zapatero y Adriana Lastra, PCE con Yolanda Díaz y el secretario comunista Santiago Romero, Podemos, con Irene Montero y, por libre, algunos como el exjuez Baltasar Garzón.

Las últimas actuaciones de esta internacional han sido contra los jueces y fiscales que han resistido las presiones para mantener impunes a los corruptos CFK y Pedro Castillo. Todos ellos, desde el presidente mexicano López Obrador al colombiano Petro, han intentado amedrentar al fiscal argentino Diego Luciani y a la fiscal peruana Patricia Benavides. Aún hoy, con la connivencia de los españoles que están en esa organización, siguen apoyando al golpista Castillo y a las organizaciones herederas del terrorista Sendero Luminoso que intentan paralizar Perú. La cooperación de Obrador con el asalto a la democracia peruana es indecente y retrata a todo el movimiento bolivariano.

El escritor argentino Jorge Fernández Díaz ha denunciado cómo Yolanda Díaz atacó a jueces y fiscales argentinos para defender a la corrupta Cristina Kirchner en su visita solidaria del pasado día 12

La cooperación con el Grupo de Puebla es una vergüenza para España. Jorge Fernández Díaz, un escritor e intelectual argentino de gran prestigio, ha mostrado su asombro por la injerencia escandalosa de miembros del Gobierno español contra la justicia de su país. Ha denunciado cómo Yolanda Díaz atacó a jueces y fiscales argentinos para defender a la corrupta Cristina Kirchner en su visita solidaria del pasado día 12. “Es una de las más grandes referencias como política y como mujer”, dijo la vicepresidenta española en defensa de quien ha protagonizado uno de los mayores robos, con un daño al país calculado por un estudio serio en más de 36.000 millones de dólares. “Robolucionarios”, llaman los argentinos a estos tipos.

"Apoyan a autócratas y corruptos si son de su palo”, afirma el escritor, que considera repugnante que el progresismo de Zapatero o Baltasar Garzón se haya convertido en reaccionario. Como truchos y mafiosos, califica a los del Grupo de Puebla. La Cumbre bolivariana prevista en la capital argentina ha sido suspendida, no por un supuesto covid de CFK ni por el fútbol, sino porque han detectado que el rechazo a la vicepresidenta argentina condenada supera el 80%. Aunque para impacto, el manifiesto de apoyo de la Internacional Progresista, encabezado por Irene Montero y titulado “si nos tocan a una, tocan a todas”.

¡Qué imagen del gobierno de España para los demócratas latinoamericanos, que están defendiendo heroicamente sus instituciones democráticas! Sin embargo, aquí, como denuncia el catedrático de Derecho Constitucional Carlos Vidal, “es atronador el silencio de algunos académicos y líderes de opinión ante la deriva que han tomado los acontecimientos en España”. Tiene razón. Ante la evidencia sobre cómo Pedro Sánchez cambia el Código Penal para facilitar a sus socios la ejecución de otro 1-O, cuando les convenga, se echa de menos a intelectuales que, habituales de la pedagogía política desde El País, ahora callan.

Hace 10 años escribí que era necesario otro PSOE. Hoy, tras una depuración sistemática en el partido, no veo ninguna opción de supervivencia postsanchista. Los espectáculos poco edificantes de quienes se rasgan las vestiduras con los cambios legales y no hacen nada para evitarlo son un anticipo de hundimiento. Ahora asistiremos a una explosión de performances protagonizadas por candidatos socialistas de mayo que jurarán a los electores haber estado siempre en contra de las cesiones a independentistas. ¡Teatro!

No lo tendrá fácil Núñez Feijóo para unir a los españoles tras el desastre, pero es la única salida para un momento nacional crítico. Solo quienes se hacen los tontos pueden ignorar que con Sánchez la división estaría garantizada. Esa es la condición para su continuidad y la del Partido Socialista en el poder. Todos lo sabemos, incluidos quienes dan la espalda al patriotismo constitucional y se refugian en el burladero izquierda-derecha.

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