La subida de los salarios para compensar la inflación puede aliviar total o parcialmente los problemas que usted tiene para llegar a fin de mes. Ello dependerá de sus hábitos de consumo y de las posibilidades de su empleador de actualizar su salario. Sin embargo, seguro que no le aliviará suficientemente de los efectos que tiene la subida de los tipos de interés sobre su endeudamiento, si este es a tipo variable.
No vamos a entrar en disquisiciones de metodología estadística sobre los índices de precios, para nuestra reflexión nos bastan datos sencillos. Los precios medidos según el IPC subieron en 2022 un 5,8% y los salarios se van a actualizar según convenio en un 2,8%. Esto supondría una pérdida de poder adquisitivo del 3%. Así que usted o cambia sus hábitos, suponiendo que sus hábitos coinciden exactamente con los que mide el IPC, o reduce su ahorro, si es que lo tenía, o vende algo y amortiza deuda o todas las cosas a la vez.
El problema grave de sus finanzas está en su hipoteca. Hace un año los tipos de referencia eran casi del -0,5% ahora son del 3,5%. En una hipoteca en la mitad de su vida (catorce años hasta vencimiento) eso supone un incremento del 25% en el recibo mensual. Cuanto más viniera pesando dicho recibo entre sus pagos mensuales, peor será su situación. Si el recibo suponía sólo el 10% de sus ingresos, la subida no le afecta lo mismo que si fuera el 40% de sus ingresos. En la nueva situación, deberá dedicar el 12,5% de sus ingresos a pagar la hipoteca, si estaba en el primer caso antes apuntado, mientras que, en el segundo, la broma se le dispara al 50%. La subida de los tipos está reduciendo su renta disponible de manera más agresiva que el diferencial entre la inflación y las subidas salariales que usted pueda obtener.
Tal vez alguien le haga notar que usted es más solvente. Eso puede ser verdad, pero usted sabe que está equivocado. Usted quiere pagar su casa, no quiere venderla para pagar su deuda e irse a una nueva más barata con menos hipoteca. Tampoco le vale que le diga que la ratio entre su deuda y sus ingresos ha caído, es decir que si antes debía al banco 4,8 anualidades de su sueldo ahora sólo le debe 4,6 anualidades del mismo, porque lo que es cierto, en el peor de los casos vistos, es que antes disfrutaba del 60% de su renta tras pagar la hipoteca y ahora sólo del 50%. Usted está fastidiado y le cuesta llegar a fin de mes.
Esto se aprovechará por el Gobierno y los malos periodistas porque olvidarán que los gastos financieros de la deuda pública pasarán de 29.000 millones anuales en 2022 a 45.000 millones en 2027
Las ratios deuda pública/PIB de los estados (se parecen al de las anualidades que antes utilizábamos) están cayendo rápidamente como consecuencia de la inflación. Según el FMI, la ratio deuda pública/PIB pasará en el caso de España del 113,5% en 2022 al 110,5% en 2027 (y viene de un 120,4% en 2020). Esto se aprovechará por el Gobierno y los malos periodistas como un indicador positivo porque olvidarán que, según ese mismo organismo, los gastos financieros de la deuda pública pasarán de 29.000 millones anuales en 2022 a 45.000 millones en 2027, o lo que es lo mismo del 5,1% de los ingresos públicos en 2022 al 6,6% en 2027.
Es verdad que el Estado, a diferencia de usted, no amortiza su deuda. Se conforma con irla refinanciando pero, también es verdad, que el Estado tiene déficit primario y usted no, es decir: que no tiene ni para pagar su recibo de endeudamiento (sólo de intereses) una vez atendidos el resto de sus gastos. Así la deuda no para de crecer porque hay que pedir prestado para atender el déficit primario y los intereses hasta que los acreedores teman por sus cobros. En ese momento volvemos a las soluciones: o cambio sus hábitos o se muda a una casa más modesta. O ambas cosas a la vez.
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