Opinión

Subida de tipos y escalada del dólar

El roto contable que se está produciendo en los balances de ciertos inversores de medio mundo está siendo histórico, tanto como el error de subir tipos tarde y ahora enfrentar una mayor inflación

Hay una vieja máxima entre los expertos en divisas según la cual el tipo de cambio de un país es la expresión de los vicios y virtudes de una nación, dando casi igual los problemas estructurales o coyunturales que atraviese pues, a la jora de la verdad, es su carácter nacional lo que termina reflejándose en la cotización. Hoy, dado el espíritu sociópata que nos invade, donde hablar de vicios y virtudes, de Moral, o del hecho objetivo nacional son algo casi herético y donde, además, se desprecia el estudio de la historia económica, siguiendo la lógica de dicha máxima, entre los malos y los peores, las crisis cambiarias están casi aseguradas. Para explorar eso empezaremos por el dólar contra las divisas más relevantes para verlo luego contra las más importantes, según su peso en el comercio y las finanzas internacionales, y concluiremos con el euro. 

El dólar contra "todos"

Es una comparación obligada y para ello se utiliza el famoso "Index dollar", serie que pueden ver en la siguiente gráfica. Hay que decir que los sociópatas americanos descontinuaron la serie (línea verde) y hemos tenido que reconstruirla con otra (línea roja) con la que la sustituyen pero que es más corta, que igual piensan que "lo viejo" no importa, cuando es al revés, pues se trata de entender equilibrios sistémicos. El responsable último de esta y otras chapuzas es James B. Bullard, el preferiti de Powell, presidente de la Fed.

Lo que se observa en la flotación del dólar desde que abandonó su relación con el oro es que, en su tramo alcista (o escaladas), hace tres impulsos; en la última ocasión no los concluyó pues apareció en escena Trump, lanzando duros ataques contra las devaluaciones competitivas de sus "socios" comerciales. Luego, fue llegar "uncle Joe" y saltar por los aires eso y muchas cosas más, superándose el máximo de la crisis del 2000 y ya se dirige al máximo creado por Volcker para machacar la espiral inflacionaria de los ochentas.

El barrio chino

No con todos ocurre igual, claro, y el tipo de cambio chino va aguantando bastante bien la subida de tipos americana (siguiente gráfica). Es uno de los mayores tenedores de bonos estadounidenses y, en algo que se aplica a todos, tendría que deshacerse de ellos para obtener dólares para defender su divisa, acción que haría que los bonos bajen más de precio, algo que seguramente se trasladaría a los bonos empresariales. El roto contable que se está produciendo en los balances de ciertos inversores de medio mundo está siendo histórico, tanto como el error de subir tipos tarde y ahora enfrentar una mayor inflación. 

Lo que ven en la gráfica es la media mensual y la marca crítica de 7 yuanes por dólar ha sido superada; ante eso, ya han anunciado que podrán todos los recursos estatales en dólares para defender el yuan, lo que creará otras inestabilidades. Tema distinto es el futuro que les espera cuando los estadounidenses terminen con la terapia rusa. De momento van digiriendo bien la Nueva Pax Americana, - consiguiendo incluso que algunas de sus empresas aún puedan cotizar en América - y la explosión de su gigantesca burbuja inmobiliaria, más los cierres por Covid y la crisis demográfica. Pasada la guerra en Ucrania, la posible terapia que le harían los americanos la vimos aquí al mirarles en el espejo japonés, lo cual nos lleva al siguiente caso. 

Harakiri secular

Cuando se habla de vicios y virtudes nacionales en Japón siempre se ignora, tal vez interesadamente, la casta gobernante que les destruye su demografía, algo en lo que van más adelantados que los europeos, tan listos ellos. Llamar democracia a una partitocracia infecta como la de ellos o la nuestra es letal, da igual que hagas Toyotas como churros, que ya te sacaran los americanos, si les toses, KIAs y lo que haga falta. De hecho, cuando tratamos el tema de "Oligarquías y bancos centrales", les usamos como ejemplo destacado.

Tras décadas haciendo QEs - a su lado el ruinoso BCE es un aprendiz, y "antes seppuku que reformarse", la distorsión de sus mercados financieros - que también vimos al tratar su bolsa - es de tal calibre que van camino de la implosión financiera, algo que, lógicamente, se nota en su divisa (anterior gráfica). 

Tras los Acuerdos Plaza el yen sufrió una fuerte revaluación para luego hacer un movimiento lateral que hoy, por ese riesgo de implosión, está en peligro. Japón, que realmente no tiene un problema serio de inflación y su banco central, al ser el mayor tenedor de bonos japoneses, sufría unas fuertes pérdidas por la subida de tipos, retomó el QE y lo pagó la divisa, devaluación que estimulará la inflación, sobre todo en alimentos, causando un gran malestar en la población y obligando al Banco del Japón a comprar yenes, algo que no ocurría desde 1998 en una cantidad no tan importante. La zona crítica está entre 140 y 160 yens por dólar, si la rompe el pánico financiero tendría efectos impredecibles; hoy está en 144,4.

Crisis británica

De nuevo, la caída de los precios de los bonos (no solo estatales) será uno de los mayores dolores de cabeza para los bancos centrales después de que ellos mismos, en su afán por expoliar al ahorrador y favorecer a los deudores, han destrozado dicho mercado. En el Reino Unido la crisis cambiaria vino del riesgo de suspensión de pagos de los fondos de pensiones por minusvaloraciones y pérdida derivada de liquidez (tema complejo). Dicho riesgo cierto de insolvencia de grandes instituciones de provisión provocó fuertes salidas de capital que hundieron la libra, que hizo mínimo histórico al perforar los 1,052 dólares por libra del 26/2/1985 durante el intradía del 28 pasado.

¿Solución? El Banco de Inglaterra (BoE) ha tenido que intervenir comprando bonos para apoyar su precio, dando un respiro a la divisa que luego se ha trasladado a casi todo, del euro al precio del petróleo (como dijimos, es "automático") y, como el tema no está resuelto, se cree que los bancos centrales harán una pausa. Pienso que dicha intervención no cambia la estrategia del BoE de luchar contra la inflación, que dichos fondos tendrá que sufrir por sus malas adquisiciones por no entender las implicaciones de la espiral inflacionaria y los QEs, así que, como hablamos del sector privado, tendrán que rodar cabezas para mejorar la gestión. Lo que siempre se ha dicho: "en finanzas el dinero gratis sale caro". Seguirá la terapia y, obviamente, el BoE intervendrá cuando exista riesgo sistémico.

El Reino Unido tiene por delante, además del Brexit y una burbuja inmobiliaria (daño a balances bancarios) pendiente, tres problemas muy graves: los déficits fiscal y comercial y la espiral inflacionaria, tres enfermedades que exigen un ajuste fiscal. ¿Y qué hizo la lista de su Primera Ministra y su Gobierno de cuotas étnicas y lobbies varios? Justo lo contrario y, lógicamente, el mercado la obligó a rectificar (parcialmente). ¿Qué más puede salir mal? Pues que le están haciendo el trabajo a los laboristas cuyas propuestas son incluso peores.

Espejo europeo

En este entorno financiero global en que por encima de la vocación, el buen hacer, la honestidad y una vida de preparación y ejercicio profesional se prefieren aspectos étnicos, de lobby, de "pandillas" o de género, todo lo cual lo pagaremos, es donde nos topamos con la numeróloga del BCE, quien poco antes de irse del FMI tuvo la mala idea de predecir que el dólar perdería su hegemonía monetaria y caería como la libra (gráfica anterior),  declaraciones absurdas que demostraron su ignorancia en lo más básico y que seguro que no sentarían nada bien a los americanos. Con esta aprendiz de bruja es a nosotros a quienes les puede pasar eso. 

Lo que creo que no ha hecho ha sido leerse la teoría de Keynes sobre tipo de cambio y arbitraje de tipos de interés, e igual solo le lee (o le resumen) para fabricar argumentos propagandísticos y expoliar mejor a los ahorradores europeos mientras alimenta la burbuja de deuda de "lo público" y los inmuebles. Gracias a su incompetencia, el euro, que a principios de año rondaba los 1,21 dólares llegó a perder la paridad, y todos (favorecidos deudores y saqueados ahorradores) pagamos la energía, combustibles, fertilizantes, etc., casi un 20% más caro solo por el tipo cambio, estimulándose aún más la espiral inflacionaria; por supuesto, hay quien ha hecho fortuna con su prolongada incompetencia. ¿Se investigará algo? No. 

Mucho se habla de la cota 0,85 de la crisis punto-com, pero, con esta casta de gestores europeos aún puede ser peor, porque dado que el dólar va camino de la marca de la anterior espiral inflacionaria, el peligro que, como los británicos, llegáramos al mínimo histórico: 0,7 dólares por euro no es descartable. Ya, lo sé, eran tiempos del ECU, cuando muchas economías europeas eran poco más que emergentes y se becaban y enchufaba señoritos y señoritas para que estudiaran en Estados Unidos, de donde vinieron con ínfulas de casta dirigente, pero con esta pandilla ruinosa todo es posible. 

Europa tuvo la oportunidad de situarse a un nivel global donde su valor agregado (antes de esta devaluación) se pagaba caro lo que permitía que disfrutáramos de un alto nivel de vida y eso, debido a un orden europeo que destaca por sus vicios, es lo que se puede perder en esta crisis inflacionaria a la que luego se sumó la guerra en Ucrania. Aprovechen pues la pausa, que la terapia contra la inflación no ha terminado.

© Luis Riestra Delgado, 3/10/2022

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