Opinión

A Susana Díaz se le ha ido la mano

Relegar a Montero al puesto diez de la candidatura al Congreso por Sevilla y dejar a otros tres ministros fuera en Cádiz, Córdoba y Almería, paradójicamente, facilita a Sánchez 'corregir' las listas andaluzas

Algo barruntaba ya la Dirección Federal cuando la vio aparecer por sorpresa en un acto del PSOE en Granada el lunes. No estaba prevista. "Ésta (Susana Díaz) tiene ganas de guerra", pensó alguno en Madrid, por más que las imágenes de sintonía con Pedro Sánchez daban a entender lo contrario.

Aparentemente obsequiosa para las fotografías, la lideresa del socialismo andaluz rumiaba ya en ese momento su particular estrategia para resistir a los movimientos de sucesión que, sabe, tarde o temprano van a empezar en el seno de la principal federación socialista.

Algo así como: "¿No es este el partido de la militancia? Pues ahí lo tienes, Pedro". Y, ni corta ni perezosa, dio orden a los suyos para no ceder un milímetro a las aspiraciones de Sánchez de colocar a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como número uno de su lista por Sevilla; mucho menos, a su eterno enemigo en la batalla provincial, el delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, como número dos.

La lectura que hace Ferraz de la maniobra de la lideresa andaluza es que el 70% que se ha abstenido en la votación de las listas lo que espera es el relevo de Susana Díaz

El problema es que, a decir de bastantes en ese partido, "se le ha ido la mano". No solo poniendo a Montero y Celis en cola, en puestos de no salida; es que el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que quiere Sánchez de cabeza de lista por Cádiz, ni aparece en la plancha elegida por los militantes socialistas de esa provincia; tampoco el de Cultura, José Guirao, por Almería; ni el de Agricultura, Luis Planas, por Córdoba.

Un "auténtico despropósito", en palabras de alguien de la Ejecutiva Federal, que ya solo puede acabar en lío, ruido interno a mayor gloria de los adversarios del PSOE en estas elecciones generales del 28 de abril y en las autonómicas y municipales del 26 de mayo que están por venir.

No obstante, en Ferraz hacen ya una lectura a más largo plazo: si solo ha participado el 30% de la militancia, si de ese porcentaje el 40% es para las candidaturas apoyadas por la Ejecutiva Federal... la conclusión es que la otrora todopoderosa lideresa del socialismo andaluz no está tan fuerte; que esa mayoría silenciosa del 70% que se ha abstenido "a conciencia" espera el relevo de Díaz. Y que este se producirá "cuando quiera el secretario general" y, me temo, sin acuerdo.    

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