La primera jornada de la moción de Vox, con Ramón Tamames como candidato, ha sido el “regalo” que deseaba Ferraz y que temían Génova y parte de las filas de Vox. Ha acabado siendo un sainete donde Pedro Sánchez ha dado un mitin de una hora y cuarenta minutos sobre los logros (presuntos) de su gestión, le ha permitido tapar durante unas horas los escándalos de Tito Berni o el ‘sí es sí’ y ha dado pie a Yolanda Díaz a postularse como la candidata a la izquierda del presidente, para desesperación de Podemos, sus ministras Ione e Irene y de Pablo Iglesias, que la ungió con su dedo de macho alfa sin saber que la candidata le saldría rana.
Vox llegó a su segunda moción con la idea de arrinconar al presidente del Gobierno y ponerle frente al espejo de todos sus engaños –la sedición, la malversación, Cataluña, el sí es sí- y muchos nos hemos terminado preguntándonos cómo es posible que su candidato, el emérito Ramón Tamames, no aplaudiera ni una vez la presentación de Santiago Abascal y solo alzara la voz para pedir la hora y quejarse de que el presidente le contestara “con un tocho de 20 páginas”.
Sánchez estaba dispuesto a alargar al máximo su intervención y torturar la resistencia de un candidato que parecía aburrido de la técnica parlamentaria y que decidió, tras quejarse de que el presidente hablara más de una hora “de cosas que no le he preguntado”, que no pensaba seguir replicando. Total, ya había cumplido su sueño. Y así siguió toda la tarde: asistiendo, entre aburrido y hastiado, a las intervenciones de los 'minutos de la basura' sin hacer una sola réplica mientras le acusaban de estar implicado en el 23-F y hasta de avalar la quema de retratos del Rey (algo que Rufián y su ERC conocen bien).
Yolanda Díaz, candidata
Por la mañana. Yolanda Díaz había recogido el testigo de un Sánchez monocorde y se presentó como candidata de Sumar aprovechando que Abascal y Tamames le dejaban el balón botando. Díaz abroncó al “profesor Tamames” en un tono insufrible de institutriz que regaña al anciano y sus veleidades –“¿cómo puede pasar del PCE a representar a Vox?”-; se presentó como la propagandista del Gobierno, dando gracias a Sánchez, que va a redimir Europa, y, casi uno a uno, alabó a todos los ministros de un Gobierno que “ha salvado” a este país. Es su concepto del Gobierno de "salvación nacional".
La realización de la retransmisión del Congreso no mostró las caras de Ione Belarra e Irene Montero ante tamaño despliegue de la vicepresidenta, con su traje chaqueta blanca de ejecutiva del Ibex más cercana a Calviño que a CCOO, pero el crujir de dientes ante una ministra que vendía sus éxitos era perfectamente imaginable. Pablo Iglesias se revolvía entre las bambalinas de su nuevo canal...
La respuesta de Tamames al despliegue escénico de Yolanda Díaz fue, esta vez, certero: “Ha sido la actuación de una candidata de Sumar más que la de una vicepresidenta”. Pero su hartazgo ante las réplicas y los discursos pudo otra vez con el candidato que, cronómetro en mano y tras quejarse porque la vicepresidenta había intervenido “una hora y cinco minutos”, decidió que tampoco iba a contestar y pidió a la presidenta de la Cámara poner fin a la sesión de la mañana. La cara de Abascal, al lado de Tamames, era un auténtico poema.
Y en el bando de los perdedores, Podemos y sus ministras, Ione e Irene, que han tenido que asistir a la presentación en sociedad de la candidata Yolanda Díaz, la misma que este fin de semana se reunía con Errejón sin invitar a Podemos
El líder de Vox rechazaba que su moción, calificada por casi todos de “balón de oxígeno” para un Sánchez rodeado de escándalos y atrapado en la pelea con sus socios morados, fuera un salvavidas para el presidente del Gobierno. Pues si no quieres caldo, dos tazas: no solo la moción ha mostrado a un candidato de Vox mayor, cansado, pendiente del reloj, poco o nada interesado en las réplicas y a veces meditabundo cuando no traspuesto, sino que también ha servido para que Sánchez lance a su delfín Yolanda Díaz y refuerce la posibilidad de la alianza a la izquierda del PSOE.
Ganadores y perdedores
Si alguien ha ganado con esta moción de candidato interpuesto, además de Sánchez y Díaz, ese ha sido Alberto Núñez Feijóo, que mientras en el Congreso, Sánchez daba un mitin y Tamames se quejaba “del tocho de 20 folios”, el gallego se reunía con embajadores de la UE. Nunca agradeció tanto no tener un puesto en la Carrera de San Jerónimo.
Pero, en el bando de los perdedores, sobre todo Podemos y sus ministras, Ione e Irene, que han tenido que asistir desde el banco azul a la presentación en sociedad de la candidata Yolanda Díaz, la misma que este fin de semana se reunía con Errejón sin invitar a los de Podemos y que en unos días presentará oficialmente su proyecto Sumar: el lanzamiento oficioso ha sido hoy, gracias a Sánchez y a Abascal.
La moción ,según Vox, ha salido como esperaban. Incluso mejor. Pero Santiago Abascal no solo verá derrotada la moción –algo que ya sabía de antemano- sino que se ha dejado en la gatera buena parte de sus credenciales de líder con un candidato que casi nadie –ni en sus propias filas- entendía muy bien. Un candidato que no ha dudado en mostrar una y otra vez su discrepancia con Vox en las entrevistas previas y que, una vez dictada su ‘lección’ en su discurso –que acortó porque le parecía largo y se olvidó hasta de reclamar las elecciones anticipadas-, aparecía hastiado, aburrido de lo que veía desfilar por la tribuna (lo cual no es de extrañar en la mayoría de casos) y renunció a dar las réplicas.
Él ya había cumplido su sueño. Eso sí, cuando se despertó del mismo, no solo Sánchez, Yolanda también estaba allí.
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