Al hilo del auge del terrorismo yihadista tras la razia asesina de Hamás del pasado 8 de octubre, el Gobierno de España ha aumentado la alerta ante la posibilidad de atentados como los sufridos en Francia y Bélgica. Sin embargo, la cuestión es si tiene credibilidad en la materia un gobierno que mantiene ministros que apoyan explícitamente a Hamas, caso de la vicepresidenta Yolanda Díaz y de Ione Belarra, representantes de Sumar y Podemos, respectivamente. Y la respuesta es no: nadie puede esperar una verdadera lucha contra el terrorismo de un gobierno así. Solo excusas, justificaciones y deslealtad con las víctimas.
Somos el único país democrático con un gobierno donde ministros comunistas (peleadas entre sí, pero comunistas todas) han negado a Ucrania e Israel el derecho a defenderse de ataques sangrientos, proponiendo como solución al problema, con inmarcesible hipocresía, el embargo de armas al agredido que se defiende, que es lo mismo que negarle el derecho a defenderse. Lo último de Ione Belarra ha sido solicitar la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel mientras defiende a Hamas.
Si con Ucrania esta táctica de confusión oportunista tan rentable ha sido menos obscena que con Hamás e Israel, es porque el antisemitismo de la paleoizquierda española, con su añejo complejo de Torquemada, añade un fuego emocional ausente del remoto caso ucraniano. Los ministros comunistas del Gobierno de España están defendiendo el terrorismo de tres maneras: confundiéndolo deliberadamente con el derecho palestino a la defensa que, en cambio, se niega a los judíos israelíes; presentándolo como consecuencia inevitable de un conflicto bélico iniciado por Israel; negando que Hamas sea una organización terrorista porque, como dice el secretario general del PCE, Enrique de Santiago, ¿qué es el terrorismo? ¿chi lo sa (aparte de una descalificación conveniente contra sus enemigos del momento)?
El nacionalismo vasco, como los ministros de Sánchez, decía no saber tampoco qué era el terrorismo y parloteaba obscenamente sobre un “conflicto vasco” con dos partes enfrentadas: los terroristas y sus víctimas
España, o mejor su establishment, no parece haber aprendido nada de la larga lucha contra el terrorismo, y especialmente contra ETA. Se repite a mayor escala y altura aquella farsa pestilente de la presencia de Josu Ternera en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco, cuando ETA pudo amenazar directamente la lucha contra el terrorismo justo donde ésta debería estar más protegida. ¿Y por qué razón?: porque el nacionalismo vasco, como los ministros de Sánchez, decía no saber tampoco qué era el terrorismo y parloteaba obscenamente sobre un “conflicto vasco” con dos partes enfrentadas: los terroristas y sus víctimas. Y esta clase de relato siempre defiende a los primeros y culpabiliza a las segundas.
El cotorreo justificador de Hamás como expresión de un conflicto simétrico calca esa retórica del falso “conflicto” de dos agentes iguales en guerra, pero uno mucho peor que el otro: el estado democrático. Ninguna evidencia, prueba o duda razonable altera a sus propagandistas. El pasado miércoles, y tras quedar en evidencia que la acusación contra Israel de haber volado con un misil un hospital en Gaza con centenares de muertos civiles era, con toda probabilidad, falsa, la ministra Ione Belarra repitió imperturbable la acusación de genocidio palestino que lleva una semana repitiendo desde su elevada posición canora.
Pero en un sistema parlamentario, como el nuestro, los gobiernos son órganos solidarios y colegiados. Los ministros los nombra y cesa el presidente que ha votado la mayoría parlamentaria, y todos ellos, desde el presidente hasta el último cargo del Gobierno, son solidariamente responsables de sus acciones, lo que incluye en primer lugar sus declaraciones, porque en política son actos de habla llenos de consecuencias prácticas, nunca meras opiniones. Por tanto, el gobierno de Sánchez en conjunto es responsable y partícipe de la propaganda contra Israel de las ministras Yolanda Díaz y Ione Belarra.
Todos los países, entidades y lobbies que cuentan han tomado buena nota de la traicionera posición de España, como demuestra la soledad de Pedro Sánchez
Solo la degenerada política española permite el depravado espectáculo de un gobierno con ministros partidarios del terrorismo. El presidente los mantiene con la ridícula excusa de que sus declaraciones son asunto privado y de que solo cuentan las de Sánchez. Algo como los golpes de estado y el pasado terrorista irredento de sus socios: asunto de negocios y nada personal, diría Don Corleone. Pero nos equivocamos si creemos que esta locura pasa desapercibida a los demás gobiernos democráticos, por mucho que la prudencia aconseje fingir que España sigue siendo un aliado fiable: hemos dejado de serlo. Todos los países, entidades y lobbies que cuentan han tomado buena nota de la traicionera posición de España, como demuestra la soledad de Pedro Sánchez que, a pesar de la presidencia de turno de la UE, es excluido de los contactos entre gobiernos sobre la guerra donde se toman las verdaderas decisiones.
Es el merecido ostracismo al Gobierno del único país occidental con un gobierno con ministros que defienden a Hamas, atacan a Israel y piden abandonar a su suerte a Ucrania, todo en nombre de la paz y el derecho de los pueblos a la autodeterminación, negado a Israel y Ucrania. Lo probable es que, atónitos, los Biden, Macron y Scholz esperen el inminente cese de los ministros de Sumar y Podemos; lamentablemente, aún no entienden la verdadera degeneración de la democracia en España y lo cerca que estamos de la democracia fallida y de una dictablanda personal, la de Sánchez.
No puede cesarles
Esta aberración solo puede producirse en un país donde la democracia se ha ido alejando progresivamente de sus reglas y funciones, y las instituciones de control fallando como escopetas de feria. Repasemos el cuadro: el futuro personal de Sánchez y su ambición ilimitada es lo único que ahora importa en cualquier campo político e institucional, paralizando todo lo demás; ese futuro depende absolutamente de la complicidad de separatistas y terroristas que exigen amnistía, autodeterminación y desmantelamiento del Estado común, pero también de unos pocos ministros comunistas que juntos y peleados representan al 12% de los votantes.
El poder representa cada vez a menos ciudadanos y se consagra a marginarlos e imponerles ambiciones de partido, la receta de muerte segura de la democracia. La única razón de que Ione Belarra y Yolanda Díaz puedan humillar a España con sus obscenas exhibiciones proterroristas y antisemitas, que no en defensa de los palestinos, es que Sánchez no puede cesarles sin volar su investidura y verse obligado a convocar elecciones. Por lo tanto, obliga al mundo a soportarlas. Es un proceso de putrefacción institucional en toda regla. Y como dice la sabiduría tradicional, el pescado siempre comienza a pudrirse por la cabeza. Ya apesta.
PASTEL DE CIERVA
¿Por qué para el PSOE Hamás son malos, malísimos? Pues porque Pedrito no necesita sus votos para gobernar, si no blanqueamiento y amnistía. ¿ Por qué para Podemos Hamás es bueno? Pues porque hacen lo mismo que sus amigos de ETA, luchadores pro derechos humanos. ¿Por qué Sumar no está con Podemos? Porque Yolanda aprecia mas la moqueta prometida.
Variopinto
Buena pregunta. Yo tengo otras dos: ¿Dónde está la ciudadania catalana que está pidiendo a gritos la necesidad de una amnistía? Hasta ahora sólo se ha visto (visibilizado, para los progrelingüistas) a quienes están, precisamente en contra de lo que, les dicen, están negociando por ellos. "No en mi nombre" gritaron, para que les oyeran. ¿Donde está negociandose algo que beneficia a solo unos pocos y, haciendolo sin contar ni una palabra a la ciudadanía (no vaya a ser que se caiga el chiringuito)? Sólo en los despachos, solo por los de las altas cúpulas. La amnistia sólo es necesaria para aquellos que están sintiendo en peligro sus carguetes, asesoretes y despachetes. O sea, la flora y fauna los que, hasta antes de ayer, eran llamados los otros, los de la casta. El calorcito que da una moqueta debe ser tan inenarrable que nunca es citado en su dura lucha (con perdón) por los representantes de la paleoizquierda. Algo debe haber en los cielos para que nunca sean ellos los que se van, sino que deben ser otros quienes les echen.
Aquiles
A la niña de la Curva , no le asustan los machistas y violadores palestinos ....
Auraz
No, no son terroristas. Estos durarían seguramente horas en una organización terrorista. Son alborotadores de salón, mimados inútiles elevados a su posición actual por mentes difusas. A esta gente le viene bien todo lo que destruya. En el caos es donde e ellos pueden medrar; en una sociedad estructurada con criterios sólidos no tienen nada que hacer.
Max P. Palla
Todos los regímenes coloniales criminales llaman terrorista a la resistencia que provocan. Mandela y su ANC eran terroristas, los argelinos del FLN eran terroristas... Un cuento muy insoportable. . El problema no es la izquierda que tan poco le gusta al señor Gorriarán (hay mucho pro palestino en la derecha), ni el antisemitismo (los antisionistas somos tan antisemitas como Einstein, que escribió que los sionistas son na zis, o los miembros del Consejo Rabínico Central USA, o del IJAN, la asociación internacional de organizaciones judías antisionistas). . El problema es el proyecto colonial de unos europeos racistas,crueles, totalitarios y ajenos a Palestina que allá por 1890 decidieron hacerse un estado en alguna parte y, después de probar otros destinos, acabaron allí. Entonces era una región pacífica de convivencia fácil. Desde entonces, una tragedia. . Israel demolió dos aldeas la semana pasada en un proyecto de colonización, -declarado crímen de guerra, contra la humanidad-- de 4.000 asentamientos en territorio palestino. Mató a casi 300 inocentes el año pasado, 50 críos. Lo digo por darle ideas al autor para su próxima columna.
Valoriano
Estamos dejando de creer en todo.Ya no es lo que parece y en lo que creíamos hace no muchos años. A este paso pronto acabaremos con todo. Pena pero cierto.
jm15xy
El terrorismo o los actos de terrorismo son eventos y acciones concretas, perpetrados por personas o grupos concretos, como los atques de Hamas del 7 Octubre en Israel. O los actos terroristas cometidos por la organización ETA. Estoy de acuerdo en que hacer apología de estos actos es de por sí moralmente incorrecto (y en España has hasta un delito), y que es algo bastante más serio viniendo de altos funcionarios de un gobierno, pero de todas formas no diría que el que simplemente hace una apología de un acto o grupo terrorista es a su vez un terrorista y culpable por los actos mismos (es responsable por la apología, no por el acto). Ambas cosas son distintas, y lamentaría que se borre tal distinción, haciendo más pobres el lenguaje, el pensamiento, los conceptos y las discusiones.
Pablito 1
Si analizamos con rigor que entendemos por terrorismo, no es desmesurado adjetivar como terroristas a la casi totalidad de la gentuza que compone el desgobierno de Pedro Sánchez, alias el traidor. Es habitual llamar terrorismo solo a quienes asesinan sin ninguna razón para matar o silenciar, en algunos sectores de nuestra sociedad y, terrorismo, se puede ser con la palabra o falseando el ideal de España, por ejemplo. ¿En qué se diferencia Otegi de Pedro Sánchez? En nada. El uno ha matado y le gustaría seguir y el otro ha matado también a la democracia y no para de hundirla cada día más. Yo llevo tiempo llamando terroristas a varios ministros/tras y creo, que tal y como pienso no es desmesurada tal adjetivar. A los hechos me remito.
salvador68.srg@gmail.com
No sólo Ministros, tenemos un Gobierno entero terrorista. Es más, está perpetrando un atentado continuado contra el Estado de Derecho y la Constitución. El caso es que muchos periodistas seguís con la venda en los ojos y no queréis llamar a las cosas por su nombre.