Opinión

¿Cómo debería terminar la guerra entre Israel-Hamás (en Gaza), y entre Israel y Hezbolá (en Líbano)?

Uno de los bombardeos de Israel a la franja de Gaza (Palestina)
Uno de los bombardeos de Israel a la franja de Gaza (Palestina) EFE

El primer aniversario de la masacre genocida cometida por Hamás el 7 de Octubre de 2023 en territorio soberano israelí nos encuentra en medio de una tercera guerra de Israel en Líbano (contra Hezbolá), y la continuación de una guerra de desgaste/guerrilla entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.

Los éxitos tácticos militares de Israel contra Hezbolá no compensan la falta de formulación de una estrategia política de cómo terminar esta guerra en ambos frentes.  Por razones ideológicas y también de supervivencia política, el gobierno de Israel no quiere contemplar la posibilidad de una salida diplomática que podría llevar a una tregua, cese de fuego, y eventual acuerdo político tanto en Gaza como en Líbano. 

En términos morales pero también realistas, la prioridad debe seguir siendo la liberación de 101 rehenes (probablemente la mitad de ellos muertos), y el fin de la guerra en la Franja de Gaza.

En sus declaraciones en la ONU el 27 de setiembre pasado, el canciller jordano Ayman Safadi reiteró el compromiso de los países árabes de llegar a la paz con Israel y garantizar su seguridad, a cambio de la retirada israelí de los territorios ocupados en la guerra de 1967 y la creación de un Estado Palestino que conviva pacíficamente con Israel. Este es el único factible plan de paz a largo plazo para la región.

En el plano inmediato, y jugando a “ciencia ficción política”, me permito formular las posibilidades de cómo debería terminarse esta guerra, sin escalar a una guerra regional de envergadura (con Irán y con EEUU). 

En la Franja de Gaza, Israel y Hamás deben aceptar la propuesta del Presidente Biden (del 31 de mayo de 2024), reiterada en la Resolución 2735 (2024) del Consejo de Seguridad.  Esto incluye cese del fuego, canje de rehenes por prisioneros palestinos, retirada de las fuerzas militares de Israel de la Franja de Gaza, y la reconstrucción de la destruida Franja de Gaza.

Sugiero agregar que para reemplazar al Ejército de Israel y a Hamás como responsables en Gaza, debe crearse un ente internacional y/o un gobierno local tecnocrático, con el beneplácito de la Autoridad Palestina, y con la ayuda esencial de una fuerza de paz sancionada por la ONU y con la participación de personal de los Emiratos, Egipto, Indonesia, Jordania, y quizás fuerzas de la OTAN.

Dicho ente internacional gobernará en un periodo de transición la Franja de Gaza, hasta que Palestina pueda tener control. Asimismo, Israel debe declarar su disposición a reiniciar un proceso político gradual con los palestinos hacia la creación real de un Estado Palestino completamente desmilitarizado en la Franja de Gaza y en la Cisjordania, en un plazo de varios años.

Respecto a la frontera de Israel-Líbano, se debe llegar a un cese del fuego, retirada del Ejército de Israel del sur del Líbano y crear una Zona Desmilitarizada (como en las Coreas) en la frontera entre ambos países.  El gobierno del Líbano debe comprometerse a implementar la Resolución 1701 (2006), esta vez con el apoyo de una fuerza de paz de más envergadura (incluyendo contingentes de la OTAN), y el fortalecimiento del Ejército del Líbano.

Más aún, deben crearse y ponerse en práctica mecanismos para desmantelar el arsenal de Hezbolá, tal como ocurrió en los casos de Siria e Iraq en conflictos bélicos anteriores. Israel y Líbano deben emprender un proceso de negociación para fijar sus fronteras definitivas y reconocidas, sobre la base de la nueva ratificación del Armisticio de Rodas de Marzo 23, 1949. Probablemente la paz formal entre los dos Estados deberá esperar el proceso de paz general de Israel y la Liga Árabe, en conjunto con la creación del Estado Palestino.

Tomando en cuenta que el gobierno de Netanyahu no aceptará poner en práctica este bosquejo, la alternativa queda en manos de los EEUU y la comunidad internacional, a través de resoluciones basadas en el Capítulo 7 del Charter de la ONU en el Consejo de Seguridad, para poner punto final a esta guerra. Esto quizás pueda ocurrir entre el 6 de Noviembre 2024 y el 20 de Enero de 2025, bajo la égide del Presidente Biden. No lo veo como “wishful thinking” sino como el mejor augurio para el Nuevo Año Judío que comenzó el 2 de Octubre.

Prof. Arie M. Kacowicz, Departamento de Relaciones Internacionales, Universidad Hebrea de Jerusalén

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