De entre todas las preguntas que ha planteado el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en su último barómetro cuesta seleccionar la más capciosa, lo que dice todo de la situación en la que se encuentra la institución, dirigida desde hace dos años por José Félix Tezanos. Hombre de partido. Del PSOE, claro, que es el que manda y el que tiene la potestad para asaltar lo público.
Pese a que el estudio plantea varias cuestiones, como poco, improcedentes, merece la pena centrarse en la número 6, en la que se pregunta lo siguiente: “¿Cree usted que en estos momentos habría que prohibir la difusión de bulos e informaciones engañosas y poco fundamentadas por las redes y los medios de comunicación social, remitiendo toda la información sobre la pandemia a fuentes oficiales, o cree que hay que mantener libertad total para la difusión de noticias e informaciones?”.
Desconozco si las asociaciones profesionales de periodistas reaccionarán ante tal pregunta, pues el mero hecho de plantear a los españoles la posibilidad de prohibir “informaciones poco fundamentadas” en “los medios de comunicación social”, dejando en manos de las “fuentes oficiales” toda la información sobre la Covid-19, resulta impensable. Toda una declaración de intenciones sobre el respecto de los socialistas a la libertad de expresión.
Porque, en primer lugar, ¿qué debe entenderse por informaciones poco fundamentadas? ¿Acaso las que cuestionen la línea de actuación que ha mantenido el Ejecutivo durante una buena parte de esta crisis? ¿Y qué ocurriría en el caso de que un periodista recele de alguno de los dogmas que ha dado por buenos el Ejecutivo durante este tiempo, pero que, en realidad, son pura propaganda o, directamente, falacias?
El mejor ejemplo, sin duda, es el del uso de mascarillas, pues cabe recordar que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, lo consideraba “alarmista” e innecesario hace unas semanas, pero ahora el propio Gobierno lo recomienda, al igual que lo propone desde hace años alguno de los expertos epidemiólogos que más experiencia tienen en el combate contra patógenos del tipo coronavirus. Si algún medio de comunicación hubiera contradicho entonces a Illa, hubiera puesto en cuestión la versión de “las fuentes oficiales” para relatar la verdad. ¿Habría que haber acallado esa voz?
Han perdido el juicio
Los intentos del Ejecutivo, de sus adláteres y de sus satélites mediáticos por acallar a los críticos resultan absolutamente improcedentes e impropios de una democracia moderna. Alguien en Moncloa ha perdido totalmente la cabeza si considera que el 'todos a una' es la mejor opción durante una situación de dificultad como la que viven España y el mundo en la actualidad, pues no hay mayor síntoma de la falta de pluralidad y de ausencia de libertad que la unanimidad.
Apelar a esta opción como la única válida es propio del gobernante inseguro o del autoritario. Es evidente que el Gobierno pisa actualmente sobre un terreno pantanoso, pues el coronavirus se ha extendido a una velocidad de vértigo por el mundo y no había muchos países plenamente preparados para pugnar de igual a igual contra un patógeno tan virulento. Sin embargo, los dejes despóticos que ha exhibido Moncloa causan una profunda preocupación. No sólo por intentar situar en el grupo de los antipatriotas a quienes cuestionan su gestión, sino por plantear cuestiones como la que incluye el CIS de hoy.
Apelar a la unanimidad como la única opción válida es propio de gobernantes inseguros o autoritarios.
Por cierto, el 66,7% de los encuestados se muestra a favor de esa opción, lo que permite apreciar el peligro, latente, de que cualquier Gobierno pueda recortar la libertad de expresión con la excusa de restringir la propagación de bulos, ante el pasmo de una ciudadanía adormecida y, lamentablemente, ignorante de los peligros que eso entraña.
Convendría recordar a quienes han promovido esta siniestra campaña contra los bulos que cualquier ciudadano que considere lesionado alguno de sus derechos por una publicación puede acudir a la justicia ordinaria; y, en todo caso, la Fiscalía tiene la potestad de actuar de oficio. La jurisprudencia en este ámbito es muy extensa y no creo que haga falta siquiera sugerir la posibilidad de elaborar una nueva legislación para intentar atajar las noticias falsas o malintencionadas. Salvo, claro, que el gobernante tenga alguna intención mucho peor que quienes redactan estos bulos.
Un barómetro delirante
En cualquier caso, es sólo un ejemplo del indescriptible 'barómetro del coronavirus' elaborado por Tezanos, que parece sentirse dueño y señor de la institución; y por eso ha dado rienda suelta a las filias y las fobias socialistas a la hora de elaborar la encuesta.
Lo único positivo de este estudio es que despeja definitivamente la duda sobre los objetivos que persigue el Gobierno estos días. Porque todavía se podía a pensar que en Moncloa están plenamente centrados en el combate de la pandemia, sin disponer de tiempo para zarandajas. Sin embargo, los Iván Redondo y compañía parecen especialmente preocupados por ganar la contienda política que atribuyen a la oposición, pero que cerebros privilegiados como el de Adriana Lastra o el de José Zaragoza recrudecen siempre que tienen ocasión.
La moral infecta del Gobierno, en este sentido, se observa en la pregunta 12, que apunta: “Si en estos momentos tuviéramos en España un Gobierno presidido por Pablo Casado (PP), ¿cree usted que la lucha contra el COVID-19 se estaría haciendo mucho mejor, algo mejor, prácticamente igual, algo peor o mucho peor que la que se está haciendo con el Gobierno presidido por Pedro Sánchez (PSOE)?”. La cuestión número 14, dice: En circunstancias como las actuales, ¿cree Ud. que los partidos y líderes de la oposición tienen que colaborar y apoyar al Gobierno en todo lo posible, dejando sus críticas o discrepancias para otros momentos, o que deben continuar criticando y oponiéndose al actual Gobierno en todo lo que consideren?
La número 16, lo remata y confirma que esta encuesta no se ha realizado a partir de las preocupaciones de los españoles, sino del contenido de la agenda del propio Gobierno: ¿Cree Ud. que cuando termine la crisis del COVID-19 debería hacerse un esfuerzo especial para intentar llegar a grandes acuerdos ante la crisis económica y laboral, o cree que lo mejor es que cada partido plantee sus propias alternativas y puntos de vista?
Espero que, a estas alturas y tras esta demostración de 'buenas formas', cualquier ciudadano tenga claro que, entre su salud y e imponer su propaganda, al Gobierno (y a algunos autonómicos), le importa mucho más lo segundo.
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