Como ya avisamos en esta columna, septiembre no ha decepcionado y los grandes bancos centrales han hecho su movimiento y BCE bajó lo esperado (0,25) el 12 de septiembre y la Fed lo descontado (0,50) esta semana. No han sido los únicos, ha habido una avalancha de recortes en los tipos de interés por todo el mundo, anunciando una nueva política más expansiva (más dinero a un menor coste inyectado en el sistema) confiados en que no habrá repunte de la inflación y que eso ayudará a un mayor crecimiento económico. Es decir, el mantra de siempre: impulsar la economía haciendo que endeudarse resulte más barato.
Había quien pensaba que Estados Unidos sólo bajaría 0,25 en su primer descenso desde 2020, quizás por eso Wall Street (y el oro) marcaron máximos históricos justo después de la noticia de la bajada de la Fed en medio punto. Lo cierto es que a corto plazo vienen los peores días del año por estacionalidad estadística pero también lo es que a medio, se acerca el último trimestre, que suele ser la mejor época del año para las bolsas. En cualquier caso, tenía sentido que fuera 0,50 con los tipos más altos que la Eurozona (que ya lleva dos de 0,25 este año) y un IPC similar, si bien hay quien cree que es por miedo a que venga esa recesión que se lleva pronosticando hace tanto tiempo. Sigo pensando que nada apunta a eso debido al menor incremento de los precios por lo que la Fed se decidió por 0,50, aunque no suele ser habitual un movimiento tan grande cerca de las elecciones presidenciales.
Los beneficios de Inditex
En cuanto al BCE, tras las bajadas de julio y septiembre, se descuenta que esperará a diciembre para volver a tocar otro cuarto de punto (que se supone será en paralelo a la Fed con lo que habrían recortado lo mismo en 2024). Es lo que se deduce de las palabras de Christine Lagarde cuando condicionó nuevos movimientos a las revisiones de las previsiones macroeconómicas, y éstas serán en la última reunión del año. La reacción del Ibex fue marcar máximos anuales al día siguiente, que en realidad son máximos históricos si incluimos dividendos abonados, y que se han ampliado esta semana. Y es que a los bancos les gusta que este nuevo ciclo de bajadas de tipos, que se lleva dando por hecho desde finales del año pasado, se vaya ralentizando y la previsible reducción de sus márgenes tarde en producirse. Pero no sólo influyó la buena salud bursátil del sector financiero, también los máximos históricos tanto de Iberdrola como de Inditex, este último tras la buena reacción que tuvo tras publicarse sus resultados del último trimestre. La empresa de Amancio Ortega ha demostrado que, aunque quizás algo más tarde de lo esperado, su canal de ventas por internet funciona muy bien y es capaz de aumentar beneficios con menos tiendas. E Iberdrola no para de crecer como multinacional y para explicar su gran tirón bursátil, que incluye varias recomendaciones de analistas, la excusa es que es una empresa con mucha deuda y la bajada de tipos, aunque sea más modesta de lo que se esperaba a comienzos de 2024, reduce el pago de sus intereses, lo que supone un respiro financiero.
Incluso dentro del Ibex, que sube en lo que llevamos de año en torno al 15% (más si tenemos en cuenta dividendos abonados), un tercio de sus miembros está en negativo en el año y más de la mitad de éstos pierden más del 10%
Es curioso cómo estos grandes valores están tan alcistas y disparan al índice, como le lleva pasando a Wall Street desde hace mucho con las mayores tecnológicas, a la par que hay tantas y tantas empresas, no especialmente pequeñas, que están pasando un calvario en la bolsa. La divergencia entre la economía financiera y la de las familias siempre ha sido evidente (aunque más últimamente desde luego), y esto también ocurre entre los índices (donde las cotizadas que más suben incrementan su capitalización y por tanto aumentan su peso, lo que amplía la fuerza alcista) y el resto del mercado de renta variable. Incluso dentro del Ibex, que sube en lo que llevamos de año en torno al 15% (más si tenemos en cuenta dividendos abonados), un tercio de sus miembros está en negativo en el año y más de la mitad de éstos pierden más del 10%. Y si nos vamos al Mercado Continuo español, prácticamente la mitad está en números rojos bursátiles en 2024. Esto, en apariencia incongruente, hace tiempo que ocurre en la bolsa estadounidense: unos pocos valores hacen ver que hay una euforia que se traduce en máximos de los índices pero eso no implica que el mercado en su conjunto comparta ese positivismo. Al igual que las revisiones al alza del PIB español no mejoran el cómo llegamos a fin de mes la mayoría.
La eterna emisión de bonos
Volviendo a la bolsa, precisamente la bajada de tipos podría cambiar esta tendencia, ya que endeudarse más barato, tanto para refinanciar como para nuevas inversiones, es una buena noticia para la inmensa mayoría de empresas, y sólo puede ser relativamente negativo para el sectorial financiero. Por eso, desde un punto de vista bursátil, puede haber una cierta rotación de carteras que pueda beneficiar a valores más pequeños. En cualquier caso, a quien mejor le viene financiar sus deudas pagando menos intereses es a quien más tiene: los estados, esos entes que nunca abonan los bonos que emiten, simplemente los cubren con nuevas emisiones una y otra vez. De ahí la presión política sobre los bancos centrales y la absoluta necesidad de su independencia. Pero mejor no entremos en política…
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