Opinión

¿Tontos o canallas? “El 155 ha aportado normalidad y serenidad”

Sáenz de Santamaría ha dicho que el 155 “ha aportado normalidad y serenidad”, textual, se supone que a Cataluña, que es donde a la sazón se encontraba la doña, concretamente

Sáenz de Santamaría ha dicho que el 155 “ha aportado normalidad y serenidad”, textual, se supone que a Cataluña, que es donde a la sazón se encontraba la doña, concretamente en Barcelona, fiesta de Sant Jordi, libro y rosa, para realizar una entrevista en televisión y asistir a un acto organizado por Sociedad Civil Catalana. Y fue ante Ramón Rovira, el conductor del programa La Nit de 8TV, grupo Godó, un hombre que antes de cocinero fue fraile, antes de regresar al periodismo se encargó de financiar a todos los medios independentistas desde su cargo de director de comunicación del Banco Sabadell, donde Soraya expelió una afirmación que ayer no pudo por menos que producir estupor entre esa española gente de bien que asiste contrita al espectáculo que hoy ofrece una Cataluña cada día más encrespada, más partida, más llena de odio, justo cuando está a punto de cumplirse el medio año de la aplicación de un artículo que sencillamente no ha servido para nada si a los resultados hemos de atenernos, porque la situación de Cataluña no puede ser más preocupante.

De modo que a Soraya le parece un modelo de “normalidad y serenidad” lo que hoy acontece en Cataluña, como suena, hay que echarle cara, y la verdad es que la prensa le daba ayer mismo toda la razón. Por ejemplo, la totalidad de los medios anunciaba ayer la presentación por la Fiscalía de una denuncia en los juzgados de Martorell contra nueve docentes del instituto de secundaria El Palau de Sant Andreu de la Barca, por discriminar a alumnos del centro hijos de agentes de la Guardia Civil tras el referéndum del 1-O. “Los guardias civiles son unos animales que sólo saben dar palos” (una de las profesoras del instituto). En su escrito, el Ministerio Público afirma que los docentes conocían el “clima de rechazo social contra la Guardia Civil” así como “la gran polarización que en ese momento afectaba a la sociedad catalana y al resto de España, producida por las graves tensiones derivadas del proceso independentista que estaba y sigue sufriendo dicha sociedad, caracterizado por una gran agitación, fractura y enfrentamiento de carácter social”.

Es sabido que los políticos constitucionalistas no pueden pasear tranquilos por Cataluña, hasta el punto de que muchos cuentan con escolta policial

Normalidad y serenidad fue lo que el lunes, Sant Jordi, la fiesta cívica por excelencia en Barcelona, encontró García Albiol cuando pretendió repartir rosas en la plaza mayor de Badalona, localidad de la que fue alcalde hasta hace tres años y donde encabezó la lista más votada en las pasadas municipales. Acosado por un centenar de energúmenos, al líder del PP catalán le dijeron de todo menos bonito. Durante más de tres horas, sin embargo, aguantó a pie firme un chaparrón de insultos y gestos obscenos. Tampoco le fue mejor a Inés Arrimadas: “subnormal, “fascista” y “fuera de Cataluña” fueron algunas de las flores que recibió cuando se encontraba en la carpa de Ciudadanos, cuya sede en Hospitalet amaneció el lunes cubierta de heces en el duodécimo ataque registrado en los últimos meses. Las amenazas al negocio familiar de los padres de Albert Rivera en Granollers son constantes. No mejor suerte corrió Salvador Illa, secretario de organización del PSC, cuyo domicilio amaneció con la pintada “ni olvido ni  perdón” en referencia a la aplicación del 155.

Es sabido que los políticos constitucionalistas no pueden pasear tranquilos por las calles de Cataluña, hasta el punto de que en su mayoría cuentan con escolta policial. Es la “normalidad” Soraya. Claro que ninguno lo pasó tan mal como un cabo primero de la Base Militar de Sant Climent de Sescebes, que no tuvo mejor ocurrencia que pasar el lunes por la tarde con su coche frente a un nutrido grupo de CDR, los “camisas pardas” del secesionismo, que se manifestaban frente al cuartel de la Guardia Civil de Figueras en apoyo de los golpistas encarcelados. El militar fue identificado por llevar un lazo con los colores de la bandera de España en el espejo retrovisor interior del vehículo. De la lluvia de golpes que acabó con el cristal delantero destrozado huyo el militar poniendo pies en Polvorosa para salvar el pellejo. En realidad resultaría casi imposible confeccionar un listado exhaustivo con los episodios de intimidación y amenazas que los apóstoles del independentismo, todo “serenidad”, dedican diariamente a quienes no piensan como ellos. 

Levantar el 155 y salir pitando

Menos mal que, gracias precisamente al 155, los comerciantes catalanes ya pueden rotular sus negocios en castellano, de la misma forma que las familias que lo deseen pueden a partir de ahora escolarizar a sus hijos en el idioma común, solemne promesa que formuló Méndez de Vigo y que este Gobierno miserable ha incumplido. No hay noticia de que Méndez de Nada haya dimitido abochornado. Y es tal la determinación y energía con la que Mariano & Soraya defienden los derechos y libertades de los ciudadanos no independentistas, que son los propios ciudadanos quienes han empezado a movilizarse en busca de amparo ante las instituciones europeas. El lunes, Sant Jordi, libro y rosa, dos entidades como la Asamblea por una Escuela Bilingüe e Impulso Ciudadano, denunciaron ante el Parlamento Europeo la discriminación que sufren los castellanohablantes en Cataluña por la política lingüística de la Generalitat. “Queremos atraer el foco por la vulneración de derechos de la sociedad no nacionalista, que está ignorada”. Ambas asociaciones habían presentado el pasado septiembre varias quejas ante la Eurocámara por la inmersión lingüística que priva de sus derechos a las familias que desean educar a sus hijos en castellano.

Y como todo funciona en Cataluña con “normalidad y serenidad” gracias a Mariano & Soraya, el dúo se ha encargado de filtrar que en ningún caso endurecerá el 155 blandito que viene aplicando en Cataluña desde hace seis meses y que tan excepcionales resultados les ha proporcionado, como hemos visto, incluso en el caso de que los indepes sean incapaces de formar Govern y sea necesario ir a nuevas elecciones. Mariano dice que “Cataluña funciona razonablemente”, y que “no es necesario añadir más tensión”. Naturalmente que nada le gustaría más a la parejita que los Puchimones formaran Gobierno, el que sea, para levantar el 155 y salir pitando hacia Madrid, y que le vayan dando a la Cataluña no independentista y, de paso, a España, que a ellos la suerte de España les importa una higa. Lo decía Soraya, una mezcla letal de incompetencia y soberbia, en la entrevista en 8TV: “Si hoy sigue vigente [el 155] es porque los partidos independentistas no son capaces de ponerse de acuerdo. Da la sensación que están cómodos” (…) “Si tanto critican el 155, lo que no tiene sentido es que no se pongan de acuerdo”.  

Y uno no sabe si estos personajes que dizque nos gobiernan son unos completos idiotas o unos canallas redomados, además de unos cínicos de libro. Vidal–Quadras se preguntaba ayer en su cuenta de Twitter si algún día sabremos las razones por las que Rajoy y su equipo se han empeñado en acabar con el PP. “¿Lo estarán haciendo por encargo de algún poder oculto?”, se preguntaba. Que acaben con el PP no sería dramático, siendo grave, porque los partidos que han desertado de su función primigenia que no es otra que servir a la sociedad, deben desaparecer para siempre. Lo grave es que además de acabar con el PP quieran acabar con España, o dejarla tan malita que resulte irrecuperable para quien les suceda. Après moi le déluge. Si la aplicación del 155 culmina en fracaso, como apunta, se habrá perdido una oportunidad única de asestar un golpe quizá definitivo al totalitarismo independentista, y una oportunidad de restablecer la democracia en Cataluña basada en el respeto a la ley y en los derechos y libertades de todos los catalanes. ¿Qué decisiones dramáticas no se verá obligado a tomar en Cataluña un Gobierno que suceda a este escarnio y que quiera de verdad hacer cumplir la ley y respetar la Constitución? ¿Y a qué coste? Lo que resulta ya inevitable es la necesidad de sacar cuanto antes de Moncloa a este Gobierno cobarde. Nos estamos jugando demasiado.

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