Siempre me ha gustado el concepto “Diferencias y semejanzas”, tan en boga cuando servidor iba al colegio. Eso, los cuadros sinópticos, la colección de cromos “Vida y Color”, los conjuntos, los tebeos, algo de mili – los chicos, las chicas no-, currar desde los catorce y algún hostión a tiempo evitaron no pocos podemismos en mi generación. Empleemos, pues, ese viejo y probado método para dejar sentado a los social comunistas y succionadores oficiales con carné de prensa que Ayuso no es Torra ni viceversa. Empecemos por las semejanzas: ambos presiden su comunidad autónoma, ambos se han visto afectados por el Covid-19 y ambos son españoles. Hasta ahí, las semejanzas.
Ahora, las diferencias. Ayuso es mujer, Torra no. Ayuso es liberal-conservadora; Torra de extrema derecha. Ayuso pertenece a un partido constitucional; Torra a uno que intentó cargarse el orden constitucional. Ayuso gobierna en coalición con otro partido que defiende la Constitución, Ciudadanos. Torra gobierna con otro partido que también defiende el golpe de estado. Para los tiquismiquis, Ayuso recibe el apoyo de Vox que, aunque de extrema derecha, tampoco quiere cargarse el ordenamiento legal vigente. Torra se apoya en un partido de extrema izquierda, las CUP, que no tan solo quiere un golpe de estado sino que quema contenedores.
Más diferencias. Ayuso quiere cerrar Madrid por razones sanitarias; Torra quiere cerrar Cataluña a ver si consigue ese golpe de estado. Ayuso ha sabido encontrar la complicidad del sector hotelero y la restauración, Torra ha invertido su tiempo en conceder entrevistas a la BBC para denigrar a España mientras los catalanes caen como moscas. Ayuso parecía tonta y ha resultado inteligente; Torra parecía tonto y ha demostrado serlo mucho más de lo que creíamos. Ayuso se opone al gobierno por principios ideológicos; Torra porque lo que quiere es que España desaparezca. Ayuso se ve puteada, con perdón, por los socialistas; a Torra los socialistas lo apoyan y gobiernan con su partido en municipios y diputaciones. Ayuso es blanco de los subvencionados mediáticos; Torra no, porque tiene a los medios comprados.
Ayuso parecía tonta y ha resultado inteligente; Torra parecía tonto y ha demostrado serlo mucho más de lo que creíamos
Podríamos seguir, pero no queremos fatigar al lector que estará, como quien esto escribe, harto de tanta demagogia barata y tanta consigna repetida como loros por los palanganeros de guardia.
No, Ayuso no es Torra, y bien que lo lamentamos la mayoría de los catalanes que solo pedimos a quienes nos gobiernan, más allá de etiquetas ideológicas, que den la talla. Pero, desgraciadamente, en mi tierra esa talla es siempre chica, pequeñísima, demasiada holgada para los enanos del pensamiento.
Sé que ahora debería curarme en salud y decir “Conste que no soy del PP”, “aunque no comparta sus ideas estoy de acuerdo con ella” y toda la retahíla que los pacatos suelen emplear para no ser estigmatizados por los 'ofendiditos' profesionales, pero ¿saben una cosa? No me da la gana. Vamos, que no tengo yo el zafarique p’a farolillos. Porque lo que está bien está bien, lo haga quien lo haga, igual que lo malo. También en eso se diferencian ambos presidentes. Ayuso sabe reconocer honradamente lo que de bueno existe en el adversario político, que no enemigo. Para Torra, en cambio, todo lo que no sea lo suyo es tara en el ADN, ejércitos invasores, colonos políticos o charnegos.
Para Torra todo lo que no sea lo suyo es tara en el ADN, ejércitos invasores, colonos políticos o charnegos"
La presidenta madrileña se curará del virus y Torra también, si Dios quiere. Pero el virus del odio que tiene Torra, ah, amigo, de eso no lo curarán nunca, entre otras cosas, porque él no quiere. Ahí tienen ustedes la diferencia mayor entre los dos políticos.
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