Opinión

Torra hundirá a Sánchez (y Tezanos lo sabe)

No creo que haya en estos tiempos peor señal que una democracia en la que la ley no se cumple y, lo que es peor, que no pase nada ante su incumplimiento

En un libro maravilloso -si es que un libro puede ser llamado así para destacar su originalidad y utilidad- que me recomienda la lectura de otro libro magistralmente escrito de Guillermo Altares (Una lección olvidada. Viajes por la historia de Europa. Editorial Tusquets, 2018) me encuentro con una cita que al leerla la primera vez me causó risa, la segunda me dejó inquieto y la tercera hizo que me preguntara qué era lo que tanto me hacía reír y me inquietaba.

“¿Descendemos de los monos? Esperemos,  querido mío, que no sea verdad pero, si lo es, recemos para que no llegue a saberlo todo el mundo”. Al parecer es un comentario que se atribuye a la esposa del obispo de Worcester después de que le explicaran la teoría de la evolución de Darwin. A lo que se ve, la señora temía más la opinión de sus amistades sobre su origen que el hecho cierto de su irrefutable descendencia.

Del mono venimos, y en días como estos en España -pienso de forma especialísima en la actual dirigencia en Cataluña-, la evidencia nos retrata y nos deja en muy mala situación a tenor de nuestra línea de evolución. Los humanos inventamos la escritura, nos abrimos espacios con el pensamiento, descubrimos el valor de la memoria y nos hemos sentido dioses con más frecuencia de lo razonable. Y en esa línea destacamos en el primer impulso en el que quisimos dotarnos con una norma que todos pudiéramos entender y mereciera ser respetada.

Las leyes no se cumplen, y sucede que incluso no cumplirlas parece algo progresista, democrático y hasta moderno, cuando la realidad dice que es puro fascismo

Dejamos el recuerdo de los monos cuando inventamos las leyes, y tras las leyes la democracia, pero algo nos hace rezar para que los llamados países de nuestro entorno no se enteren de lo que pasa aquí. Y pasa que las leyes no se cumplen. Y sucede que incluso no cumplirlas parece que es algo progresista, democrático y hasta moderno cuando la realidad dice que es puro fascismo, escrito queda.

Escribo con todo el respeto y la concordancia que hay  entre el significado y los hechos que definen semejante ideología totalitaria. No creo que haya en estos tiempos en España peor señal que una democracia en la que la ley no se cumple, y lo que es peor, que no pase nada ante su incumplimiento.

Hartos ya del absurdo razonamiento de que todas las opiniones son respetables -lo que es una mentira y además peligrosa-, y harto de que el término esté dedicado en exclusiva a VOX y su espectacular entrada en la escena política, echa uno de menos que semejante carga retórica no caiga en aquellos que dan muestras de lo que son, fascistas a fuerza de ser nacionalistas y a fuerza de ser independentistas. Uno puede ser lo que le pete, pero eso no lo hace respetable y tampoco  inocente. 

No me gusta lo que dicen los de Abascal, pero entiendo sin esfuerzo que su mercancía se compre si demasiado dificultad. Y menos me gusta lo que dicen Torra, Tardá o Pablo Iglesias -¡Alerta fascista!, decía el de Podemos el día que se dio el piñazo en Andalucía-. En principio lo de VOX son palabras; cuando tengan posibilidad de comprometer e influir en gobiernos autonómicos y municipales  hablaremos.

Que desde Cataluña alguien sugiera el camino de los Balcanes debería hacernos reaccionar, y especialmente al Gobierno de España

Lo que sabemos es que el señor presidente de Cataluña sortea las leyes y castiga la historia reciente de Europa trayendo ejemplos que creímos superados, como la vía eslovena que llevó a la guerra y a decenas de muertos, 76 en 10 días de guerra. Que desde Cataluña alguien sugiera el camino de los Balcanes debería hacernos reaccionar, y especialmente al Gobierno de España. Porque este Torra es el mismo que estuvo en La Moncloa paseando con Pedro Sánchez por sus jardines; este Torra es el mismo que llegó a la sede de la Presidencia de España con un lazo que dice que aquí hay presos políticos; este Torra es el que invoca y jalea a los fascistas de los cedeerres que atacan a la policía y levantan los peajes en plena operación retorno. ¿Pueden empeorar las cosas? Pueden, sin duda.

Que esos comités actúen en los peajes ante la mirada perdida de la policía autonómica, sin órdenes para actuar e incapaz de distinguir si lo que estaban  viendo en los peajes era o no conforme a la ley. Asegura el portavoz de los Mossos que “no recibieron órdenes de intervenir”. Bien: alguien incendia tu casa o entra a robar, lo ve una patrulla de la policía pero como no tienen órdenes se queda quieta. Ah, pues muy bien. Vamos   directamente a la selva y a los monos si nadie con capacidad para hacerlo hace cumplir la ley. Es posible que hacer que las leyes se cumplan sea para algunos fascismo, pero tampoco vamos a ser responsable de la ignorancia de los demás. El Gobierno de España no puede mirar a otro lado cuando las leyes se incumplen y pisotean. La democracia es respeto a las leyes, y nada más.

Sánchez y su proyecto - y no me da la gana escribir “su partido”-,  puede naufragar, y lo hace con verdadera vocación cada vez que se mueve, improvisa o rectifica; pero su debilidad no es un argumento para que haga lo único que puede hacer con legitimidad y contundencia: que la ley se cumpla. No nos hablen de VOX, que ya veremos. Digan claramente que Torra es fascismo, al menos tanto como el que critican en Abascal. Y digan que una policía autonómica miedosa y acobardada e incapaz de hacer  cumplir la ley debe ser intervenida por otra que saque a sus ciudadanos de esa selva en la que se están convirtiendo algunas zonas de Cataluña.

Una policía autonómica incapaz de hacer cumplir la ley debe ser intervenida por otra que desbroce la selva en la que están convirtiendo Cataluña

Lo peor no es que vengamos del  mono, lo trágico es que fuera de España crean que son eso, monos con ganas de guerra y sueños balcánicos, los que gobiernan una autonomía que lleva años fuera  de la ley. ¡Dios, que no llegue a enterarse todo el mundo de que la Generalidad es la mismísima representación del Estado Español en Cataluña! ¿Y el ministro de Interior tiene algo que decir de la forma en que los hijitos de Torra trabajan en los peajes? ¿Qué hacer? ¿Aplicar el 155? Ya ha dicho Carmen Calvo que aún la gravedad de las cosas no ha llegado a ese punto. Pobrecilla.

A veces creo que lo mejor en este momento es no hacer nada y que pase en las próximas elecciones lo que en Andalucía. ¿Esto son sus amigos, señor Sánchez? Pues estos son nuestros votos. Es imposible que esto no lo sepa Tezanos, y que no se lo haya dicho al presidente. Por eso hay quien desde Ciudadanos me recuerda que no escriba mucho sobre esto: déjalo pasar. Cuando el enemigo se está equivocando conviene no entretenerlo.

P.D.- Termino de escribir lo que acaban de leer y me dicen en la radio que el ministro Marlaska estaba viendo el partido de la copa Libertadores mientras los cedeerres arremetían contra los peajes. ¡Fascinante país el nuestro! ¿A que es emocionante?

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