Hoy cumple Felipe VI 56 años. Aunque dueño de uno de esos físicos que mejoran con el paso del tiempo, la vida ha pasado por su rostro, sobre todo estos últimos años en los que, por momentos y casi en solitario, se tuvo que echar encima la defensa de la Constitución y la unidad de España, lo que dejó una huella muy visible en su rostro. El gobierno de Sánchez, siempre atento a facilitar la existencia del Jefe del Estado, ha decidido conmemorar una fecha tan especial escogiéndola para la votación de la ley de Amnistía. El Rey, que el 3 de octubre del 2017 se puso al frente de la defensa de España ante el golpe separatista, tendrá que aprender a compartir el 30 de enero en las hemerotecas con los que han jurado odio eterno a su persona. Y es que los sapos que nos vamos que tragar los españoles para que Pedro Sánchez se asegure su permanencia en el poder no hacen distingos entre clases sociales. Del primero al último tenemos asegurada nuestra cuota de humillación en manos de los golpistas.
Tampoco Pedro Sánchez, el hombre al que todo le resbala, se ha librado en las últimas horas de ser humillado. Después de decir en una entrevista al diario La Vanguardia con esa voz meliflua de secretario de obispo de pueblo que pone cuando suelta una barbaridad especialmente repugnante con la pretensión de que nos la envainemos, que “nuestra democracia se hace más fuerte con la incorporación de Junts o ERC a contribuir de forma constructiva a la gobernabilidad del país”, le ha faltado tiempo a la presidenta de Junts, Laura Borrás, condenada por corrupción por fraccionar contratos públicos en beneficio de un amiguito suyo condenado previamente por narcotráfico, para salir a refutarle.
Con toda la prepotencia de la que es capaz, y los que la hemos sufrido sabemos que es casi tan infinita como su habilidad para hacer malabares con el dinero de todos, le ha contestado que el objetivo de Junts no es favorecer la gobernabilidad ni la estabilidad de España, que no le pueden dar más igual, sino conseguir la independencia. Que lo suyo es gestionar sus votos de la manera más eficaz posible para el logro de sus fines. También dijo la corrupta Borrás que la democracia española es muy débil, cosa que aunque no lo dijo, celebra grandemente. El chantajista no se esconde y suma al chantaje el regodeo y la humillación pública del chantajeado, que sigue haciéndose el loco con tal de conseguir los votos necesarios para seguir en La Moncloa. Ya dice el refranero español que el que se acuesta con niños tiene asegurado poner las sábanas en la lavadora la mañana siguiente, aunque parece que el PSOE ya está acostumbrado y duerme muy bien en ellas sin necesidad de lavarlas todas las noches que sea necesario.
A Sánchez le revienta que nos resistamos y sobre todo le da una pereza suprema que la España demócrata haya decidido que hay pantallas que no está dispuesta a pasar como si tal cosa
Como siempre, la esperanza llega por la actuación de personas con nombre y apellidos, de esas que se mueven por principios y en el ejercicio ético de sus responsabilidades profesionales. Y ahí tenemos al juez García Castellón llamando a las cosas por su nombre y negándose a olvidar los actos de terrorismo que durante estos años del procés hicieron de la vida cotidiana en Cataluña una verdadera pesadilla. El Tsunami democràtic, y sus organizadísimas convocatorias, el bloqueo del Prat y el turista francés que perdió su vida, los bloqueos en vías de tren y autopistas, la guerrilla urbana, los policías con secuelas físicas para toda la vida, los juegos peligrosos con Rusia, todo lo que los que venden sus votos quieren ver olvidado y que un juez sabe que debe investigar, pase lo que pase. A Sánchez le revienta que nos resistamos y sobre todo le da una pereza suprema que la España demócrata haya decidido que hay pantallas que no está dispuesta a pasar como si tal cosa. No puede entender que no nos pase como a él, a quien lo único que de verdad le importa es el ejercicio crudo y desnudo del poder. Que los ciudadanos sigan indignados y saliendo a la calle, desmintiendo la teoría del ciclo de noticias, según la cual cada barbaridad queda superada por la siguiente. Fuera de su ordeno y mando todo es fachoesfera, fuera del peloteo a su liderazgo de macho alfa todo gente que sobra y a la que no se le debe dar ni agua. Y sin embargo, como el dinosaurio, cada mañana cuando abre los ojos, la oposición ciudadana sigue ahí, esa que le impide dar un paso por la calle sin verse increpado, esa que se niega a dejarse arrastrar en esta deriva que tiene como destino final la desaparición de España y su sustitución por una vaga confederación plurinacional.
Tres oportunidades de negar a Sánchez
Este martes se aprobará la ley de amnistía y Felipe VI tendrá un día de cumpleaños amargo y difícil, como tantos otros días de los últimos tiempos. Los españoles, que ya venimos haciéndonos a la idea de lo que parecía imposible, aprenderemos a convivir con el triunfo del chantaje golpista porque no nos queda otra. Pero el tiempo pasa, y haremos bien en no olvidar la afrenta recibida. Este mismo año, tendremos tres oportunidades de decirle a Sánchez lo que nos parece que nos venda. No las desperdiciemos.
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