Opinión

TV3 y el catalán por el fango

En esta pre campaña catalana hay que estar ojo avizor porque la malvada España siempre está dispues

En esta pre campaña catalana hay que estar ojo avizor porque la malvada España siempre está dispuesta a influir en los votantes que todavía no han comprendido el signo de los tiempos. Las CUP, por ejemplo, actuando cual nuevos inquisidores, han señalado a ciento veinte locales en Barcelona que, ¡oh, peccato mortale!, ¡oh, maledetta eresia!, han osado rotular sus comercios en español. Doctrina a sangre y fuego, sí señor. Y, como no podía ser de otra forma, TV3 se ha sumado a la lucha. Porque han convertido al catalán en una lengua burocrática que ni se habla en los patios de los colegios – a pesar de la Gestapo lingüística – ni lo hablan los jóvenes entre ellos ni siquiera en la universidad cuando presentan sus trabajos conjuntos. Pero en TV3 saben que los arbolitos se plantan rectos de pequeños y, al igual que hicieron en su día con el malhadado programa infantil Club Súper 3 que formó a miles de separatistas, ahora vuelven a la carga con un formato tremebundo: Fang. La traducción es fácil, fango. Estrenado hace nada, el 19 de abril, merece darle un repasito.

Que los chavalines entiendan que aquí cuando se habla de lengua se habla única y exclusivamente del catalán

Trátese de un concurso en el que más de veinte escuelas pondrán a prueba sus conocimientos del catalán. ¡Qué sería TV3 sin el recurso permanente al idioma de Pompeu Fabra! La cosa va de normas lingüísticas y cosicas así mezclado todo ello con pruebas físicas en las que, efectivamente, hay fango, un fango en el que pueden caer los participantes. Estos son chiquillería de sexto de primaria. Unos mil criaturas de toda criaturiedad pasarán por el fielato de los acentos abiertos y cerrados, los pronombres débiles y todas las incontables excepciones que contiene la lengua de Sagarra. Decir que el programa se realiza en colaboración con Abacus, una cooperativa así como una cadena de librerías siempre en la pomada catalanista, ahorra decir mucho más. Quizás que todo este fango se ha insertado en otro mayor, el de la semana de la lengua en TV3, of course, y del día de la lengua catalana en Cataluña Radio junto a otros deliciosos formatos dirigidos bajo diferentes máscaras a lo mismo: que los chavalines entiendan que aquí cuando se habla de lengua se habla única y exclusivamente del catalán. Como son muy listos, en esta ensalada Baudelaire de programas han mezclado diferentes camuflajes para que la pastilla sea más digerible: música, videojuegos, famosos, streamers, videopodcasts, ciencia ficción, terror, fantasía, fenómenos pop, y no han puesto algo de paellas – por lo de los países catalanes, que dicen – porque no han caído.

Siempre la lengua. Es su obsesión. Esa lengua que tanto dicen amar y tanto desprecian, porque este pasado 23 de abril se conmemoraba el fallecimiento del más grande escritor en lengua catalán, Josep Pla. El mismo al que se le negó en vida y también a título póstumo el Gran Premio de Honor de las Letras Catalanas. Porque no es la lengua. Es la mordaza. Y Pla hablaba un catalán sabrosísimo, lleno de localismos, magnífico y opulento, pero libre. No lo arrastró por el fango. Volaba demasiado alto para los que medran embarrando la vida y la lengua en esa ciénaga en la que, primero el nacionalismo y ahora el separatismo, han convertido a mi tierra. Y esto es lo que hay.

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