Opinión

¿Y si Ucrania fuera un error de cálculo de Putin?

Suponiendo que Rusia pueda consumar la conquista con éxito, le va a resultar muy difícil mantener el orden público y la paz social

Aunque estamos asistiendo a la aparentemente sencilla conquista de Ucrania por fuerzas federales rusas, la decisión de cruzar la frontera podría convertirse en la peor pesadilla del presidente Putin. En las últimas décadas hemos asistido a sonoros fracasos políticos, como el de Afganistán o el de Irak, que empezaron por exitosas y sencillas campañas militares. Así pues, cabe preguntarse si Ucrania no será el Afganistán o el Vietnam de Putin. Veamos que factores podrían contribuir al fracaso de la operación y en que medida la decisión de entrar en Ucrania puede haber sido un error de cálculo.

1. Militarmente la operación tiene más complicaciones de las que se ven en este primer día de invasión. Podemos identificar unos 238.000 efectivos terrestres dentro del ejército federal ruso, de los cuales más o menos unos 70.000 están desplegados en Siria. Si bien la guerra de Siria les ha permitido probar armas y mantener engrasada la maquinara, también pueden haber provocado fatiga en las tropas. Además, debemos tener en cuenta otro factor, el tamaño de Ucrania. Debemos tener en cuenta que Ucrania es un país de más de 600.000 Km2 (el más grande de Europa), por lo que en términos de ocupación estaríamos hablando que cada soldado tendría que cubrir una superficie de unos 4,36 km2. Este ratios es muy elevado y llevará al ejército federal a tener que recurrir a campañas aéreas para sofocar focos de resistencia lo que generara errores y unos daños a la población civil que incrementará los niveles de hostilidad hacia Rusia. 

Tal y como se está planteando la invasión, los tres frentes abiertos plantearían un escenario dos fases. En la fase uno, Rusia podría controlar en pocos días el este de Ucrania, es decir la margen derecho del Dnieper. Sin embargo, los verdaderos problemas para el ejercito federal podrían llegar en la segunda fase, la que tendría por objetivo la margen izquierda del Dnieper, es decir, donde se concentra la población menos favorable a Rusia y donde probablemente el gobierno ucraniano habrá concentrado a las mejores unidades. 

2. Suponiendo que Rusia pueda consumar la conquista con éxito, le va a resultar muy difícil mantener el orden público y logran mantener la paz social. Al igual que hicieron otros gobernantes como Catalina la Grande, Alejandro II o Stalin, Putin tendría que llevar a cabo una política de rusificación de una población de más de 40 millones de personas, quienes además tendrían muy presente la conquista y los abusos de los soldados. Este hecho, haría que Putin encontrara una gran oposición entre la población local, quienes además estarían apoyados por la importante diáspora ucraniana (20 millones) que vive en el exterior. En el caso de los Estados Unidos, la comunidad ucraniana está muy organizada con dos importantes lobbies (el Ukrainian American Coordinating Council y el Ukrainian Congress Committee of America) que ejercen presión sobre el poder legislativo y ejecutivo de los Estados Unidos. 

3. Ucrania es un país que basa su economía esencialmente en la agricultura. Su industria está muy depauperada y a penas es competitiva. El otro sector que genera divisas en Ucrania es el turístico. De hecho, Ucrania es el 8º país más visitado del mundo. En un escenario de ocupación resulta complicado que Rusia puede mantener un mínimo de actividad económica de carácter agrícola o de carácter turística. Es probable que nadie quisiera visitar un territorio bajo ocupación militar. Este parón económico sería un caldo de cultivo para levantamientos sociales contra las fuerzas de ocupación rusa, convirtiendo el mantenimiento del orden público en una tarea poco menos que imposible. 

4. Desde el punto de vista de político, la única opción que podría ser mínimamente viable es el establecimiento de una triple federación con Bielorrusia y Rusia. Estaríamos hablando, por tanto,  de la creación de un nuevo sujeto de derecho internacional que requeriría del reconocimiento, lo que a día de hoy parece poco menos que imposible. Otra opción sería una anexión formal a la Federación Rusa, pero para eso debería contar con el apoyo, real o ficticio, de la mayor parte de la población lo que tampoco parece plausible. La tercera opción de Putin sería la creación de un gobierno títere dirigido por los pro-rusos del este, pero en este caso, de nuevo, no podría contar con el reconocimiento del resto de estados de la Comunidad Internacional. Así todos los escenarios políticos llevan a Putin a un aislamiento internacional.

5. Además de los problemas que Rusia puede tener en la invadida Ucrania, la población rusa parece no sentirse cómoda con los planes de su presidente. De hecho, esta misma noche hemos empezado a ver manifestaciones en las principales ciudades de Rusia, algo que no se veía desde 2011, fecha en la que Putin amañó las elecciones para perpetuarse en el poder. Con una importante parte de los cuerpos de seguridad desplegados en Ucrania, Putin carecería de herramientas para poder frenar las revueltas en un país como Rusia que es 15 veces el tamaño de Ucrania. 

A pesar de las imágenes que nos están llegando desde Ucrania, Rusia no tendrá el día después de la conquista. Al igual que le ocurrió a Estados Unidos en Irak y en Afganistán, Rusia tendrá que hacer frente a desafíos tales como el funcionamiento de la economía o el bienestar de la población. Si eso es siempre complicado para una fuerza de ocupación, en el caso de Ucrania la tarea es especialmente difícil ya que los rusos son percibido como fuerzas enemigas desde hace más de doscientos años. 

Así, podemos pensar que la conquista de Ucrania pueda haber sido un error de cálculo de Putin.

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