Opinión

La UE se cuela en las elecciones presidenciales francesas

El apoyo explícito y sin fisuras de Fillon a Macron para la segunda vuelta deja claro que Francia no es el Reino Unido. En el país galo, el frente europeísta está mucho más organizado de lo que jamás estuvo en el Reino Unido.

Al final no ha habido grandes resultados en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas de ayer domingo. A pesar de la falta precedentes, de la gran cantidad de indecisos y del empate técnico, las encuestas han acertado y van a pasar a la segunda vuelta el ex ministro socialista, Emmanuel Macron, y la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen. Pero, ¿qué significan estos resultados para el futuro de Europa y de Francia?

El apoyo explícito de los candidatos socialista, Hammon, y, del candidato de centro-derecha, Fillon, parecen dejar el camino al Eliseo de Macron bastante despejado

El primer elemento a tener en cuenta, aunque sea por un tema temporal, es las repercusiones del resultado para la segunda vuelta del día 7 de mayo. En este sentido, la ligera ventaja de Macron, junto con el apoyo explícito de los candidatos socialista, Hammon, y, del candidato de centro-derecha, Fillon, parecen dejar el camino al Eliseo de Macron bastante despejado. Sin embargo, habrá que ver cómo evolucionan estas semanas. Las encuestas anteriores a la votación del domingo demostraban que sólo los votantes de Fillon mostraban fugas importantes de votos a Le Pen en caso de una segunda vuelta como la que habrá. Sin embargo, habrá que ver como acaban las votaciones de la plataforma de Mélenchon para la segunda vuelta. Las encuestas muestran que sus votantes eran más partidarios de frenar a Le Pen que a Macron, pero las dudas pueden generar una gran fuga de votantes hacia la abstención. Unas fugas que, quizá, puedan extenderse a votantes de Fillon y, con menos probabilidad, a los de Hammon. Mantener una participación alta será, seguramente, el gran reto de Macron en las próximas dos semanas.Más allá de la votación del 7 de mayo, los resultados de ayer tienen repercusiones a más largo plazo. Para empezar, los resultados ponen de relieve la crisis de los dos grandes partidos que han estructurado la competición electoral en Europa en los últimos 50 años. Una tendencia que hemos visto en otros países, pero que en este caso se vuelve especialmente visible. El 7 de mayo los franceses van a tener que escoger entre dos candidatos que no pertenecen ni al partido socialdemócrata ni al partido conservador. Los dos grandes partidos europeos parecen seguir sufriendo el desgaste de la crisis de legitimidad política y de la difícil gestión de un nuevo eje europeo. Habrá que esperar a lo que ocurra en las próximas elecciones legislativas, pero con casi total seguridad el reajuste político va a cambiar el escenario político francés. Y el corto plazo apunta a la cohabitación entre un primer ministro y un presidente de partidos distintos.

Pase lo que pase y gane quien gane el día 7, el conflicto europeo no va a desaparecer

Por último, la competición entre Le Pen y Macron consolida el nuevo eje que parece estar imponiéndose en la competición electoral en Europa; un eje ligado a la apertura de fronteras y la globalización que, en el caso europeo, se centra especialmente en el futuro de la UE. Tanto Macron como Le Pen se han presentado a estas elecciones con posiciones claras y enfrentadas sobre el futuro de Francia y de la UE. Unas posiciones que seguramente van a estructurar el voto en la segunda vuelta. Pero no sólo esto, el nuevo eje ha venido para quedarse. Pase lo que pase y gane quien gane el día 7, el conflicto europeo no va a desaparecer. La fuerza del Frente Nacional en Francia ya es innegable y con él el debate europeo en el país galo. La UE, como proyecto, ya no puede seguir ajena a las inquietudes de los ciudadanos de cada estado miembro. Y tener un proyecto claro y cercano será para la UE una cuestión crucial.

El apoyo explícito y sin fisuras de Fillon a Macron para la segunda vuelta deja claro que Francia no es el Reino Unido

En este sentido, los resultados dejan dos señales importantes. Por un lado, el apoyo explícito y sin fisuras de Fillon a Macron para la segunda vuelta deja claro que Francia no es el Reino Unido. Ahí, los conservadores mantienen su compromiso con el frente republicano y el proyecto europeo. En Francia, el frente europeísta está mucho más organizado de lo que jamás estuvo en el Reino Unido. Por otro lado, el 'sorpasso' claro de Mélenchon a Hammon parece indicar que también por la izquierda, el tema europeo ha entrado en la agenda. Habrá, pues, que estar pendiente de las dinámicas del debate en el futuro en ese flanco.

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