Opinión

La última burla de Sánchez

Será la primera vez que, en el relevo semestral de la presidencia del Consejo de la UE, el jefe del Ejecutivo de la nación entrante no comparezca en la Plenaria del Parlamento Europeo. Ese honor le corresponde al presidente del Gobierno del Reino de

Será la primera vez que, en el relevo semestral de la presidencia del Consejo de la UE, el jefe del Ejecutivo de la nación entrante no comparezca en la Plenaria del Parlamento Europeo. Ese honor le corresponde al presidente del Gobierno del Reino de España, que, al adelantar la fecha de celebración de las elecciones parlamentarias, quizás por un interés propio y particular, ha echado por tierra las previsiones de la UE.

Habida cuenta de que todas las encuestas, menos el CIS, auguran un resultado contrario a los intereses de Sánchez, es muy posible que se produzca un cambio de color en el Gobierno español a la vuelta de apenas dos semanas. Es decir, que la agenda europea se verá afectada radicalmente por el antojo electoral del dirigente español.

Así y todo, el proyecto del equipo socialcomunista que dirige los destinos de España pretende sacar adelante, en estas semanas que todavía controle los resortes del poder, un paquete muy nutrido de asuntos pendientes, como reglas fiscales, inteligencia artificial, cambio climático, mercado eléctrico, energía verde, pacto migratorio..., pero ni una sola mención  a los graves problemas del sector primario, sino todo lo contrario porque el polémico tema de  Mercosur si que va en esa lista.

La urgencia española

Es difícil entender, a la vista de estas prioridades, el interés del titular de Agricultura, el ministro Luis Planas  en conocer, por boca de los eurodiputados españoles de la Comisión del ramo, cuáles son los  problemas que a nuestro juicio resultan más acuciantes para ser tratados bajo la presidencia española. Se podía haber ahorrado la farsa de este inopinado encuentro porque lo que está claro es que este Ejecutivo sanchista-podemita ha evidenciado tener menos interés por el problema de los agricultores y ganaderos nacional del que pueda tener sobre el cultivo de la amapola en Afganistán..

Conviene recordarle al señor Planas que no se lo vamos a poner fácil el asunto de Mercosur, y no está de mas recordar que hay otros países que piensan presentar batalla, como por ejemplo el ahora muy atribulado Emmanuel Macron que va a dar la batalla porque, de no hacerlo, sus agricultores, siempre guerreros, le sumarían nuevas dificultades a su muy complicada acción de gobierno, con el tema de la migración en primera línea. Por cierto, ese pacto migratoria que el Ejecutivo español sí lleva en su agenda, dejaría a Italia y España el papel de receptores prioritarios en la llega a Europa de gentes del continente africano, lo que parece que podría acarrear algún tipo de problemas similares a los que ahora viven los vecinos franceses. Parece que la primera ministra italiana, Georgia Meloni, está dispuesta a defender unos planteamientos muy diferentes a los que asume la diplomacia española.

Sánchez no ha querido ni sabido defenderlos ante los acuerdos con terceros países que, con una competencia desleal permanente, y sin exigir el derecho preferencial que sigue vigente pero sin aplicarse

Y volviendo al sector primario español, tan abandonado. Ahora tiene una oportunidad de oro para decirle en las urnas a este gobierno en funciones todo lo que hasta ahora ha defendido de palabra, pero con muy poco éxito. Basta con echar un vistazo a los resultados económicos de la familia del campo para entender porqué se acaba de sacar los tractores en Madrid y, en especial, cuál va a ser la dirección de su voto este 23-J.
Sánchez no ha querido ni sabido defenderlo ante los acuerdos con terceros países que, con una competencia desleal permanente, y sin exigir el derecho preferencial vigente, pero sin aplicarse, siguen colocando sus productos en nuestro mercado, en especial los de Marruecos, Egipto, Turquía, Sudáfrica, Myanmar, Camboya, Vietnam, y los que ya enseñan la patita, como Nueva Zelanda y Australia.. Ni un dedo ha movido ni Planas ni su jefe para defender los intereses españoles.
También ha evitado situarse en contra de ese engendro de la Ley de Restauración de la Naturaleza que mermará la superficie productiva de España en forma drástica. Porque no ha querido ni sabido oponerse a esa reducción del 50% de fitosanitarios o medicinas para las plantas que es la única herramienta para luchar contra las plagas. Porque no ha querido ni sabido defender a los productores de cítricos del incumplimiento del tratamiento en frío por parte de Sudáfrica con el consiguiente peligro de entradas de nuevas plagas.
Porque en definitiva, el campo español le importa más bien poco.

Conviene que agricultores y ganaderos recuerden que la unión hace la fuerza, y que ahora van a tener la oportunidad de demostrarlo. En las urnas. Con el voto.

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