La semana pasada analizábamos diversos parámetros relativos al gasto público en Educación que realizan las Comunidades Autónomas de Valencia y de Madrid, obteniendo como conclusión que, aunque los recursos empleados por el Gobierno regional valenciano superan a los que emplea el ejecutivo de Madrid, la calidad y la equidad del servicio público de educación que reciben los madrileños son mejores que los recibidos por los valencianos. Resulta, y debe subrayarse que no es casualidad, que otro tanto sucede con el servicio público de sanidad, tal y como va a quedar expuesto.
En lo que se refiere a los datos del gasto público sanitario, empecemos por manifestar que Valencia y Madrid se encuentran prácticamente empatados pues según sus presupuestos autonómicos para 2.022 los importes destinados al citado servicio público son 7.837 y 8.073 millones de euros respectivamente. Como quiera que la población madrileña es superior a la valenciana (6.736.000 frente a 5.051.000), quiere decirse que, en términos relativos o per cápita, la Comunidad de Valencia destina más recursos públicos a Sanidad que la de Madrid. En concreto, 1.551 euros por valenciano y 1.198 euros por madrileño. Como sucede en Educación, también en Sanidad Valencia gasta más que Madrid. Cuestión distinta es la eficiencia o ineficiencia relativa con la que cada Comunidad Autónoma emplea los recursos públicos que gasta y, en definitiva, quien recibe un mejor servicio público de Sanidad, los valencianos o los madrileños.
En relación con lo expuesto, el Ministerio de Sanidad hace pública la valoración de cuatro aspectos sanitarios. En uno de ellos -consultas de atención especializada- ambas comunidades resultan empatadas obteniendo una puntuación de 7,0 sobre 10. En el resto, Madrid sale siempre mejor valorada: En consultas de atención primaria (7,5 frente a 7,4); En los ingresos y la asistencia en hospitales públicos (7,2 frente a 7,1); En los servicios de urgencia en hospitales públicos (6,1 frente a 5,9).
La sanidad madrileña obtiene una puntuación de 72 sobre 100, en tanto que la valoración otorgada a la sanidad valenciana es 64, según la FADSP)
De manera más sintética, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) elabora anualmente un ranking de la calidad con la que se presta el servicio público de Sanidad en las diversas Comunidades Autónomas. En el último publicado, correspondiente a 2.021, la sanidad madrileña obtiene una puntuación de 72 sobre 100, en tanto que la valoración otorgada a la sanidad valenciana es 64, también sobre 100. Es decir que, según la FADSP, la Comunidad de Madrid presta un mejor servicio sanitario que la de Valencia. Otro dato relevante viene constituido por las listas de espera existentes para la realización de operaciones quirúrgicas. Según datos recientes proporcionados por el Ministerio de Sanidad, el número de días que debe esperar un madrileño para ser operado es 42, en tanto que la espera que ha de soportar un valenciano se eleva hasta 154 días.
Hasta aquí, los datos objetivos que han sido expuestos evidencian que, pese al empleo de menos recursos públicos en términos relativos, la sanidad pública madrileña ofrece una calidad superior a la valenciana. Pero conviene completar esta evidencia con un dato subjetivo, como es la propia valoración que realizan los usuarios del servicio.
Resulta así destruido el inadecuado argumento empleado recurrentemente por la izquierda para pretender justificar el permanente aumento de los impuestos al que aspira
Pues bien, según el barómetro sanitario publicado por el Ministerio de Sanidad, los madrileños están más satisfechos que los valencianos por el servicio sanitario global que respectivamente reciben. Así, los usuarios de la Comunidad de Madrid que lo califican como bueno o muy bueno son el 26,50%, siendo solo el 22,1% el porcentaje de valencianos que otorgan dicha valoración. Llama la atención la respuesta relativa a la satisfacción por la atención primaria recibida por tratarse de una cuestión políticamente controvertida. respecto de la que el grado de satisfacción también es mayor entre los madrileños (91%) que entre los valencianos (86%). Como vemos, la valoración subjetiva de los usuarios viene a corroborar los datos objetivos ofrecidos previamente: La sanidad pública es mejor en Madrid que en Valencia. Y recordemos que prestando mejor el servicio, la Comunidad madrileña incurre en un menor gasto público que la valenciana.
En definitiva, como comprobamos en Educación, también en Sanidad se comprueba que el mantenimiento y mejora de la calidad de los servicios públicos no requiere tanto aumentar el gasto público destinado para proveerlos, como aumentar la eficiencia en la utilización de los recursos públicos empleados en su provisión. Resulta así destruido el inadecuado argumento empleado recurrentemente por la izquierda para pretender justificar el permanente aumento de los impuestos al que aspira.
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