Ciudadanos se ha convertido en el dueño de la llave de la gobernabilidad en Andalucía, y parece que lo será por mucho tiempo. Susana Díaz gobierna gracias a Juan Marín y su grupo naranja mediante un “pacto de investidura” donde, como en botica, cabe todo. Los de Albert Rivera en Andalucía ni siquiera han presentado un solo proyecto de ley en lo que llevamos de legislatura, comidilla malvada en los sectores más críticos del partido por su entreguismo al susanismo. Lealtad y sumisión de Cs al PSOE-A es la imagen que proyectan ambos en el Parlamento de Andalucía. Por otra parte, los vaticinios demoscópicos empiezan a consolidad a Cs como partido bisagra, capaz de darle el gobierno a la izquierda o a la derecha. Es sabido que poseen un magnifico estómago. Para justificar su pacto con Susana presumen en Madrid de haber logrado que les entreguen las cabezas de Manolo Chaves y Pepe Griñán por el caso Eres. Por aquí abajo, donde reina la calma, difícilmente usan ese argumento.
Los de Rivera en Andalucía ni siquiera han presentado un solo proyecto de ley en lo que llevamos de legislatura"
Ese parece que será el nudo gordiano de las primarias que el propio Rivera confirmó en diciembre en Sevilla que celebraría su organización en Andalucía. Dejar que sean los afiliados los que voten y decidan, comprometiéndose a que la dirección nacional no apadrinaría ningún favorito en la contienda andaluza. Matiz importante si se tiene en cuenta que el actual liderazgo de Marín fue impulsado y apoyado en su día desde el aparato de Ciutadans por razones de amistad, confianza y veraneo en Sanlúcar de Barrameda del entonces Secretario General, Matías Alonso, y su mano derecha en Organización Territorial, Vicente Castillo. De allí sale el denominado “clan de la manzanilla”, que es el que gobierna desde entonces el partido en Andalucía.
Con esta declaración de intenciones de Albert Rivera sobre las primarias, ha vuelto a abrirse la espita a un runrún que lleva meses circulando y que habla de una lista alternativa a la continuista que seguramente encabezará otra vez el joyero sanluqueño Marín. Y como fondo, según todas las previsiones, en el seno de Ciudadanos Andalucía se abrirá, por fin, el debate que muchos llevan reclamando desde el arranque de la actual legislatura, en la que Cs se ha convertido en una cómoda muleta del socialismo susanista.
¿Realmente la militancia de Ciudadanos apoya una política de pactos para perpetuar al PSOE, en la Junta desde 1982? ¿Es lo que demanda un electorado de centro derecha que fue votante del PP y al que está empezando a ilusionar Cs en los sondeos? ¿Le conviene a Cs como partido la estabilidad de la que presume y solo capitaliza Susana Díaz? Pero, ¿quién será el dirigente de Ciudadanos que le ponga el cascabel al gato?
Luis Salvador, dispuesto a liderar
El granadino Luis Salvador tiene todas las papeletas para jugar y ganar unas primarias internas cuya fecha de celebración marcará Susana Díaz en cuanto convoque autonómicas, esto es, cuando convenga a sus intereses personales y políticos. Salvador es uno de los rostros políticos más mediáticos desde sus tiempos de senador socialista por Granada como cuota habitual de la izquierda en el TDT Party. Se integró en el Movimiento Ciudadano de los primeros tiempos de la salida de Rivera de Cataluña y se hizo un hueco en el círculo del líder.
En el reparto inicial andaluz se llevó la mayor parte del territorio como coordinador de las provincias de Granada, Almería, Málaga, Jaén y Córdoba. A Juan Marín y a su cuñado Manuel Buzón les correspondió Cádiz, Sevilla y Huelva. Después, Susana rompió unilateralmente el pacto de gobierno con IU –el mismo que evitó gobernar a Javier Arenas–, convocando elecciones anticipadas, y Luis Salvador ha contado que le propusieron encabezar la lista autonómica, pero con una condición: tenía que liderar la lista de Sevilla. Según él mismo contaba hace unos días, optó por ser “leal a los granadinos” con los que se había comprometido a trabajar e incluso a intentar ser su alcalde, aunque al final solo llegó a concejal.
Tras el éxito de Cs en Cataluña, se ha incrementado la afiliación al partido en Andalucía, en especial de mujeres y profesionales liberales"
A favor de las posiciones que representa el diputado Luis Salvador debe hacerse notar el hecho de haber sido especialmente duro y crítico con sus antiguos compañeros socialistas, lo que se llama cuña de la misma madera. También su buena conexión con el PP a través de Sebastián Pérez, senador y presidente del partido en Granada, uno de los peones de Juanma Bonilla.
En una reciente comparecencia de Luis Salvador en es.radio le preguntaron insistentemente sobre su disposición a librar la batalla de primarias en el seno de Cs Andalucía. Se escabulló hábilmente como una anguila, aunque en el conjunto de sus expresiones quedaba más que clara su intención y deseo de encabezar una alternativa a la actual dirección: “Cuando venga ese escenario hablaremos en ese sentido”, repitió una y otra vez. Justificó hasta donde pudo, y con la boca chica, a Juan Marín y su política de entrega a Susana Díaz y al PSOE, aunque se encargó de matizar que han sido otros tiempos y otras circunstancias las que le han tocado vivir, algo que en el futuro no tiene que ser igual.
Distanciamiento más aparente que real
A falta de que se concrete la fecha de celebración de esas elecciones primarias –algunos en Cs las sitúan en primavera–, fuentes de Cs, partidarias de un cambio de rumbo en sus políticas de alianzas, aseguran que se están empezando a notar en las ventanillas de afiliación los efectos de lo que ha hecho el partido en Cataluña. Son sobre todo mujeres las que se están afiliando en muchas provincias, predominando los profesionales liberales con estudios superiores. Una circunstancia que, de ser cierta, vendría a confirmar la ola de simpatía que ha levantado el discurso de unionista de Rivera y, sobre todo, la indiscutible victoria de la jerezana Inés Arrimadas el 21D. Y en el caso andaluz, confirma un mal presagio para el PP, al que parece que Cs absorbe discurso y electores, dejándole marcado a fuego en su permanente e histórico no es no andaluz.
De momento, frente al bloque PSA-Cs, lo que hay es un PP con graves divisiones internas y un flanco izquierdo que no parece sumar"
En las próximas semanas y meses asistiremos a un distanciamiento más aparente que real entre Ciudadanos y el PSOE-A de Susana Díaz. Juan Marín intentará vender lo mucho y bueno que a su juicio ha aportado el grupo naranja a la gobernabilidad de Andalucía. De paso le reclamará a Susana en tono severo, pero educado, que se materialicen los muchos puntos del acuerdo de investidura que no se han cumplido a día de hoy. Ahí está la RTVA, paralizada y con un consejo caducado hace años.
Frente al bloque gubernamental, hallamos un PP que no está en su mejor momento, con graves divisiones internas y una izquierda que unida no parece sumar, sino que baja en votos y escaños, según los sondeos que se barajan.
La apertura de un debate interno en Ciudadanos, mediante primarias, es posiblemente la única novedad que podría influir o remover el escenario político andaluz a medio y largo plazo. Si Luis Salvador da el paso para disputarle el liderazgo a Juan Marín, se debatirá nada más y nada menos hacia donde girará Ciudadanos la llave de la gobernabilidad, si a la izquierda como hasta ahora o a la derecha como pretenden los críticos naranja.
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