Santamaría ganó, y está dispuesta a hacer valer su victoria. Se ha impuesto en más de media España. Así lo recordó en sus primeras palabras. Y tendió la mano a sus rivales con la hipócrita generosidad que se ofrece a los vencidos, a quienes se ha hecho morder el polvo. Casado, el segundo en liza, deberá explicar muy bien su rechazo a la unidad. Todo queda pendiente del Congreso. De los compromisarios. Las urnas han hablado y han aupado a Soraya. ¿Tumbará un Congreso la voz de la militancia?
Cospedal quedó fuera. Pero puede decidir el final del partido. El nombre del definitivo vencedor. Diez puntos y 6.500 votos menos que su directa rival, que su íntima enemiga. Gana Soraya, pierde Cospedal, una ecuación inesperada pero no definitiva. No habrá candidatura única. Nada de "paz y amor, pasteleo, todos juntos por el bien de las siglas, Mariano lo habría querido así". Habrá choque, habrá pulso en la cumbre, duelo al sol.
La exsecretaria general, en su noche triste, animaba a 'un periodo de reflexión'. Siempre defendió la candidatura única para el Congreso. No está ya en su mano pero sí en su dedo el resultado del día 21. Sus compromisarios buscarán ahora otro favorito al que respaldar. Quien vota a Cospedal no apoyará ni por asomo a Santamaría. Norma básica en el PP. Al menos, del otro PP. Este ahora le ha entregado a Sorara la victoria.
En tromba se lanzarán los huérfanos de Cospedal en respaldo de Casado. Se da por hecho. Pese a los choques de la campaña, los ataques, los pulsos y las peleas de estos días. La exsecretaria general ganó limpiamente en, Castilla la Mancha, su tierra, en Galicia, donde Feijóo, en tres provincias andaluzas amén de Cáceres, Asturias, Ceuta. Una potencia que puede inclinar la balanza. Casado ya les lanzó los tejos tras conocerse el resultado del escrutinio. Una idea de España común. Un horizonte compartido. Una colaboración en el pasado. ¿Lo de Aznar?, pelillos a la mar. "Una alianza de perdedores", responderán desde las filas de Santamaría.
Casado no ha vencido pero tiene el cetro del PP a tiro de congreso. El voto de los compromisarios tumbará el de las bases. Los afiliados han elegido a Soraya. Los compromisarios se inclinarán por Casado. "¿Falsear la voluntad de la militancia?". Las normas son las que son, ha recordado durante la campaña. Mil quinientos votos y 2,6 puntos les separan. Un resultado estrecho, casi un empate.
Quizás Cospedal opte por el silencio, por la no beligerancia. Dio la batalla y perdió, estrepitosamente. Controlaba la maquinaria de un partido que la ha dejado caer. Quizás se mantenga al margen en la contienda que ahora arranca. Quien la conoce bien sabe que tal supuesto es imposible. Empujará para que gane Casado. Mejor, para que no gane Soraya. Margallo y JoseRa, con sus escuetos 1.300 votos en conjunto, también se sumarán a esta apuesta.
Sobre el papel, Santamaría lo tiene difícil. Quizás por eso lanzó una oferta a Casado para sumarlo a su candidatura. Incluso abrió la puerta a los equipos de Cospedal para que se integren a sus filas. Generosidad para evitar el 'todos contra Soraya'. Esa alianza inquietante para derribar a quien, contra muchos pronósticos ha ganado la primera fase de las primeras primarias del PP.
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