El héroe de esta semana del que todo el mundo habla es sin duda el policía que, por necesidades de la investigación, tuvo que infiltrarse y trajinarse a varios elementos de la CUP. Todo el escándalo que se ha formado después ha venido porque las trajinadas y allegadas se han indignado muchísimo, al enterarse de que habían disfrutado por obra y gracia de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Y es que se les plantea un dilema: no saben si cambiar el lema de “España nos roba” por “España nos folla”.
Ya hay que ser desagradecida. ¡Si solo unas pocas privilegiadas llegan a catar las mieles de esos cuerpos! Y cuando una lo cata, ya no quiere otra cosa, que me lo ha dicho una amiga.
¿Es que nadie piensa en el pobre muchacho? ¿En su sacrificio? Imaginad ser un hombre aseado, pulcro, que entrena para mantenerse en buena forma, porque esos músculos no se hacen solos, que acostumbra a relacionarse con mujeres que también se cuidan… Y, de repente, se ve en la obligación de tener que proporcionar orgasmos a mujeres con pelos hasta en los sobacos y que no son famosas por el uso del jabón. Y muchos dirán: “¡Pues que no se las hubiera cepillado!”. Pues vamos a ver, si te infiltras en un grupo donde todos follan con todas, no puedes ser el rarito, que se trata de ser uno más para que no te descubran.
Nos ha quedado clarísimo que estos de la CUP se lo pasan pipa. Ahora tengo mis dudas sobre si es una asociación con fines políticos o fornicadores. Pero, lo peor de todo, es que al pobre agente, que pasará a la historia como Rabocop, se le quiere acusar ahora de violador. Cositas de estas del consentimiento feminista, que cada día se inventa un chiste nuevo.
Como ellas no sabían que era policía, como les mintió, como les hizo creer que era un zarrapastroso más por la causa independentista, nos cuentan ahora que el consentimiento no es válido, porque ellas jamás habrían consentido acostarse con un policía. Lo más cerca que habían estado antes de un agente de la ley, sería en alguna manifestación y el agente también tendría la porra dispuesta, pero en esa ocasión, la reglamentaria.
Ojo, que esto nos atañe a todos. Que yo me he puesto a pensar en aquellos tiempos en los que una no quería complicarse la vida con pareja y se liaba la manta a la cabeza, navegando por esos mundos de Tinder, y estoy plenamente convencida de que he sido violada alguna que otra vez. Todos empresarios y enamorados de pasear por la playa para ver una puesta de sol, no hay mujer adulta y no desesperada que se lo trague. Me estaban mintiendo para acostarse conmigo y ahora voy yo y me entero de que eso podría ser delito.
Ni me he declarado nunca amante del senderismo, de tirarme en paracaídas, nadar con tiburones y todas esas chorradas que suelta la gente
A ver, que yo sabía que me mentían, porque dos semanas en esas aplicaciones de citas equivalen a un máster de dos años en investigación científica para detectar vende humos, pero como yo tampoco buscaba matrimonio, no le iba a hacer ascos a un Rabocop que me dijera que era “funcionario” y que bebía Fanta. Ni de naranja ni de limón le vi yo beber eso en la vida. Sí, a mí también me ocultaron lo del uniforme y los grilletes, pero esos son los buenos. Desconfía del hombre que posa con su uniforme y que dice en su descripción que te dejará jugar con su pistola. Muy bien de la cabeza no están esos muchachos, que de todo tiene que haber en todas partes.
Yo tengo la conciencia tranquila, porque no he violado a nadie. Que yo siempre he sido sincera y he reconocido que no hago deporte ni corro, aunque me persigan, prefiero esconderme. Ni me he declarado nunca amante del senderismo, de tirarme en paracaídas, nadar con tiburones y todas esas chorradas que suelta la gente, para tratar de parecer que tiene una vida profunda e intensa. Aquí la profunda e intensa es la menda, mi vida es aburridísima. Conozco señoras octogenarias que tienen más vida social que yo.
Toca ponerse a todos a hacer memoria, que esa vez que te ligaste a aquella chica en un bar, diciéndole que te apasiona el cine independiente japonés, cuando lo máximo que conoces tú de Japón es el sushi que has comido alguna vez en ese restaurante oriental de la esquina, igual es delito y violación, si llegó a consumarse. O piensa tú en esa vez que te liaste con ese pedazo de tío que conociste en una fiesta, sin decirle que tus tetas, tu culo, tus labios, tus pestañas y tus ideas sobre la corriente filosófica de Hume no son naturales, porque, cualquier día de estos, te llega una denuncia por violación.
Si ya es difícil ligar hoy en día, imagina si encima tenemos que ser todos nosotros mismos desde el minuto cero. Y si, además, nos quieren quitar el porno e ilegalizar la prostitución, va a haber gente que va a morir muy triste y sola en este país.
Ocúltale a tu pareja de derechas que votaste al narcisista que nos gobierna, que el día que se entere, vas a ver rejas
Nada de ocultar cosillas o tener secretos, que puedes acabar en el juzgado con una denuncia por violación: “¡Pero cariño, que te he pillado haciendo crochet a mis espaldas! ¡Cómo has podido! Nunca, jamás, en la vida, habría consentido tener una relación con alguien que hace los paños con los que mi abuela cubría el televisor, para exponer la gitana y el torito españoles”. Y así es cómo, en esta realidad paralela o para lelas que nos quieren vender algunas, no solo se rompe un matrimonio, sino que se acaba en la cárcel. Ocúltale a tu pareja de derechas que votaste al narcisista que nos gobierna, que el día que se entere, vas a ver rejas. O que se te ocurra serle infiel, porque si te cae demanda de divorcio, de la denuncia por violación no te libras, seguro que afirmará que no habría consentido tener una relación con una persona infiel.
Si esto sigue adelante, programas como First Dates tendrán que echar el cierre. Porque no he visto gente más trolera en mi vida. Empezando por la edad, que salen ahí señoras diciendo que tienen mis años y lo que parece es que ya no se acuerdan de lo que era tener el periodo.
¡Ay, si levantara la cabeza Edmond Rostand! Qué diría al descubrir que el poeta que nos dibujó en su obra publicada en 1897, Cyrano de Bergerac, lejos de ejemplificar nuestras aspiraciones como seres humanos: valor, libertad, ingenio, individualismo... De representar la lucha del hombre contra una sociedad que procura alienarle, sería ahora considerado como el encubridor de un violador, por las señoritas de la CUP y feministas varias.
Por mi parte y para la tranquilidad de mi pareja, exparejas y examantes, no voy a denunciar a nadie ni hacer memoria de engaños y desengaños, que todos, en alguna medida, los hemos tenido. Lo que disfruté, pues eso que me llevé, y lo que no, para qué recordarlo. Me voy a beber una Fanta, que algunas cosas sí que vale la pena rememorarlas.
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