Hasta el jueves, a las doce del mediodía, cuando el renacido Pedro Sánchez entregó 57.369 avales -algo más de 53.000 aceptados en el recuento oficial-, Patxi López era opción para los suyos, y representaba esperanza para los seguidores de Susana Díaz, que confiaban en que tiraría hacia abajo de las posibilidades del ex secretario general.
Pero, constatado que Sánchez se ha quedado a 6.000 avales de la presidenta de la Junta de Andalucía, la ecuación se ha dado la vuelta: ¿Van a seguir al exlehendakari hasta las urnas los 12.000 que le dieron su aval, habida cuenta de las escasas posibilidades que le ha deparado esta primera vuelta?
No por nada Pedro Sánchez se ha puesto a pescar frenéticamente en las aguas del vasco; en particular, dentro de cuatro federaciones que podrían dar la vuelta en votos al resultado: Madrid (más de 3.500 avales a Patxi López conseguidos por la Ejecutiva de Sara Hernández); Baleares, donde el exlíder ha quedado primero y López segundo, dejando en situación muy comprometida a su presidenta, Francina Armengol; y Murcia, del patxista secretario general, Rafael González Tovar, donde López no ha pasado del tercer puesto.
La pregunta es sencilla: ¿Van a seguir al ex presidente del Congreso en su aventura el 30% de los militantes madrileños que le avalaron, el 20% de los baleares y murcianos, y, sobre todo, la mayoría del PSE y del PSOE de La Rioja, los únicos territorios donde logró victoria en avales? ¿Se van a resistir todos ellos y los que, aún sin avalarle, pensaban votarle, a escuchar ahora los cantos de sirena del "no es no" y el caballo ganador?
Si el exlehendakari lo logra -tiene un debate 'a tres' para intentarlo el 15 de mayo-, la suerte estará echada y no hay duda de que Susana Díaz será la ganadora el día 21. Si no... Esa, y no otra, es la clave de lo que está pasando en el PSOE.